Se mío Rengoku-san (Rengoku x OC)

Indecisión

"La indecisión es el ladrón de la oportunidad"

Jim Rohn

Es una mañana cálida de febrero, perfecta para celebrar el Setsubun y mas que nada para nosotros los cazadores que somos enemigos principales de los onis.

Me encuentro recostada sobre mi cama, mi cabello ha crecido hasta mas abajo de mis hombros, mi mano sujeta un girasol. Shinjuro-san la dejo en mi habitación.

 No se si este bien estar en esta posición, no se si este bien ser la novia de su padre, es todo lo que pienso cuando lo veo y mi reacción me lleva a evitarlo. Se que esto desencadenara que en cualquier momento me interrogue y yo muera de nervios.

¿Cómo se comporta una novia? ¿Qué debo y no debo hacer?

Mi situación es como un viaje al sol donde seré abrasada de una forma u otra. No puedo darle la cara a Kyoujuro-san

Alguien toca la puerta y me senté de inmediato.

- Adelante!- Hable con voz mas fuerte de la normal, estoy siendo influenciada por esta familia.

- Buen día Suzume-san - Era la juvenil voz de Senjuro-san

"Que alivio"

- Buen dia- Me puse de pie y coloque la flor en un jarrón de porcelana-

- Sabes que a menudo recibo clases y bueno veras ehmm- Miro de medio lado, no entiendo por que le costaba, el se educaba con una maestra particular- Padre me conto que tu también participaras en las clases!-

QUEEEEEEEEE

- Ya veo- Sonreí vagamente- No hagamos esperar a la maestra, además hoy es fiestas de Setsubun, tal vez podamos celebrarlas después de las clases.

- Mi Padre puede ser el oni- Su comentario me saco una carcajada.

- Es verdad y no necesita una mascara- Fui cómplice de su travesura y el me regalo la mas cálida de las sonrisas.

Senjuro es un pequeño y hermoso sol.

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Después de las agobiantes enseñanzas de la maestra, me entere que era parte de la familia, era una mujer de edad con cabellos blancos y suaves rayos rubios que el tiempo opaco.

- Suzume-san puedo hablar con usted- S voz estricta hizo que me congelara cuando ya estaba por abandonar la sala, mire a Senjuro para que siga sin mi, ya era hora de hacer el almuerzo.

- Dígame Maestra- Me sente sobre el tatami en una tradicional posición dispuesta a escucharla.

- Te preguntaras porque Rengoku-sama ha solicitado que participes con mas actividad-

Senti una punzada y mire cabizbaja.

- Usted lo sabe?- Me esforcé en aparentar tranquilidad a fin de no salir corriendo.

- Porsupuesto- Dirigió el puntero de madera hacia mi quijada e hizo que levantara el rostro- Nunca entenderé sus razones sinceramente es usted una persona que no hace el mínimo esfuerzo por estar a la altura de esta prestigiosa familia.

- Créame que yo también no tengo idea de porque me eligió- Retire suavemente el puntero que me provoco incomodidad ¿Tanto le disgustaba?. 

- Quizá vio usted un diamante que debe ser pulido, intente seguir estos escritos- Me entrego un libro- Le ayudaran a ser una dama correctamente fina.