Capítulo 41

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Octubre, 2029. Nevada, Estados Unidos.

Dejo caer las escaleras del desván y con linterna en mano empiezo a subir. Ver todo el montón de cajas me hace flaquear, son tantas que pensar que tengo que revisarlas una por una me hace querer bajar al salón, abrir una lata de cerveza y tumbarme a ver una película dramática, desgraciadamente es una tarea que tengo que hacer porque si para el fin de semana no aparecía con las cosas que mi madre me había pedido ella era capaz de no recibirme en casa, así que poniéndome manos a la obra comienzo a abrir y lanzar basura dentro de las bolsas negras de plástico que he preparado.

Desde que Lucas y yo nos habíamos mudado a Nevada años atrás él siempre se había encargado de limpiar esta zona de la casa porque según él el polvo podría hacerme daño, y en cierta forma tenía razón por que no hacía mucho tiempo había desarrollado esta horrible alergia.

Todo parecer ir bien, salvo por algunas telarañas y el abundante polvo no había tenido mayor inconveniente al menos hasta que al fondo del desván en la última fila debajo de por lo menos cinco cajas noto una caja que pensé que años atrás había tirado a la basura.

—No puede ser.

Pero tampoco podía estar equivocada cuando de entre todas las cajas color blanco solo hay una diferente y mucho más pequeña.

Ver de nuevo aquella caja hace que mi pecho golpetee con fuerza. Niego con fuerza intentando deshacerme de este extraño sentimiento que empieza a florar. La tomo entre mis manos y arrojo dentro de la bolsa de basura, cuando termine de limpiar la bajare con todo lo demás y la echaré al cubo.

Sigo buscando algunas cosas de mi madre, pero ahora con un sentimiento diferente. Estoy inquieta y ya son varias veces en el trascurso que me he mirado de refilón la bolsa que contiene una parte de mi vida que creía haber dejado atrás. Se perfectamente que hay dentro de ella y por esos motivos me regaño mentalmente al verme sentada en el suelo de madera y abriéndola.

Tomo una buena bocanada de aire y abro las solapas de cartón. Lo primero que aparece son los billetes de viaje de los lugares a los que habíamos ido y que había estado guardando para en un futuro hacer alguna manualidad con ellos. Habíamos dejado tantas cosas pendientes...

Apartando todo eso encuentro un pequeño cuadro pintado en acuarelas en los que Yibo y yo salimos. Iba a ser un regalo para nuestro segundo aniversario, pero eso jamás llego. Por último, encuentro las fotos que imprimí y guardé para no olvidarme de él. Es gracioso porque con fotos o sin ellas siempre lo recordaba, y como no hacerlo...

Agarro una de las instantáneas y la observo con detenimiento, es mi favorita, aquella que nos tomó una señora la primera vez que salimos a hacer turismo por Singapur. Esa noche había sido una de las más inolvidables, porque por primera vez casi podíamos haber pasado por una pareja totalmente normal. Había sido la cita perfecta.

Hecho una mirada al pasado y todos los recuerdos se vuelven a arremolinar en mi pecho, duelen, ruedan y se resquebrajan una y otra vez convirtiéndose en un ciclo repetitivo que hace que algo dentro de mí no pueda llegar a la tranquilidad. Esas memorias me recuerdan que fui cobarde pero que al mismo tiempo fui valiente al elegir el camino que estaba dispuesta a cruzar y que para nada fue sencillo. Han pasado tres años desde que salí corriendo de Singapur. En mi huida no solo deje a un simple hombre, sino que deje al gran amor de mi vida.

No tengo sueños donde poder verlo. Lo busco en mi interior, pero no lo hallo, lo único que parece haber es un vacío asfixiante que rompe cada célula de mi cuerpo, me derrumba y me recuerda que este castigo que estoy recibiendo es justo y que lo merezco.

Los únicos recuerdos físicos que tengo de nuestro amor es esta caja. En el pasado había decidido guardarlas y lanzarlas a la oscuridad porque tras ver su rostro me toma tiempo volver a serenarme, debía respirar, cerrar los ojos, dejar de intentar recordar como era su aroma, su brillante sonrisa y la forma en que sus brazos me rodeaban. Su calidez embriagante...

Mistakes《Wang YiBo》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora