Mistakes《Wang YiBo》

Capítulo 47

Escucho el llamado de Nate desde la habitación y siento mi corazón detenerse. Mis pulmones no toman aire y empiezo a sentirme mareada. Observo a Yibo que parece haberse congelado y pasar lo la misma situación. No se mueve, no parpadea. Sus ojos se encuentran expandidos y su vista esta se dirige hacia la habitación que comparto junto a Nate.

Tras unos instantes que se me hacen eternos veo a Yibo dar un paso hacia el cuarto.

—Yibo no —reacciono empujando su pecho—, Nate...no te conoce, no sabe de ti...y...

— ¿Qué?

Todo iba de mal en peor, ¿Cómo iba a decirle que habíamos hecho creer a Nate que su padre era Lucas?, esto no estaba bien, no había forma humana de que se lo tomara bien, Yibo ya se encontraba bastante irritado. Sabía que otra mentira no iba ser un buen camino para todo esto, y empeoraría más la situación ¿pero como le contaba todo?

— ¡Mami! —Nate vuelve a llamar.

—Becka, maldita sea no juegues con mi paciencia.

—Te lo explicare cuando atienda a Nate —Yibo parece meditarlo.

Sus ojos se mueven escaneándome el rostro. Me doy cuenta de que no he apartado mis manos de él, seguimos en contacto.

—Saldré en un momento —prometo.

No dice nada. Así que asumo que no va a volver a insistir. Me vuelvo hacia la puerta y la abro despacio entrando en el cuarto.

—Hola bebé, ¿Cómo estuvo la siesta? —pregunto.

— ¿Por qué no viniste pronto? —dice con ojos acuosos—. Tuve una pesadilla.

—Lo lamento cariño —me siento a su lado y aparto los cabellos de su frente mojada—, ¿estás bien ahora? —el asiente—. Me alegro.

— ¿Estás preparando las maletas? —pregunta olvidando su reciente mal sueño.

—Si.

— ¿Entonces mañana volvemos a casa? —puedo distinguir un pequeño tono de tristeza en su voz.

—Bueno..., creo que al final nos quedaremos unos días más.

— ¿De verdad? —pregunta con emoción. Sus ojos parecer iluminarse a pesar de la oscuridad de la habitación.

—Si —digo con una sonrisa.

—Entonces vamos a ir a los sitios que dijo la abuela —rio y asiento—, pero...papá esta solo —el rostro de Nate decae—, dijo que nos extraña mucho.

—Bueno pero serán solo unos días más, creo que Lucas podrá sobrevivir, no te pongas triste.

—Está bien.

—Ahora intenta recostarte de nuevo, es tarde —mi hijo obedece y vuelve a tumbarse.

Me encargo de volver a taparlo y darle pequeñas caricias. Espero unos minutos más a su lado a la espera de que se quede dormido. No sé realmente encontrar el sueño profundo, pero me sirve que al menos lo intente y no salga de la habitación.

Al volver al salón veo a Yibo sentado en uno de los sofás. Tiene los antebrazos apoyados en las rodillas. Me siento frente a él esperando que diga algo más. Esperando alguna otra reacción, pero nada ocurre.

—Yibo —pronuncio su nombre despacio.

Espero a que mi llamado haga que levante la cabeza, pero inmediatamente me arrepiento, sus ojos están colmados de brillantes lágrimas que empiezan a rodar en cuanto hacemos contacto visual. Llora en silencio y eso me duele más que nada, que no pueda gritar o decir nada porque le había dicho que Nate no sabe de él, sé que se está conteniendo solo por esa razón.