Capítulo 36

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Despertar se vuelve una tarea casi imposible de completar, con cansancio Yibo abre los ojos y apaga la molesta alarma. El reloj marca las seis de la mañana lo que hace un total de cinco horas de sueño. A su lado yace Becka aun sumergida en un sueño profundo del que no parece querer despertar aun cuando el sonido del reloj había sido lo suficientemente escandaloso.

Con pesadez lo único que puede hacer es moverse hasta el cuarto de baño e intentar con una ducha eliminar todo rastro de pereza para comenzar el día. Ducharse pareció hacer magia con él, al salir de la ducha se sentía más fresco y despierto así que con más animo decidió su atuendo y procedió a vestirse.

Al momento doblarse para ponerse unos calcetines siente como si todo diera vueltas a su alrededor, aunque la sensación solo dura unos segundos tiene que quedarse un momento sentado para deshacerse de todo malestar.

— ¿Todo bien? —la voz adormilada de Becka lo hace girarse para poder mirarla. La castaña se encuentra sentada en medio de la cama con los cabellos desordenados luciendo completamente despeinada.

—Sí, ¿Qué tal dormiste?

—Bien —con la misma sonrisa somnolienta Becka sale gateando de la cama y besa una de las esponjosas mejillas de Yibo—, ¿te vas ya?

—Sí, termino de vestirme y me voy —con delicadeza Yibo acaricia la cintura de Becka y la pequeñas palmaditas.

— ¿Has desayunado? —ahora que Becka se deshace de todo rastro de sueño puede contemplar mejor el rostro de Yibo.

Bajo sus ojos sus ojeras son bastante pronunciadas, y aun que la castaña está bastante acostumbrada a ver el cansancio de su ahora novio, no puede dejar pasar que antes él jamás había lucido tan demacrado. La preocupación y la culpa están empezando a abordarla de manera abrumadora.

—Desayunaré en cuanto llegue al trabajo.

—Yibo..., d-deberías comer aunque sea algo de fruta, yo misma la prepararé —con torpeza Becka se levanta de la cama pero no puede dar ni dos pasos antes de que su mano sea aprisionada impidiéndole avanzar.

—No tengo tiempo bebé, pero muchas gracias.

—Tienes que prometerme que vas a comer algo en cuanto llegues, ¿está bien?

—Te enviaré una foto de mi desayuno —bromea Yibo.

Soltando la mano de Becka, Yibo se pone de pie y como ya es costumbre besa la frente de la más baja.

—Te quiero bebé, nos vemos por la noche.

—No tardes mucho en venir, haré una cena espectacular para dar la bienvenida al año nuevo.

—No me lo perdería por nada —Becka puede ver el cansancio a través de esa sonrisa convenciera. Saber que Yibo no tiene energías hace que su cuerpo se estremezca en inquietud.

 Saber que Yibo no tiene energías hace que su cuerpo se estremezca en inquietud

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Mistakes《Wang YiBo》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora