Capítulo 55

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Los ojos suplicantes de Yibo gritan por una respuesta. Ahora después de tanto debería hacerlo debería decírselo. Zhou Lan está en la cárcel. No había peligro alguno.

—¿Te fuiste porque sabias que esperabas un bebé?

Niego rápidamente—. ¡No!, jamás me hubiera ido si hubiese sabido que esperaba un niño tuyo.

—¿Entonces por qué? —la voz de Yibo sale casi en un ruego— Becka, te amaba. Lo di todo por ti, me arriesgue e hice viajes agotadores, aunque fuera para pasar un mísero día a tu lado y tu... tu simplemente te alejaste de mí, acaso... acaso ¿no me amabas? ¿era eso? ¿tú ya no me querías más?

Mi voz no sale, todas las palabras que quiero decir se amontonan y no me dejan decir nada. El nudo en mi garganta crece y crece, hasta el punto de que hace arder mi garganta.

—¿Si quiera algún día tú me quisiste?

—Por supuesto que te amaba —pronunciar aquella frase no me cuesta nada. Y como lo haría si es algo tan evidente. Me duele que Yibo pensara que yo no había sentido amor por él. Supongo que a sus ojos seguía siendo una mentirosa que si había sido capaz de ocultarle que tenía un hijo podía haber mentido en todo.

—¿Entonces? —posa su mano más grande sobre la mía. Sentí su calidez de inmediato, pero no era la calidez que se siente por la fricción de la piel. Era una calidez diferente, como la que sientes al llegar a casa después de un largo día de trabajo o la calidez que se siente tomarte un chocolate caliente frente a una fogata en pleno invierno— ¿Beck?

—¡Mamá! ¡Mamá! —al escuchar los llamados de Nate aparto mi atención por completo de Yibo y me levanto del asiento en busca de mi hijo. Quien me llama desde lo alto de un castillo de plástico. Di un suspiro de alivio al ver que no parece ser nada grave—. Me he quedado atorado.

Analizo la situación y veo como parte de su abrigo de ha quedado atrancado entre un minúsculo espacio del tobogán.

—Está bien amor. Quítate el abrigo —Nate obedece y con ayuda de Yibo se deshacen de la prenda.

Solo es necesario un poco de fuerza bruta para desenganchar la tela.

—Todo en orden bebé —Nate mira desde los brazos de su padre su abrigo—. Ven merienda con nosotros.

Juntos volvemos a la mesa. Obvio por completo las miradas que cruzan entre Yibo y yo. Es ambiente es extraño. Sé que a Yibo le quedan muchas interrogantes que resolver, pero por ahora intento evadir todas ellas.

No podía decir nada acerca de ZhouLan, al menos no por ahora.

El sol está empezando a caer tiñendo de un suave color naranja aquel inmenso cielo. Yibo estaciona el auto en el mismo lugar donde nos recogió. Miro por encima de mi hombro y veo a Nate completamente dormido.

Yibo es el primero en bajarse y acurruca entre sus brazos a mi pequeño.

—¿Quieres que suba y lo deje en su cuarto? —niego inmediatamente. Puede que Lucas este arriba y si ve a Yibo, no iba a resultar algo bueno de eso.

—Yo lo llevaré, no te preocupes —extiendo mis brazos y con cuidado de no despertarlo hago que se abrace a mi como si fuera un pequeño koala.

—Beck —me llama—, me gustaría terminar la charla de hoy.

Asiento de acuerdo con él—. Está bien, te llamaré.

—Estaré esperando.

Sin más que decir ingreso al edificio y espero pacientemente al elevador.

Con dificultad por llevar a mi hijo en brazos abro la puerta del apartamento y camino a oscuras hasta su cuarto. Lo tumbo en su pequeña cama y quito sus zapatos y abrigo para que se sienta más cómodo. En cuanto termino suelto un pequeño suspiro agotado y avanzo hasta mi cuarto.

Mistakes《Wang YiBo》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora