Capítulo 11

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—Becka Miller eres una autentica estúpida —pulse el botón de contacto de mi auto para que el motor se pusiera en marcha.

Si mi primer pensamiento fue no hacerle caso otra parte de mi quería escuchar las tontas excusas que iba a darme en cuanto a todo este tiempo sin saber de él.

Las calles estaban poco transitadas y por suerte el lugar al que me dirigía no estaba tan lejos como pensaba. No tarde mucho para llegar a un zona bastante privada, varios conjuntos de edificios se formaban dando un aire bastante exclusivo.

Pronto di con el número de su edificio y aparque mi coche. Entré en el hall cuando un hombre de mediana edad se levantó de su asiento, iba a cruzar directamente al ascensor pero con ese gesto parecía que debía avisar antes.

— Buenas noches ¿puede decirme a que piso va?

—Vengo a ver al señor Wang, soy Becka Miller —el hombre asintió conforme

—El señor Wang la espera —se acompañó al ascensor y pulso el botón con el número 45 sobre el panel.

La máquina empezó a subir, iba rápido, y lo agradecía odiaba estar en lugares tan pequeños por tanto tiempo. Veía en una pantalla como los números ascendían con rapidez y mi corazón empezó a palpitar con fuerza expectante por lo que venía.

40...41...42...43...44...45...

Las puertas se abrieron, miré a mí alrededor buscando la letra B en la puerta, caminé despacio y toque el pequeño botón blanco. No oía absolutamente nada, ni pasos, ni ruido, nada. El tiempo pasaba y la puerta no se abría.

—No puedo creer que ese idiota se haya quedado dormido —mi sangre empezaba a hervir, había dejado el confort de mi apartamento por venir y ahora ese tonto no abrí a la maldita puerta— la culpa es mía por venir... —di media vuelta camino al ascensor cuando el sonido de la puerta me alerto, me gire despacio viendo a Yibo parado observándome.

Esperaba encontrarlo radiante y con su sonrisa de autosuficiencia pero nada de eso estaba ocurriendo, por el contrario grandes bolsas oscuras estaban asentadas bajo sus ojos, su piel estaba tan pálida que gritaba enfermedad por cualquier lado que lo viese.

— ¿Yibo? —me acerque despacio, cuando su cuerpo estaba a centímetros alargue mi brazo y toque su frente— estas ardiendo —con prisa lo empuje dentro de su casa y me apresure a llevarlo a su habitación.

Aunque claro... yo no sabía dónde estaba, intente mirar hacia diferentes lugares que me dieran una pista pero el lugar era grande.

— ¿Dónde está tu habitación? —pregunte, mientras lo pegaba a mi cuerpo temiendo que se cayera por lo débil que parecía estar.

—Arriba —susurro

Subí unas escaleras hasta el segundo piso, seguí un pequeño pasillo hasta llegar a una habitación enorme, lo ayude a acostarse y tome sus manos.

— ¿Desde cuanto estas así? —pregunté

—Desde hoy

— ¿Debería llamar a un médico?

—No, solo... solo... —las palabras murieron en sus labios.

—Iré a preparar algo para que comas —que quité el bolso y baje con rapidez al primer piso donde me pareció haber visto la cocina.

La casa era moderna pero sin llegar a ser minimalista, demasiado grande para una persona que vivía sola pero ese no era un tema que me incumbiese. Llegué hasta la cocina empecé a abrir los diferentes cajones y puertas para encontrar los ingredientes necesarios.

Mistakes《Wang YiBo》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora