Capítulo 52

103 16 19
                                    

Lucas se encontraba de un humor de perros. Ese idiota de Yibo había sido capaz de echar al suelo en pocos minutos todo lo que él había estado construyendo y por poco... por muy poco todo podría haberse ido a la mierda.

—Papá —Nate intento llamar la atención del pelinegro quien parecía sumergido haciendo girar los mecanismos de su cabeza.

—¿Mhn?

—¿Mamá está dormida?

—Sí, no vayas a hacer ruido —le advirtió.

Nate mordió sus labios incómodo. Desde hace mucho tiempo su mamá parecía estar siempre cansada y siempre estaba durmiendo. Las últimas veces que habían podido pasar juntos su mamá parecía no tener buen aspecto y eso lo desconcertaba, si dormía tanto ¿Por qué no tenía energía? Nate estaba triste, Becka ya no lo llevaba al parque o lo consentía como antes.

Aprovechando la desconcentración de su padre, el niño camino por el oscuro pasillo hasta llegar a la puerta del cuarto de sus padres. Intento hacer el menor ruido y entro en la alcoba. Camino despacio hasta el borde de la cama y observo a su madre. Extendió su pequeña palma y la puso frente al rostro de su madre moviéndola de lado a lado intentando llamar su atención. Nada.

Comprendió que su mamá estaba sumergida en un profundo sueño y que no iba a despertar, al menos no por ahora. Hizo un pequeño puchero.

—Mami —llamo a la castaña—, despierta.

Estuvo a punto de tocar el rostro de su madre, pero el pequeño no se había percatado que Lucas estaba detrás de él atento a la escena y mirando lo que estaba a punto de hacer el niño tomo su brazo con más fuerza de la debida y lo saco del cuarto.

—Acabo de decirte que mamá está dormida ¿Qué estas tratando de hacer?

Los pequeños ojos de Nate se cristalizaron y un prominente puchero salió a flote. Lucas se asustó de inmediato, el niño no lloraba, al menos no con frecuencia o por ser un malcriado, pero eso lo hacía aún más peligroso, si Becka se despertaba escuchando el llanto del pequeño sabría que algo va mal de inmediato.

—Sh...sh...Nate tranquilo, no llores, perdona, papá lo siente —el de ojos azules bajo su voz y acaricio el rostro de Nate intentando disipar las pequeñas lagrimas ya escurrían por sus ojos—, ¿Qué tal si vamos al parque? ¿quieres ir? —Nate negro, herido por el mal trato que su padre le había dado.

—Quiero a mi mami —consiguió decir intentando aguantar los sollozos.

—Mama está descansando, pero podemos pasar tiempo juntos, vamos, no llores más, te compraré un helado si te tranquilizas.

—¿De tres pisos? —Nate se limpió los ojos son el dorso de la mano y observo a Lucas

—Cuatro pisos —Nate hecho a un lado la tristeza y asintió—, ve a ponerte una chaqueta entonces.

El pelinegro al volver a quedarse solo rodo los ojos y aprovecho a echar un vistazo dentro de su habitación comprobando que Becka siguiese dormida, sabía que la dosis de somníferos que le había dado eran suficientes para hacerla dormir toda la noche pero de todas formas debía ser precavido y no hacer el menor ruido.

—Estoy listo —anunció Nate.

—Vamos entonces —ambos abandonaron el edificio y caminaron en dirección al parque más cercano. Para suerte de Lucas había bastantes niños con los que Nate podía interactuar y así librarse que hacerlo jugar el mismo.

Se sentó en un lugar estratégico por el cual podía divisar a Nate y siguió pensando. Ordenando sus ideas y planeando sus movimientos.

Si algo tenía claro era el gran amor que Becka le tenía a Nate. La castaña tenía un infinito amor por su familia y sabía perfectamente que si él no hubiese sido lo suficiente inteligente desde el primer momento en el que ella se enteró de su embarazo lo habría abandonado cual perro. Sentía temor, de que Becka pudiese volver a verse con Yibo y que volviesen a tener contacto acabando por volver juntos y es por eso que para Lucas era mucho más fácil tener a Becka sedada. De esa forma al menos sabía que la castaña no iba a hablar con él.

Mistakes《Wang YiBo》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora