La semana transcurrió con rapidez, lo que no espere, ni en esta vida ni en la otra, fue que el mismísimo jefe fuese a recogerme al aeropuerto para llevarme a mi nuevo hogar.
— ¿Cómo estuvo tu vuelo? —Pregunta mientras me guía hacia un auto negro— no era un viaje muy largo pero de todas formas todo viaje es cansado.
El hombre desprendía un aura bastante dominante, con su porte y elegancia, me hacía sentir pequeña, como una diminuta hormiga a punto de ser aplastada, no recordaba que se siéntese de esta forma cuando lo vi por primera vez en la fiesta de aniversario, era bastante intimidante.
—Bien señor, en realidad dormí todo el camino —dije esbozando una sonrisa sin mostrar mis dientes.
—Me alegro que descansaras un poco, el trabajo aquí será bastante duro así que los días que tengas libre, aprovéchalos.
—Lo haré señor.
Ambos íbamos sentados en la parte trasera del auto, él llevaba un traje seguro hecho a medida de color gris, calzaba unos zapatos negros notablemente caros, estaban completamente impecables casi como si esta mañana se los hubiese comprado, mire sus manos y el anillo dorado que había visto la primera vez que lo conocí no estaba en su mano. Aquel pequeño dato me dio que pensar, un hombre casado no suele quitarse el anillo así como así...
Durante varios minutos de viaje fue el silencio quien reino dentro de aquel automóvil, hasta que pronto llegamos a un pequeño complejo donde podía atisbar casas enormes, una más bonita que la otra, otras con más pisos, lo único que tenían en común entre ellas era que sus dueños eran personas de dinero.
—Baja, hemos llegado —mire a través del cristal pero no veía ningún edificio o algo parecido.
Seguí al hombre hasta que llegamos a una casa, el entro sin problemas, cosa que me desconcertó aún más.
Cuando entre de verdad mi boca se abrió demasiado, era una casa, una autentica casa, para nada esto se podía comparar con mi pequeño departamento en Shanghái.
—Pensé que iba a ser un piso, señor.
—Bueno es un piso si lo comparo con mi casa —dijo dando una carcajada— no te preocupes, la empresa correrá con los gastos, decidí que fuese aquí por la cercanía a mi propio hogar y demás asuntos.
—Entiendo, bueno, no tendría problema, muchas gracias de todas formas.
—No hay de que, tampoco hace falta que te preocupes por el mobiliario, ya que esto está bien equipado, tengo entendido que el resto de tu mudanza llegara mañana, así que solo debes estar pendiente.
—Bien señor, lo estaré.
—Bueno, entonces familiarízate con la casa, revisa todo y nos veremos en un par de días.
—Claro señor, gracias
—Nos vemos —el hombre giro sobre su propio eje y salió de la casa a paso elegante.
Corrí en busca de mi teléfono y llame a Yibo, pero la llamada no fue posible, seguramente Yibo aún estaba en el avión.
Miré la casa aun sorprendida, sin saber muy bien que hacer ahora, estaba al tanto que significaba trabajar para una persona como lo era Yang ZuLan, pero esto realmente era otro nivel, pero aun así me parecía excesivo vivir en un lugar así, esto me resultaba tan extraño y no encajaba del todo en lo que tenía que ver con mi trabajo.
El lugar tenía una paleta de colores entre negro, blanco y arena cremoso en cada punto de la casa, andando hacia el centro encontré la cocina, el mesón estaba echo de granito negro, al igual que los muebles y el techo que conformaba la cocina, de este mismo techo colgaban tres lámparas que aportaban luz artificial a la cocina, cosa que serviría para la noche, pues con las grandes puertas corredizas que daban al patio la luz natural era más que suficiente.
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Mistakes《Wang YiBo》
Fiksi PenggemarCon un una vida incierta y miles de proyectos destruidos. ¿Qué errores cometería al conocerlo? Y lo más importante... ¿Sería capaz él de perdonarla?