Capítulo 24

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—No quiero dejar de verlo— dijo levantándose para acercarse a él, sin embargo Ranma retrocedió dos pasos para mantenerse a distancia —Señor Ranma yo lo admiro mucho. Me equivoqué ¿De acuerdo? Pero no pude evitarlo es que... Es que...— quiso maldecir en voz alta pero no le quería dejar una peor impresión al hombre —Pero hay tantos rumores de usted con ella— señaló a Akane sin cortesía —No puedo soportarlo, dígame ¿Qué se supone que son ustedes?

Todo en la habitación quedó en un profundo silencio después de esa declaración. Akane abrió los ojos al tope tras oírla ¿Qué eran ellos? ¿Para qué contó esta pregunta? No le dijo ni diría a nadie los percances de su relación porque no era necesario que lo supiesen. Sin embargo había rumores de ellos relacionado en "algo" ¿Debía aclarar el asunto? Por una milésima de segundo Akane anticipó la respuesta de Ranma aunque inmediatamente la oleada de curiosidad fué reemplazada por colera. Estaba a punto de hablar cuando su jefe le ganó la palabra

—Suficiente ¿Es este tu comportamiento? Ni siquiera has ofrecido una sincera disculpa— reprendió el dueño del hostal ya en el límite de su paciencia. Harto de su actitud mandó a llamar un par de guardias, no la policía, pero si a la seguridad del hotel —escoltenla hasta mi oficina— ordenó con voz agrosada debido a la ira —Disculpe las molestias que hemos ocasionado. A manera de compensación le ofreceremos servicio de alimentos gratuitos durante cuatro días— garantizó mientras sonreía amablemente

—No, se preocupe yo...— Ranma aún no se recuperaba de la acusación ¿Qué eran ellos? Esa pregunta le rondaba la cabeza desde hacía años, aunque era bien sabido que sería más correcto preguntar ¿Qué fueron? —Solo quiero que no se me acerque en el futuro. Eso es todo— pidió sin ahondar en el tema

Akane por mucho que sintiera el corazón latirle con fuerza aún debía ser profesional —Le ofrezco una sincera disculpa señor Saotome, le garantizo que esto no volverá a suceder— se inclinó noventa grados delante suyo en muestra de su honestidad

—No hay necesidad de ser tan formal— dijo apenado —No tiene que hacer esto— el ambiente se tensó antes de que ella levantara el cuerpo

—Una vez más disculpe señor Saotome, debemos retirarnos— Hiroshi hizo una ligera reverencia antes de caminar hacia afuera

—Por el momento discúlpeme, no puedo acompañarlo más— se despidió ella dando por sentado el hecho, dichas esas palabras se giró siguiendo la figura de su jefe por la puerta. Aunque no lo pareciera se había metido en un problema, uno grande

Había algo que irritaba a su jefe más allá de toda descripción; y eso no era otra cosa que los rumores. La palabra rumor era como un tabú para él ya que debido a ese tipo de información de cotilleo hubo una vez que estuvo a punto de perderlo todo. Sus reglas eran estrictas pero siempre y cuando la divulgación no afectara la imagen del hotel él sería capaz de cerrar un oído para dejar a los empleados hablar

Sin embargo, ahora las palabras Kyoko Ninomiya la habían condenado. Rumores de una supuesta convivencia ambigua entre uno de sus empleados con un atleta no serían más que problemas —Espero que esos rumores cesen pronto señorita— dijo el hombre a unos metros de su oficina

—No sé cómo es que hay rumores al respecto, pero le garantizo que no causarán problemas— enfatizó Tendo con el rostro pálido. Aunque si había rumores alguien debió haberlos instigado en primer lugar, necesitaba encontrar la fuente y poner un fín al asunto

—Eso espero señorita— advirtió antes de abrir la puerta de la oficina —Ya no tiene que venir hasta aquí. Puede retirarse— teóricamente hablando para llegar a un acuerdo con Ranma no la necesitaba en absoluto, pero técnicamente al ser la segunda figura más importante dentro del personal además del gerente que por ahora estaba ausente, ella debía acudir para disculparse formalmente. Además la despachó para irse porque no quería a nadie rogando clemencia por un mal empleado

—Entiendo señor— aquello Akane lo entendió muy bien, ahora no era ella ningún pilar para que la otra joven se apoyara, en realidad ya no quería intervenir en su nombre, al contrario; se arrepintió por dejarla trabajar aquí. Aunque nadie podía ver el futuro o adivinar que Kyoko estaba muy probablemente enamorada de Ranma —Con su permiso— se excusó lista para irse

En su habitación Ranma veía el reguero de cosas desperdigadas en la cama y la alfombra. Una linterna de emergencia, costumbre adoptada después de entrenar en las montañas, el pasaporte, su billetera, algunas vendas y pomadas para el dolor, analgésicos en píldoras, era como un pequeño botiquín; además de una cajetilla de cigarrillos

Tomó este último articulo para contemplarlo con una mirada meditabunda. Ciertamente él no consumía sustancias nocivas que pudieran afectar su rendimiento físico por lo que evitó a toda costa fumar y beber e incluso ingerir con frecuencia medicamentos, sin embargo esta cajetilla fué la misma que Mousse le entregó para que le guardara antes de abordar el avión, prometió devolversela antes de que se fuera pero ya fuera una cosa u otra terminó trayendola consigo así como por su despiste no la tocó en absoluto durante todo este tiempo

Mousse, aquel quien se convirtió en la persona más cercana a él durante los últimos años vino a su mente una vez más

—No puedo aceptar este trato, le prometí a Cologne que curaría a su nieta a modo de remuneración. Es imposible, no sé que clase de locura propondría para hacerme pagar el boleto a China— no existía modo de cambiar de pronto sus planes, sobre todo porque la anciana no perdería oportunidad para hacerlo comprometerse con su nieta —Puedo prometer cualquier otra cosa menos esa

—¿Qué tal si me prometes a Akane en matrimonio?— soltó Mousse casualmente, claro que estaba jugando pero sólo quería molestarlo a lo sumo. Esperaba una respuesta llena de vehementes burlas pero lo que obtuvo a cambio lo impactó

—Jamás— inició el de la trenza —Nunca en tu vida te atrevas a decir idioteces como esta. Si vuelvo a escuchar que juegas de nuevo con el nombre de Akane o si tan siquiera tienes algún pensamiento hacia ella de esa manera no tendrás suficientes bocas para lamentarlo— lo amenazó. Quizá esto expondría completamente sus sentimientos pero no estaba dispuesto a ser intimidado ni a meter a la chica en una disputa. Quizá huyó como cobarde pero eso no impedía que la siguiera queriendo como su prometida a pesar de poner su matrimonio como última prioridad —Te prohibo que pienses en ella de esa forma

Ambos se enfrentaron, tenían la misma edad y casi la misma complexión física, que resultaba abrumador ver a dos personas expertas en artes marciales en ese enfrentamiento de miradas que podría desencadenar en los golpes. Al final fué  Mousse el que cedió, no por miedo, sino por respeto. Nunca en todo el tiempo de conocer a Ranma mostró tanta seguridad en su mirada cuando se trataba de su prometida. La había defendido en el pasado, por supuesto, pero todos esos llamados "progresos" Resultaban en certeras negaciones después. Incluso cuando ella estuvo a punto de morir se retractó, por lo cuál Mousse asumió que no la apreciaba de verdad

Quizá se perdió un evento importante que hizo a su contrincante caer a los pies de la Tendo menor pero eso le decía que al menos, por Shampoo no tenía interés —Bien bien— dijo relajandose —No haré las cosas difíciles para tí por esta vez. Aunque si tengo un par de condiciones para que repares las pozas. Primero: Si alguna vez llega a venir Shampoo no te mostrarás para ella, segundo: deberás entrenar conmigo todos los días

Continuará...

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