Capítulo 4

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El despertador de Akane sonaba justo a tiempo, la obscuridad aún reinaba en la casa Kuno, lentamente fue abriendo los ojos estirando cada uno de sus músculos. Qué noche

Bostezo sobando su nuca y revisando que su condenado celular no dejaba de reproducir esa infernal música fastidiosa, cambiaría de alarma eso era un hecho. Apagó el ruidito molesto bajando de la cama, ni bien había despertado del todo pero sus pensamientos se atropellaron unos con otros casi provocando un mareo, debía alistarse para trabajar, quisiera o no, su puesto requería su presencia y a pesar de que Ranma había vuelto no podía dejar sus responsabilidades de lado para esconderse bajo una gran roca

Guió sus pasos hasta su maleta escogiendo ropa lo más formal que se pudiera, al haber abandonado su casa tan repentinamente ni siquiera pudo razonar que al día siguiente tendría que ir al hotel. Se golpeó la frente con fuerza —Carajo— Y ahí estába de nuevo la maldición mañanera de diario. Caminó hacia el buró nuevamente tomando su celular, espero dos, tres, cuatro tonos siendo atendida por el buzón de voz. Definitivamente no era su mejor día

Pero tampoco es el peor

Pensó para si. Salió de la habitación dirigiéndose a la sala, seguramente Nabiki podría prestarle algún traje para hoy, tal como lo pensó; su hermana alistaba a la pequeña Yoko quien dejó de estar quieta corriendo a saludarla y regalarle una radiante sonrisa que levantó el animo de su tía

—Yoko— intentó regañar su madre pero lo dejó pasar, simplemente porque Akane tenía cara de muerto y solo se iluminó al ver a la niña —Debo terminar de peinarte para la escuela

—Quiero que me peine la tía Akane— pidió jalando su manga —Por favor

—Akane— Nabiki observó a su hermana, no podría cambiar la tozuda opinión de Yoko —Solo no te tardes ¿De acuerdo?— se giró caminando hacia la cocina, a pesar de poseer una fortuna y tener empleados era una grandiosa esposa, una madre cariñosa. De cierta forma ella y Tatewaki habían sabido crecer juntos. El Rayo azul de la escuela Furinkan había evolucionado a un adulto efectivo satisfactoriamente

Como si sus pensamientos lo hubieran invocado el hombre pareció detrás de ella mientras ataba su corbata —Buenos días— saludó pasando de largo, no es que tuvieran una mala relación como cuñados, simplemente él tenía más preocupaciones que dedicarse a mirar como peinaba a su hija

—¡Yoko ven a desayunar!— oyó el grito desde la cocina sonriendo. Se bajó del sillón una vez que Akane terminó de acomodar su pelo. Tenía cierta envidia de la vida en familia que mantenían sus dos hermanas, cuando su papá comenzó a tener problemas de salud debido a su edad decidieron que lo mejor era mandarlo a vivir con Kasumi y Tofu, era una verdadera bendición tener a un médico en la familia

Luego estaba Nabiki que fue tan rápida en casarse que no pudo pasar tanto tiempo juntas, sus responsabilidades y maternidad la habían absorbido casi por completo. Al final ni siquiera sus tíos se habían quedado. Akane estaba sola ahora en el Dojo; sentía el peso de la situación conforme pasaban los años pero lo asimilaba, era lo que tocaba

Nabiki la sacó de sus cavilaciones chasqueando los dedos cerca de su cara —Hey, despierta— le habló obteniendo su atención —Dile a la mucama que te dé uno de mis trajes y lo ajuste a tu medida, tienes que ir a trabajar— palmeó su hombro —En el comedor está tu desayuno, nos vemos— su esposo venía tras ella con Yoko en brazos

—Nos vemos Akane— Toda la familia Kuno salió de casa dejándola sola una vez más, a solas con sus problemas y fantasmas de antaño. A su derecha una mujer regordeta cargaba con la ropa formal para hoy

A Ranma no le costó nada llegar a la casa Kuno, se mantuvo oculto tras la esquina de una barda viendo como Nabiki y su familia abandonaban la residencia, seguramente su ex prometida estaría ahí. Espero pacientemente hasta que la vió salir por el portón que daba a la calle. Armada con su bolso, reloj de mano y teléfono móvil, se veía preciosa en ese traje sastre marrón. Sin darse cuenta de su presencia un auto salió de la casa mientras ella subía

El chico se quedó ahí parado, cavilando si debía seguirla o mejor esperar otro momento. Sonrió con amargura, le pesara o no la segunda opción era lo mejor que tenía por ahora. Sería mejor esperar, además debía ver a sus padres para convencerlos de volver a Nerima y arreglar las cosas no resueltas en el pasado

No sabía cómo Soun tomaría su regreso y el hecho de haber partido sin explicación alguna seguramente no le cayó en gracia, tampoco el ausentarse tantos años ayudaba mucho en su defensa. Simplemente tenía las de perder aunque con el pésimo panorama no quería darse por vencido

Akane sorpresivamente no podía salir de su cabeza, nunca pudo olvidarla

Caminó directamente a la central de trenes sin prisa, seguramente su madre ya había leído la carta que envió de ser así solo esperaba que pudiera perdonarlo y apoyarlo, porque Dios; necesitaba todo el apoyo moral del mundo en éstos momentos

En el pasado ni siquiera estaba seguro de querer una novia, por eso se negaba a responder cualquier tipo de afecto femenino de manera formal, admitía haber abusado inconsciente de todas las buenas atenciones que sus "prometidas" le brindaban, por más mínimas que fueran se mantuvo callado en la comodidad de sus sentimientos incógnitos que a su vez no dudaba en hablar sin pensar

Sorpresivamente sabía de antemano que Akane robaba su atención, más allá de una amiga Akane le gustaba. Se planteó la hipotética situación donde confesaba sus pensamientos en voz alta, le daba pánico: Porque Akane era preciosa de eso no había duda, sin embargo sus padres seguramente los casarían apenas lo supieran, a su edad no quería un matrimonio, eran demasiado jóvenes

Cuando partió a China se fue con la idea de olvidarla, de que seguramente esa atracción se borraría al pasar el tiempo. De creer o no, irónicamente la situación fue a peor cuando se dió cuenta de la falta que le hacía

A pesar de no poseer cualidades perfectas Ranma sentía incompleta su vida sin Akane le extrañaba y a menudo se preguntaba ¿Cómo estaría? ¿Se habría molestado? ¿Tambien lo echaba de menos? Aún cuando llegó a obtener la cura de su maldición intentó salir adelante en China, se concentró en sus entrenamientos yendo con diferentes maestros juntando tantas técnicas hasta sentirse satisfecho físicamente

Aún con esas una parte de su corazón se sentía inquieta, le repetía constantemente que fuera a buscarla. A preguntarle cómo iban las cosas en su vida, atormentado sin saber si se habría enamorado ya de alguien. Si existía la posibilidad de haberle gustado cuando eran adolescentes, si ese afecto aún seguía con vida

El tren se detuvo despacio, silvo anunciando su llegada a Hokkaido, se dispuso a mirar un mapa de la ciudad para orientar sus pasos y llegar correctamente a la casa de sus padres. Iba preguntando también por las calles hasta que llegó a una pintoresca casita llena de vida donde su madre se veía a lo lejos regando las rosas del jardín —Mamá— cuando le habló su situación cambió por completo, sintió más real el hecho de haber vuelto a casa

Nodoka volteó apenas oyó su nombre. La voz de Ranma había cambiado pero seguía distinguiendo perfectamente a su hijo. Las lágrimas salieron de sus ahora arrugados ojos mientras una sonrisa temblorosa se extendía por toda su cara —Hijo— salió del patio abriendo la puerta para recibirlo adecuadamente. Apenas se vieron de frente la mujer lo abrazó —Mi Ranma

El muchacho devolvió el gesto suavemente —Volví mamá 

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