Un mes no fué ni largo ni corto, simplemente fueron treinta días que transcurrieron igual que siempre para todos. A menos de una semana para que su lapso de trabajo terminara, Akane se encontraba organizando sus pertenencias en cajas. Su ánimo se había recuperado, era mejor ser optimista en lugar de dedicarse a lamentar lo que no tenía remedio
Mientras sellaba una caja, su secretaria vino a llamar a la puerta —Señorita Tendo— murmuró para que supiera quién era
—Adelante Olivia— habló fuerte cortando la cinta adhesiva. Cuando la joven entró no pudo evitar suspirar con pena. La señorita Akane era una excelente trabajadora, era injusto su despido —¿Tienes los documentos que te pedí?— cuestionó al sentir su tristeza. Era inevitable, habían entrado a trabajar casi al mismo tiempo y ahora sería la secretaria de Matsumoto, eso no la ponía tan feliz
—Si señorita, aquí están— entregó una carpeta con folios, eran los últimos arreglos antes de que se fuera. La de pelo azulado asintió significativamente —Además, el señor Hiroshi la ha llamado a su oficina— aquello último no quería decírselo. Después de que los empleados se enterasen de su despido, muchos estaban inconformes con ello antagonizando a su jefe
—Gracias, voy en un momento— dijo finalmente. Era irremediable
Después de reorganizar la carpeta salió de su oficina semi vacía encaminándose a la de Hiroshi, el eco de sus pasos se mezclaba con el sonido de las voces en recepción volviéndola nostálgica. Al llegar se tomó un par de segundos antes de llamar a la puerta, su mano tocó con delicadeza anunciando su llegada, desde dentro, oyó un "adelante" sereno
—Con permiso— habló finalmente abriendo la puerta. Esta oficina era un lugar al que acudía con frecuencia para recibir a menudo elogios y sin embargo estaba en una situación completamente diferente ahora —¿Me mandó llamar señor?
—Si, por favor toma asiento ¿De acuerdo?— Hiroshi entrelazó sus dedos sobre el escritorio para informar la situación —La demanda por difamación ha concluído, con fallo a nuestro favor— luego de eso, sacó un sobre amarillo de su cajón —El pago de indemnización ha sido recibido antier, después de declarar impuestos sobre el monto total, ésta es la parte que le corresponde— finalizó deslizando el sobre en su dirección
Aquello Akane lo encontró increíble, después de todo era por ella que los rumores surgieron en primer lugar. No, era correcto decir que ella no quiso despedir a Kyoko Ninomiya en primera instancia, abrumada por el inesperado favor, se adelantó —¿Por qué me dá esto? La demanda la hizo el hotel, no yo
—Señorita Tendo, sé que a pesar de todo usted no demandó a esa chica porque no quería causar más problemas. Aunque ella no halla sido agradecida con usted, yo estoy agradecida con mi personal. Para mi, sería muy grato compensarla porque también mancharon su reputación— Realmente Hiroshi quería decirle que se quedara, pero conocía a la muchacha lo suficiente para saber que su sentido de dignidad era admirable. Además, no sólo se refirió a la dignidad de ella, sino a su propia palabra, por supuesto que estaba renuente a despedir a una empleada tan competente y capaz, pero a veces uno necesitaba aferrarse a sus propias decisiones aunque parecieran tontas. Quizá ella encontraría un mejor empleo y podría crecer aún más
De nada sirvió despedirla si se iba a retractar, era mejor dejarla marchar sin obstaculizar su camino
—Señor, esto... ¿No es un poco injusto?— Volvió a cuestionar
—Como dueño, yo decido que es justo y que no es justo— la cortó sin dar más pie a objeciones —El depósito de su liquidación estará hecho en un par de días, si necesita a alguien para llevar sus pertenencias al lugar necesario, solamente hable. Ah, y por cierto, la Carta de recomendación estará pendiente en firmar hasta el último día, para darle validez el mayor tiempo posible— Era lo único que podía hacer por ella, Hiroshi y su mujer no tenían hijos por lo que la trataba como a una hija, más, al final no lo era —Puede retirarse.
Akane no pudo negarse ante su amabilidad, sabía que en realidad no quería removerla de su puesto, sin embargo, aunque él le ofreciera quedarse, no lo haría —Gracias señor, con permiso— salió de la oficina tranquilamente guardando el sobre de dinero en su agenda.
Más tarde, cuando volvió a casa, se encontró con su familia esperándola para despedirse. Un día después de haberle contado a sus hermanas sus planes, le dijo todo a Soun, aunque el hombre no parecía feliz con su elección y se negó rotundamente dejando de hablarle durante ese tiempo hasta hoy. Al parecer era ese el incentivo por el cual se iban del Dojo también. Su corazón se apretó cuando entró anunciando su llegada —Ya volví— musitó suave
—Nosotros ya nos vamos— respondió Soun hosco. Su desagrado escrito en sus rasgos
—Papá— llamó Akane acercándose a él —Por favor, no estés enfadado, sólo renuncié a mi puesto en el hotel porque quiero reabrir el Dojo
—¿Y tenías que traer a ese... Muchacho, para dar clases aquí? ¡Hay muchos maestros honorables!
—Sé que no te agrada la idea de que Ranma venga, pero sólo dará clases a lo sumo. No va a vivir aquí— dijo firmemente, aunque en realidad no había hablado con él aún, creía que tampoco se negaría —Sólo es por el bien de la Academia ¿No? Por favor papá, no estés tan molesto
—Akane— el mayor suspiró. Su más grande sueño siempre fué qué su hija heredara la escuela de Artes marciales y engrandeciera su nombre. Pero las circunstancias habían cambiado ahora, no sólo estaba en desacuerdo con su elección de profesor, sino con el hecho de que ella estuviera tan convencida para ello ¿No sufrió suficiente?
—Papá, entiendes a los artistas marciales mejor que yo. Se negarán a recibir instrucción profesional de una mujer— El único hecho de que ella no abriera clases para edades más allá de los once años, era que los adolescentes decididos a convertirse en peleadores no elegían a mujeres como sus entrenadoras. En la mayoría de los casos buscaban maestros varones —Papá...
—¡De acuerdo!— interrumpió entre frustrado y triste —Pero no quiero estar aquí para cuando eso pase— dicho eso último tomó su maleta arrastrandola fuera
Akane se quedó en su lugar por un tiempo sin saber cómo reaccionar ¿Había dicho que si? Luego salió corriendo antes de que Soun pudiera entrar al auto de Tofu —Papá, espera— pidió con velocidad alcanzandolo sin poder evitar su pregunta de nuevo —¿Estás de acuerdo?
—Solamente estaré de acuerdo si el Dojo Tendo se vuelve tan importante como dices— el mayor ya no quería discutir, de todas formas su hija ya había renunciado al trabajo ¿Qué podía hacer además de apoyarla? Pero no quería ver a Ranma en su casa, por eso decidió que era mejor volver con Kasumi y Tofu —Puedes venir a visitarme el día que quieras— reiteró antes de subir al vehículo finalmente. Tofu y Kasumi estaban sonriendo con una mueca que realmente no era una sonrisa
—Alegrate Akane, papá ya dijo que si— suspiró la mayor. Si ella quería arriesgarlo todo, ellos tampoco podrían detenerla —Si necesitas algo, puedes venir siempre a buscarme— animó también subiendo al auto, por su parte, su cuñado no estaba de acuerdo tampoco
Reservándose sus opiniones se despidió antes de marcharse con el resto. Afortunadamente los niños estaban en la escuela, por lo que no vieron la discusión entre ellos
Nabiki caminó tras su hermana para poner una mano en su hombro —Akane, puedes retractarte de ese plan todavía— persuadió una vez más. No obstante, la menor había hecho su elección ¿Por qué debería arrastrar su pasado como un fantasma? Tal vez ellos no entendieran que era mejor enfrentarlo de una vez.
Continuará...

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Papel
FanfictionRanma y Akane se han distanciado después de terminar el instituto, sorpresivamente Ranma había logrado obtener un boleto a China y sin mirar atrás el muchacho se fue en busca de su cura Akane... Akane aprendió a superarlo, con el paso del tiempo Ra...