Capítulo 43

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Nunca fué un hombre de conflictos, en realidad. Él era más bien un introvertido que solo se ocupaba de sus propios problemas, fué así hasta que llegó al poblado de Nerima hacía poco menos de dos años

Durante ese tiempo convivió con una familia especialmente particular, llena de alegría. Aunque sus miembros todos eran diferentes, funcionaban a la perfección como un sistema de engranajes de diversos tamaños. Fué ella quien despertó todo lo que ahora le asfixiaba. Aunque tenía una firme confianza, todo hombre enamorado se sentiría en cierta medida traicionado cuando la mujer de su afecto convivía tan íntimamente con su antiguo y más fuerte amor

Porque al principio no quiso saberlo, más la curiosidad lo llevó a preguntarle al doctor Tofu sobre la relación exacta entre Akane y Ranma. Qué fueron ellos además de prometidos como una mera formalidad.

Aquella mañana el siempre amable Tofu se encontraba trabajando, su consultorio no tenía pacientes el día de hoy por lo que era un raro momento de paz, desde que amplió la clínica y contrató a un par de enfermeros para apoyarlo con sus pacientes, era extraño ver el lugar vacío. Hasta que una figura menuda apareció por la puerta

Con el cabello lacio y castaño combinaba ese par de ojos sesgados, un extraordinario médico que buscaba algún centro médico para realizar sus prácticas como interno —Buenas tardes— saludó con un semblante solemne. Además de sus rasgos físicos, lo que llamó la atención del galeno fué la determinación en sus ojos. Sin embargo ¿Por qué había tanta fiereza en su mirada? ¿Qué buscaba?

Esa tarde decidió buscar a su novia para acompañarla al juzgado donde le darían posesión sobre los bienes que había comprado recientemente. Para fortuna, los vendedores accedieron a las negociaciones rápidas llegando a un precio favorable para ambas partes. Con el dinero al alcance fué relativamente fácil conseguir los inmuebles

Llegó antes de la hora de la comida para invitarla primero a almorzar. Habían pasado algunos días desde que la vió, entre sus obligaciones como médico y los nuevos proyectos de ella, apenas intercambiaban mensajes. No obstante, fué el momento justo en el que abrieron la puerta que toda su expectativa se evaporó en el aire ¿Deja Vu? —Buenas tardes, Saotome

—Buenas tarde Yukimura— Ranma abrió la puerta. Después de acceder a dar clases en el Dojo, también eligió la opción de hospedarse aquí, su razón principal fué la lejanía entre Hokkaido y Nerima, era un verdadero inconveniente venir hasta aquí —Adelante— no necesitaba explicaciones extra, sabía que venía a visitar a Akane por lo que se ahorró la tarea de llamarla dejándolo entrar directamente

—Gracias— Kotaro no esperaba esto. Un poco menos feliz se adentró pidiendo disculpas por la intromisión. Caminando hacia la sala de estar, se encontró con una conversación desde el pasillo

—Tienes que dejarlo hervir por más tiempo. Aún no está listo— la voz varonil regañó —la carne de res tarda más en cocinarse, no saben nada sobre el hotpot

Al virar se encontró con un montón de gente alrededor de la mesita ratona vigilando una olla humeante sobre una estufa. El que había reprendido no era nadie más que Mousse quien vertía sobres de saborizantes para la sopa —¡Kotaro!— Akane brincó desde su asiento con emoción para encontrarlo —¿Por qué no me avisaste que venías?

El muchacho se sintió incómodo por ser el centro de atención, los ocho pares de ojos ahora se dirigían al él en espera de una respuesta. Aunque sabía que Akane vivía con más personas no espero que se volvieran tan cercanos como para hacer hotpot todos juntos. Pero al pensarlo mejor, tal vez era comprensible; después de todo ellos se conocían de antes —Pensé en pasar antes de ir al juzgado— respondió con suavidad al tiempo que sonreía —Puedo verte más tarde, no hay problema— si bien entendía su tipo de convivencia, no significaba que estuviera ahí para volverse cercano a ellos. En realidad le desagradaba la idea

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