Por primera vez en su vida le hubiera gustado empezar el día sin alguna mala palabra, pero ahí estaban sus estúpidos manos libres jodiendose del cable y dejando sin audio a una ridícula bocina miniatura y para variar la que se oía mejor —Mierda...—
—¡Tía Akane!— de pronto todo pensamiento negativo fue sustituido por la alegría que solo sus sobrinos podían darle
—Aira, mi princesa. Es un milagro que visites a tu tía— los ojos de la niña y la aludida mayor chocaron en un encuentro del marrón con avellana —¿Cómo has estado?
—¡Muy bien tía! ¡Mamá va a llevarnos al parque de diversiones!- la entusiasta niña saltaba sosteniendo las manos de Akane haciendo que se moviera también —¡Vine para invitarte!— anunció alegre
—Y para que dejes un poco de lado todos los pendientes de tu día, por una vez no está mal divertirte Akane— Kasumi entraba por la puerta de la casa Tendo con su sonrisa característica
—Hola Kasumi, me alegra que vinieras— la hija menor de Soun levantó en brazos a su sobrina acercándose a la mayor —Claro que voy a ir con ustedes, solo tomaré mi bolso y nos iremos ¿Está bien?
—¡Yeih!— Celebró Aira elevando sus manos —Vamos tía, hay una nueva rueda de la fortuna en el parque. Es más grande que la anterior
Las tres salieron tranquilamente de la casa encontrando a Tofu esperando por ellas con el pequeño hijo del matrimonio Ono —Hola doctor Tofu ¿Cómo se encuentra?— Akane saludó al médico que desde hacía tiempo formaba parte de su familia. Siete años, los mismos que tenía Aira su pequeña sobrina
—¡Tía¡— otro torbellino corrió para abrazar las piernas de Akane de manera efusiva
—Hola terrón ¿Cómo has estado?— Inquirió al niño castaño quién respondía al nombre de Yuno
—Hola Akane, mejor no puedo estar ¿Dime cómo van las cosas para tí?— Tofu se acercó despacio con las manos en los bolsillos. El galeno que antes fuera su primer amor se había convertido en su cuñado y eso a la joven no le sorprendía, siempre supo que para él no existían otros ojos que no fueran de Kasumi, tuvo que aceptarlo cuando Ranma la hizo darse cuenta
Ranma...
—Muy bien, el Dojo tiene más aprendices esta temporada de vacaciones— Contaba bajando a su sobrina, después de haber hecho publicidad aquí y allá sobre clases de combate libre, el Dojo se llenaba de niños cada verano —Hay buenos chicos, son hábiles
—Me alegra saber que el Dojo nuevamente está en funcionamiento, quizá Yuno pueda venir a clases cuando cumpla los cinco años
—Mi terrón siempre será bienvenido, incluso pude venir a clases desde mañana— consintió alegremente aplastando con suavidad las mejillas del niño —Pronto debería aprender el estilo libre de la familia
La modernidad había golpeado Nerima con fuerza, todo lo que suponía la pacífica ciudad ahora se veía ataviada por edificios altos y negocios mucho más grandes
Pero el Dojo había seguido igual que antes, la madera pulida de la duela recibía a los aprendices en la época soleada del año, la disciplina era importante en la vida de los japoneses y eso era algo que Akane agradecía con creces pues los padres veían con buenos ojos a sus clases como un medio para formar el carácter
—Vámonos, llegaremos tarde al parque— Aira tenía tanta energía que contagiaba sus ganas con todo el mundo. Tomando a Akane de las manos la guió hasta el coche de su padre —Tenemos que pasar por la tía Nabiki y Yoko
El auto de Tofu arrancó llevándose consigo a su familia y cuñada, desde que se había casado con Kasumi no era común que se reunieran tan seguido. Sin embargo esta vez no quería dejar a Akane en casa, no estando sola, necesitaba llevarla con todos para evitar que Ranma se encontrara con la joven, quería evitarle un mal rato a ambos. Pues apenas la semana pasada recibió una postal de China por parte del azabache anunciando su regreso

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Papel
FanfictionRanma y Akane se han distanciado después de terminar el instituto, sorpresivamente Ranma había logrado obtener un boleto a China y sin mirar atrás el muchacho se fue en busca de su cura Akane... Akane aprendió a superarlo, con el paso del tiempo Ra...