Capítulo 6

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El día terminó para dar paso a la tarde. La familia Tendo se disponía a comer en lo que agua vez fue el hogar de todos, entre risas cada uno de los integrantes se sentaron alrededor de la mesita -Akane no aparece, le llamaré una vez más- y como si las palabras de Nabiki fueran un conjuro la hija menor de Soun anunció su llegada

-Y eso que es su propia casa, caray- el señor Tendo comentó al aire poniendo tensa a su hija intermedia pero no lo notó

-¡Ya llegué!- se oyó en la puerta

-Hija- el canoso hombre se levantó para abrazar a su hija y besarle las mejillas cuando estuvo en su campo visual -Mirate, estás hermosa

-Gracias papá- A pesar de que Akane era adulta ya, siempre se comportaba tiernamente con su padre -También te ves espectacular ¿Qué te hiciste?- cuestionó sonriente -A que te haz hecho algo en el bigote-

-Sólo lo corté un poco, ya sabes, soy viejo pero soltero- Bromeó Soun, que a pesar de no buscar ninguna pareja después de su difunta esposa a veces le daba por bromear sobre su viudez -Pero pasa hija, hoy Kasumi se lució con la comida

Los comensales la saludaron desde sus puestos mientras ella devolvía el gesto -Hola- sus tres sobrinos se encontraban en una mesa más pequeña que la suya saludando con la mano. -Huele delicioso, hace demasiado tiempo que no como algo hecho por Kasumi- recordó los viejos tiempos disfrutando la fragancia del pescado frito

-Creeme ni aunque comieras todos los días podrías rechazar algo de ella- comentó Tofu recibiendo su tazón de arroz -¿No es verdad suegro?

-Por supuesto que no, mi niña siempre ha sido una grandiosa cocinera, siempre quise que estudiara gastronomía pero siento que la limite demasiado- dijo apenado el hombre

-No te apures papá, mi vida me gusta como es y no cambiaría nada de cómo ha sido hasta ahora- Kasumi le intentó quitar pesar a su progenitor -Además Nabiki podrá mantenernos a todos cuando ya no podamos más- sonrió generando gracia entre los presentes

Desde el incidente con Ranma la familia de Akane se había vuelto más numerosa pero al mismo tiempo más unida, habían aprendido a comunicar sus sentimientos de alguna u otra manera para evitar que cosas como las de antaño ocurrieran, ahora su relación era más suelta que en el pasado ya que si bien no era mala tampoco era tan expresiva

-Todos podrían vivir en nuestra casa- consintió bebiendo un poco de agua -Podríamos hacer las maletas de todos ahora mismo

El ambiente ameno continuó mientras la familia comía, entre anécdotas alegres y los tres nietos de Soun correteando por la casa, la tarde se convirtió en noche cuando la oscuridad reinó por completo anunciando el final del día. Yoko dormía en los brazos de Nabiki -Creo que debemos irnos- anunció la mujer cambiando un poco su posición -Éste angelito necesita dormir- sonrió con ternura viendo a su hija

-Oh vamos hija, pueden quedarse aquí, no creo que Akane se moleste si se quedan en su casa ¿Verdad hija?- la aludida reaccionó apenas, ella incluso se estaba alistando para irse también

-Eh... No claro que no, esta es casa de todos, ni siquiera tienen porqué pedirme permiso- sonrió nerviosa, se sentía al descubierto pues su padre no tenía idea de que Ranma había regresado a la ciudad -Claro que pueden quedarse, sus camas están siempre listas para recibir visitas

Nabiki asintió entendiendo el plan -Creo que es buena idea que nos queremos todos como en los viejos tiempos- se levantó con cuidado de no despertar a su hija -Iré a recostarla

-Yo también quiero dormir- Yuno se acercaba a su madre bostezando -¿Vamos a casa?- cuestionó el niño a Kasumi

-No cariño, hoy vamos a quedarnos en casa de la tía Akane ¿Está bien?- le sonrió cálidamente acariciando su cabeza

-Yo arropo a los niños querida- Tofú se levantó de su lugar cargando a su pequeño en brazos -Vamos Aira, también debes de dormir- su otra hija también se encaminó al segundo piso de la casa

El silencio solamente era interrumpido por el tic tac del reloj en la pared, Soun miraba con nostalgia hacia afuera y sin ser conciente se sumergió en una ola de recuerdos, desde el día en que abrió el Dojo Tendo en sus años mozos, cuando conoció a su amada Naoko y decidieron casarse. La llegada de Kasumi a su hogar, después Nabiki y al final Akane. Su hija más pequeña había perdido a su madre desde muy temprana edad aunque todas sus hijas habían perdido el pilar principal de la casa no se dejaron derrumbar

También recordó la llegada de los Saotome a su hogar, el compromiso de Akane con Ranma... Su ceño se frunció. Ranma, ese cobarde

-¿Papá?- Akane intentaba hablarle deteniendo la ráfaga de recuerdos -Tu habitación está lista si quieres dormir ya- la sonrisa de la mujer la dió confort Lo ha superado pensó para sí mismo -¿O quieres quedarte un poco más despierto?

-Si, sólo un poco, quiero tomar té antes de dormir- sonrió contrayendo las arrugas de su cara. Quizá no podría ver a los hijos de Akane pero supo al menos que Ranma hizo lo correcto en irse, a pesar de romper el corazón de su pequeña con su partida, demostró que no era el hombre que creyó podría continuar su legado, alguien con tan poco honor no merecía su dojo ni mucho menos a su hija

El celular de Akane comenzó a vibrar en su bolsa de mano, rápidamente atendió la llamada pidiendo disculpas para luego salir de ahí -Dime Ukyo

-Hola Akane, oye perdóname por no confirmar si podíamos vernos pero me quedé hasta tarde en el hotel ¿Crees que podamos vernos mañana?

-Oh, claro. No te preocupes, de hecho se me había olvidado- admitió culpable y divertida -La familia vino a casa y ya sabrás, el tiempo pasó volando

-Me alegro mucho, bueno entonces te dejo Akane, descansa

-Descansa también Ukyo, hasta mañana- Se cortó la línea dejando en silencio el pasillo, suspiró con fuerza intentando despejar su mente. Hace tiempo que no se sentía tan cómoda en casa, extrañaba el ruido, la familia reuniéndose como ahora, quería volver el tiempo para haber disfrutado más de esos momentos que actualmente eran tan escasos

Quién iba a pensar que su vida de volvería tan solitaria

Ranma daba vueltas en la cama, antes de irse con su madre debía volver por su maleta al hotel, entre una cosa y otra terminó durmiendo ahí una noche más

Al día siguiente se alistó desde muy temprano para irse a Hokkaido, terminó el papeleo en la recepción comenzando a caminar rumbo a la salida. De pronto alguien pasó a su costado haciéndolo girar el cuerpo ligeramente, quiso protestar ante el empuje pero su enojo se vió totalmente apagado cuando observó a lo lejos lo imposible

Akane hablaba con la recepcionista animadamente, en un traje color crema y bolso a juego se reía con la otra mujer mientras la gente seguía con su camino, él en cambio de quedó parado observando desde lejos

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