Capítulo 49

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No le importó el ardor de sus rodillas, se bajó de la camilla en cuanto conoció el estado de Kotaro ¿No lo había protegido entonces? Luego recordó que había caído inconciente en las manos del enemigo dejando una brecha para que pudieran lastimarlo

¿Fué por su bien?

Se lamentó de inmediato abriendo sin avisar el consultorio personal de Tofu.  Las esquinas de sus ojos ya tenían lágrimas al borde de resbalar por sus mejillas. En cuanto vió al muchacho con un aparato alrededor de todo su brazo sintió una punzada en el pecho —Kotaro— se apresuró dentro sin detenerse a pensar sobre sus propios pies descalzos —¿Cómo pasó esto?

—Akane, has despertado— debido a que ambos galenos permanecieron dentro no sabían que ya estaba de pie —¿Te duele algo? ¿No te sientes mareada?

—¿Este es el momento para preguntarme a mí? ¿Eso crees?

—Akane— Intentó hablar pero ella ya estaba derramando lágrimas —No llores— intentó incorporarse pero fué detenido por el médico mayor —No estoy en problemas, mírame ¿Te parece que estoy en problemas? Ven, no llores

Inmediatamente se dirigió a su lado limpiando los rastros de lágrimas —Es mi...

—No es tú culpa— cortó firme. Esto por supuesto no fué su culpa, no debería sentirse de esa forma —No es gran problema, yo también soy un médico y conozco mi propia condición. No debes preocuparte por ello

—Pero y si...

—No, no habrá sí. Me basta con saber que estás aquí— consoló tomando una de sus manos —Sonríe un poco ¿No? Me hará sentir mejor

Akane hizo su mejor esfuerzo por sonreír. No encontraba ningún motivo para hacerlo mientras estuviera herido, su mueca solo se convirtió en un intento fallido —¿No es grave? ¿Qué pasó exactamente?— cambió de tema al sentirse impotente

—Es sólo una luxación, estaré mejor en algunas semanas. No hay más problemas ya que fué atendido a tiempo— ella parecía algo escéptica al respecto por lo que agregó —el doctor Tofu puede confirmarlo

Sin ser convencida del todo miró al aludido en busca de una respuesta. Tofu se encontró indefenso, era cierto que no había problemas serios actualmente pero seguía preocupado por el muchacho. Ahora tenía dos opciones, decirle la verdad o exagerar un poco su condición para mantener a raya a este joven imprudente —Estará bien, siempre que siga al pie de la letra las instrucciones de cuidado— se decidió a hablar por fin. Esperaba poder decirle a Akane en privado que no lo dejara esforzarse demasiado. Bajando la vista se dió cuenta de que la Tendo menor no llevaba ningún tipo de calzado —¿Y tus zapatos?

—¿Eh?— ella también lo notó apenas mirando con vergüenza sus pies. Había estado tan ansiosa que olvidó todo a favor de venir a verlo —Creo que...

—No importa— Kotaro pudo notar su rostro apenado sintiéndose menos tenso. Sus ojos brillaron con diversión cuando cortó la conversación —Doctor Tofu, tal vez sea bueno que le haga un chequeo completo a Akane antes de determinar que está saludable— pidió de forma significativa

Tofu estuvo deacuerdo tan rápido como pronunció esas palabras, siempre fué extra cuidadoso con la familia Tendo por lo que no era extraño cerciorarse una segunda vez. Asintió mientras le pasaba un par de pantuflas a la joven —Vamos Akane— Además, era lo suficientemente listo como para entender que el muchacho necesitaba espacio, para él y para el otro hombre detrás de la puerta

Ranma había estado escuchando a escondidas, no por querer fisgonear realmente. En cuanto supo que Akane corrió dentro quiso detenerla para que no se alterase demasiado, más fué tarde para cuando ella ingresó al consultorio interno. Se quedó espaciado en la puerta sin saber cómo reaccionar

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