Capítulo 41

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Ranma miraba la cara de Mousse como si estuviera listo para ver un agujero en ella. No concebía la idea de que ahora él viviría con Akane ¿El mundo se volteó de cabeza? —Ayudame a entender por qué te conté de mi encuentro con ella en primer lugar

—Bueno, Saotome, soy un hombre desempleado— respondió con simplicidad —Tengo que vivir de algo

—Eres un imbécil entrometido ¿Por qué fuiste a verla?

—No te enojes. Solamente seré un profesor, no es como si fuéramos una pareja de recién casados— al decir eso sintió un impacto considerablemente fuerte en la cabeza —Tarado

—Vuelve a hacer un chiste como ese y te regreso a China de una patada— amenazó entrecerrando los ojos de manera peligrosa

—Uy, el tren de celos Saotome arrancó a toda velocidad— se burló esquivando su puño entrante —Chu... Chu...

—Cállate, no estoy celoso— negó vehemente comenzando a sentir calor en las mejillas. Lo que le faltaba, un sonrojo

—Por supuesto— ironizó con sorna. Ranma siguió lanzando ataques sin éxito, cuando su corazón estaba turbio sus ataques se volvieron menos precisos haciendo fácil esquivarlo —¿Sabes qué es raro?— lo detuvo abruptamente —Aunque fuí el domingo para encontrarla, me dijo que estaría toda la semana ¿No tiene un trabajo al cual ir? Es extraño. Aunque probablemente le dieron vacaciones— analizó —Ó la despidieron y ahora busca otros medios para subsistir

Las palabras de Mousse habían despertado una inquietud incontrolable en Ranma. No quería considerar el hecho de que Akane pudo ser despedida por su culpa, pero la paranoia a veces podía más con él

Ahí estaba haciendo una maleta para ir a verla, aunque fuera solamente para confirmar que no fué echada de su trabajo por él y asegurarse de que Mousse no intentara algo imbécil

No tenía idea de que el ajetreo en el Dojo era bastante animado.

—¿Convertir el Dojo en un hotel?— La familia se reunió en casa de Kasumi después de que Akane los llamara a todos, aunque consideraba que su idea era realmente buena, no quería elegir arbitrariamente sobre el inmueble que fué el hogar de ellos alguna vez. Soun estaba sorprendido, primero renunciaba, después reabria el Dojo con profesores nuevos y ahora quería convertirlo en hotel. Él se dió cuenta de que entendía a su hija cada vez menos —¿Por qué un hotel?

—Verán, ayer una pareja de mujeres se quedó en casa porque no tenían donde pasar la noche, buscaban un hotel pero el más cercano es donde yo trabajaba antes. De cualquier manera, no era prudente enviarlas a esa hora para irse, así que las acepté. Fué de esa forma que se me ocurrió convertir la casa en un hostal tradicional

El edificio en sí tenía una estructura antigua, su construcción era muy fiel a las antiguas casas japonesas. Había visto su cuota de personas queriendo hospedarse en lugares que se acercaran más a la cultura nipona, por lo tanto creyó que sería fabuloso atraer a esos clientes

—Pero si Mousse y Shikata viven ahí solamente te quedarían tres habitaciones para rentar— hizo ver Kasumi. Ella había sido ama de casa durante casi toda su vida, por lo que entendía a la perfección que mantener un lugar lleno de gente era difícil —Además necesitarás más de un baño, camas, alguien que te ayude a preparar comida...— no creía que la idea fuera errónea, solamente el inmueble era poco propicio

—¿No estaban vendiendo los lotes de a lado?— intervino Nabiki de pronto. Nerima había sufrido cambios con la tecnología, pero seguía siendo en esencia un poblado tranquilo, del cual muchas familias migraron a otros lugares más prósperos decidiendo vender sus terrenos, había muchos de ellos en el vecindario del Dojo. La ciudad tenía lo suyo en cuanto atracciones, pero le faltaban un par de cosas, como por ejemplo, el hotel que sugería Akane —¿Por qué no compramos los lotes y construimos un nuevo edificio?— sugirió la mediana. Para ella era como hablar del clima si se referían a construir un edificio completamente nuevo, sin embargo, Akane no estaba tan segura de eso

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