Cuando la conoció. Parecía que el mundo le mostraba una especie de nuevo resplandor
—¿Doctor Tofu?— la melodiosa voz resonó desde la entrada. Kotaro estaba revisando un par de historias médicas en el escritorio de recepción. La enfermera en turno había pedido permiso para salir un par de minutos por lo que a él no le importó quedarse en el puesto para recibir a los pacientes
De forma sistemática levantó la vista, para darle la bienvenida al establecimiento, cuando la joven locutora de la pregunta ya había entrado hasta quedar frente a él. Fué entonces que las flores de primavera brotaron en su interior ¿Quién era ella? Llevaba al menos dos meses trabajando aquí pero nunca la había visto. Y por la forma familiar con la que se dirigió al médico dueño de la clínica parecía que venía a menudo
—Ah, hola— saludó simplemente caminando los pocos pasos que quedaban de distancia entre el mostrador y ella. Permitiéndole notar la anomalía cuando andaba. Cojeaba levemente de la pierna izquierda
—Buenos días ¿En qué puedo ayudarla?— inmediatamente se levantó para acercarsele —¿Se encuentra bien?
—Sí, solamente venía por un poco de linimiento para un calambre— respondió con pena
—Por favor pase a la camilla— indicó apoyándola para caminar —¿Cómo obtuvo ese calambre?
—He pasado mucho tiempo de pie por el trabajo, supongo que es eso— dijo a medias —Usted debe ser el nuevo interno que vino ¿Cierto? Mucho gusto, mi nombre es Akane Tendo. Soy la cuñada del doctor Tofu— para cambiar de tema se presentó a toda prisa. Había ido con su hermana hacía una semana por lo que se enteró de su llegada
—Ah... Si. Mi nombre es Kotaro Yukimura. Mucho gusto— respondió con timidez. Evitando su mirada se giró al estante repleto de expedientes buscando el de ella. Que para su sorpresa era considerablemente grueso —Akane Tendo ¿Verdad?— abrió el folder con su nombre sorprendiendose por la cantidad de consultas médicas dentro de este. Todos los registros tenían que ver con lesiones en el cuerpo. Torceduras, hematomas, golpes, una fractura, esguinces
Sorprendido por la información abrió bastante los ojos ¿Qué sucedía con ella? Justo cuando iba a cometer una indiscreción como preguntarle ¿Por qué tantas heridas? Llegó Tofu cargando una bolsa de suministros médicos para rellenar los botiquines —Hola Akane— saludó de forma familiar —De nuevo volviste a entrenar demasiado. Te he dicho muchas veces que no sobre esfuerces tu cuerpo— regañó igual que un hermano mayor —Doctor Yukimura, por favor traiga el linimiento muscular que le mostré ayer
El muchacho obedeció yéndose rápidamente. Al final fué él quien asistió a la chica en vista de que llegaron más pacientes. Un poco divertido le dijo por lo bajo—¿Trabaja como entrenadora?— distraer a los pacientes durante el tratamiento era una práctica común
—Mas o menos— respondió ella en una risita, la cual se vió interrumpida a la mitad cuando el galeno comenzó a masajear su pantorrilla —Trabajo en un hotel. Pero mi familia maneja un Dojo de Artes marciales— contó intentando disimular la mueca de dolor.
Ese fué su primer encuentro. Después de aquella vez, hubo muchas más donde la entendió por problemas similares. Fué así como fueron acercándose
Kotaro se volvió también como el segundo doctor de la familia, hasta que en una ocasión se reunieron para tomar el té. Aquella reunión terminó con una taza rota y el dedo cortado de él. Porque sorpresivamente le dijo que era... Muy atractivo
Su yo tímido se colapsó dejando caer la taza hasta el piso, cuando recogió las partes rotas de la taza, ella notó antes que él su cortada dándose cuanta en el proceso de que no parecía sentir dolor. Fué la única persona más allá de los especialistas que consultó, que sabía sobre su extraña enfermedad. Ofreciéndose a tratar el corte, de dijo que no tenía importancia ser un poco distinto. Pero que fuera muy cuidadoso para no lastimarse con seriedad o ella se volvería su enfermera.
Mientras el médico recordaba todo eso, se fijó en la muchacha atendiendo su mano. Igual que antes, tenía una expresión concentrada, a pesar de saber que no tenía ninguna clase de sensación, fué extremadamente concienzuda con el tratamiento además de cuidadosa. Inconscientemente alzó su otra mano para pasar un mechón de cabello rebelde tras su oreja
Al sentir el movimiento sobre ella, sonrió alegre de que no pareciera molesto. En realidad, sabía que le desagradaba Ranma, era comprensible al final por lo que su egoísta petición de quedarse podría molestarlo —Lo vendaré para que los rayos de sol no toquen la quemadura y podamos ir al juzgado— ofreció sacando un par de vendas de la estantera tras su espejo
Sin en cambio, fué Kotaro quien se negó —Tal vez no deba ir. Es mejor... Que tenga cuidado— había pasado tiempo desde que se lastimó tan gravemente. De un vistazo podía decir que esta era una quemadura de segundo grado, la piel se mantendría con llagas por unos días, hasta que creciera nuevo tejido para reemplazar el arruinado, luego se caería por sí solo dejando nuevamente su mano como antes
La mejor forma de tratar estas lesiones fué dejarlas frescas y ventiladas además de los tópicos antisépticos para evitar infecciones —¿Por qué no vas con alguno de los muchachos?— ofreció. Con "los muchachos" Se refería claramente a los tres jóvenes que vivían con ella
—No hace falta— respondió menos ilusionada —Iré sola. Así que tienes que ir a casa de inmediato. Llamaré al doctor Tofu para que aligere un poco tu trabajo al menos esta semana— estaba a punto de negarse cuando ella le impidió cualquier intento —Por favor— lo vió a los ojos. Fué en ese momento que se dió cuenta de la culpabilidad en los orbes marrón acallando cualquier apelación —Te acompañaré
—No hace falta que vayas conmigo a casa— persuadió acariciando su mejilla —Voy a estar bien. Deberías almorzar e ir al juzgado para no llegar tarde.
En la planta baja, Mousse se olvidó de su culpa a favor del shock. Jamás había oído de alguien que no sintiera dolor, sin embargo sintió una creciente necesidad de contárselo s Ranma. De esa manera agarró a su amigo para llevárselo al patio donde reveló todo
—Es imposible Mousse, no existe tal persona
—Acabo de oírlo. Saotome, no escucharía algo erróneo. En realidad también estoy escéptico pero ¿Por qué le diría algo como eso? No tiene sentido
—No me interesa saber— Ranma oprimió su curiosidad y se negó a ser arrastrado al asunto —Olvídalo, vamos a preguntar cómo está. Y olvidate de lo que oíste, no te concierne— de esa forma lo abandonó para quedarse con sus dudas. Los problemas que tuviera aquel doctor no eran su asunto de todas formas
Regresando al comedor, Akane ya se estaba alistando para irse junto a Kotaro —¿Cómo se encuentra?— preguntó Ranma de inmediato —¿No es grave?
—Estoy bien, gracias. Solamente debo ir a la clínica para completar el tratamiento— dijo sin expresión aparente. Por su reacción Ranma comenzó a creer las palabras de Mousse ¿En serio no podía sentir dolor? —Me retiro
Los tres jóvenes asistieron lentamente. Antes de que se fuera, Mousse se acercó para pedir una disculpa. Aunque no era especialmente amable con Kotaro, no era un cobarde para no admitir su error o evitar la disculpa. Ofreciéndose a pagar los gastos de los medicamentos con cortesía se encaminó a la entrada junto con él
Atrás quedaron Ranma, Akane y Shikata que seguía sentado en su sitio desde principio a fin —Volveré más tarde, también iré de compras al súper mercado. Si necesitan algo pueden decírmelo— tomando una pequeña mochila miró a ambos jóvenes —¿No se les ofrece nada?
—¿Irás con el doctor?— preguntó Ranma. No quería ser entrometido pero al parecer el otro hombre no estaba en las mejores condiciones de andar por la ciudad
—No. Es un poco tarde, así que me voy
Antes de que ella pudiera irse, el de la trenza la interrumpió nuevamente —Oye ¿Por qué no voy contigo?
Continuará...
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Papel
FanfictionRanma y Akane se han distanciado después de terminar el instituto, sorpresivamente Ranma había logrado obtener un boleto a China y sin mirar atrás el muchacho se fue en busca de su cura Akane... Akane aprendió a superarlo, con el paso del tiempo Ra...