Capítulo 15

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Ukyo se encontraba preparando la tortilla para la cena. Los demás cocineros ya se habían retirado, así que solamente quedaba ella en la cocina

Toda su concentración la tenía en la sartén delante suyo, se agachó a buscar los platos para servir y cuando volvió a levantarse casi soltaba la vajilla —¡Por Dios!— se asustó al ver a Ranma delante suyo —¡Me asustaste!— reclamó en cuanto pudo formular la oración —¿Estás loco?

—Perdón, pero ví la luz prendida y me dió curiosidad venir— aclaró levantando las manos en signo de paz. Para evitar que le azotara el vaso que traía —No pensé que estuvieras aquí a estas horas

—Por lo regular también me voy a casa a las diez. Pero ahora Ak... Alguien me ha pedido que cocine como un favor— resolvió enrollado el huevo —La pregunta es ¿Qué haces aquí?

—No intentes ocultarlo, ya sé que Akane está aquí— respondió a pesar de no ser lo que la castaña esperaba. La vió tensarse de inmediato —No es algo que puedas ocultar toda la vida

—Pero si es un tema del que no quiero hablar— contraatacó poniendo el platillo en la cerámica —No es que quiera ocultarlo o algo parecido pero siento que no eres el más indicado para hablar de Akane. Te inscribiste solo para verla ¿Cierto?

—¿Qué? ¿Me estás sermoneando? Al parecer todos creen que soy un acosador— refutó a pesar de que efectivamente ese fué el único motivo —Hasta ese doctorcito de cuarta— bufó girando el rostro en otra dirección

—¿Kotaro? Así que has conocido al doctor Yukimura— rió ella negando con la cabeza —Yo que tú no lo ofendía, Akane puede enojarse

—¿Qué? ¿Acaso lo conoces? ¿Me ibas a ocultar información tan importante como esa si hubiera recurrido a tí?

—Yo no oculto nada, no tendría porqué explicarte la vida privada de Akane— expresó convencida. Era su amigo, lo había querido y extrañado pero todo aquello formaba parte del pasado —En todo caso ella es libre

—¿De qué lado estás? Creí que éramos amigos

—Lo somos, a pesar de que te fuiste sin despedir aún lo somos. Pero yo estoy del lado de Akane esta vez, me importa más lo que ella sienta ahora

El azabache estaba boquiabierto, nunca había escuchado tanta... Empatía para con Akane, no de parte suya —Se han vuelto muy amigas las dos— siseó molesto por lo escuchado

—Si, nosotras nos hicimos amigas al poco tiempo del que te fuiste. Me costó acercarme pero conseguí hacerla confiar en mí, es por eso que no voy a traicionar sus decisiones

—¿Cómo? ¿No se buscaron mutuamente para vengarse de mí o algo parecido?— cuestionó asombrado aún

—Sabes que ella nunca haría tal cosa. Para serte honesta si pensé en ir tras de tí, pero comprendí mucho de mis propios sentimientos cuando la ví llorar, desarmarse y admitir que te amaba al borde de la desesperación— se molestó dejando de cocinar para mirarlo fijamente —Comprendí que no habría nadie que te amara más que ella en esos momentos. Aquello me inspiró un gran respeto, porque a pesar de que yo te "amaba" Nunca podría desvivirme de esa manera a tu causa

—Espera...— todo lo que la castaña contó fué como una pieza gigante en el rompecabezas de todo ese tiempo perdido —Akane ¿Dijo que me amaba? ¿Cuándo me fuí?

—¿Y sabes de qué más me dí cuenta? De que eras un idiota, aunque un idiota con una buena razón para irte debo admitir, es por eso que tampoco te culpo— lo interrumpió incrédula de que no lo supiera —Jamás pensé que el amor de Akane superaría con creces el mío. Pero lo hizo y es por eso que estoy de su lado, el de su felicidad. La comparta con quien la comparta

Ranma sintió ácido en sus palabras, se notaba molesta, pero no por haberla lastimado a ella, sino a la otra joven —Regresé porque quiero a Akane en mi vida. Porque quiero intentarlo de nuevo y casarme con ella— declaró convencido, al parecer ese romanticismo que Ukyo sentía por él fué sustituido por la empatía que le provocaba su antigua rival

—¿Y tú que piensas? ¿Que la vida es como el papel?— preguntó molesta, sin ser consciente de que la peliazul escuchaba sus palabras —¿Que puedes borrar todo este tiempo y volver a escribir la historia desde el punto donde abandonaste la vida aquí? No es tan sencillo. Ranma, te lo digo con honestidad: si Akane decide darte una oportunidad me alegraré por ustedes, pero si ella decide hacer su vida con otro hombre no voy a intentar cambiar su opinión— declaró obviando sus intenciones —Lo único que puedo decirte es que la conozcas, porque ya no es la misma emocionalmente

Él se quedó sin aliento. Todas esas crudas palabras le dejaban solo en esa batalla. Pero tenía razón, todos esos años ausentes no podían ser eliminados para retomar su vida como si al haberse equivocado bastara con pasar una gigantesca goma sobre ellos, eliminando todos los malentendidos y problemas —Ella vendrá ¿Cierto?

—Así es, por eso te pido que vuelvas a tu habitación. No es momento para que se mal pase debido a tí, es importante su trabajo— le intentó persuadir siendo comprensiva —No te lo tomes a mal, es solo que se ha esforzado tanto por esto que... No quiero causarle problemas

—Entiendo, me voy— admitió derrotado, aunque agradecido por ese gran pedazo de información que le dió sin querer —Buenas noches

Akane que había estado oyendo todo desde la confesión de Ranma se ocultó tras una columna para evitar ser vista, al estar todo oscuro fué ignorada. Quieta desde su lugar, aguardó a que el azabache se fuera por completo

El corazón le latía a ritmo anormal, a pesar de haber sospechado porqué venía, la confirmación fué como un bloque de hierro callendo sobre ella. No concebía que Ranma tuviera esa... Convicción

No ahora. No cuando ya era tarde

—¿Akane?— de un sobre salto reaccionó lista para golpear a quien tuviera por delante —Tranquila, soy yo— le dijo Kotaro levantando los brazos para cubrirse por si lo atacaba

—Ay, perdóname— pidió apenada —Vamos a cenar, le he pedido a Ukyo que nos ayude con la cena— informó relajando la postura, más no sus pensamientos

—Gracias por invitarme— comentó cuando abrieron las puertas de la cocina —Buenas noches señorita Ukyo

—Buenas noches doctor. Tomen asiento, la cena ya está lista— ordenó pasando los platos delante suyo

La cena transcurrió amena, no había motivo para estar tenso o nervioso. Porque ninguna de las dos sabía que la de ojos avellana sabía de su conversación con Ranma

—Bueno chicos, creo que me voy retirando. Mañana será un largo día también— la castaña tenía sus cosas listas después de lavar los trastes —Nos vemos

—Ve con cuidado— solicitó su amiga —Vamos a acompañarla hasta el estacionamiento— dijo observando al muchacho 

Una vez Ukyo subió al auto de Tsubasa los dos jóvenes caminaron de regreso al edificio, el silencio era interrumpido por los grillos nocturnos, se separaron en la entrada de los cuartos para personal —Nos vemos mañana, descansa

—Hasta mañana Kotaro, gracias por lo de hoy— sonrió ella —Descansa tú también— dijo aunque dudaba poder conciliar el sueño

Continuará...

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