Papel

Capítulo 62

-¿Ocho... Meses?- Mousse tuvo que volver a sentarse. Aunque había previsto su partida para los siguientes seis meses, era por que contaba con ese tiempo de año y medio extra que le daría el entrenamiento de su prometida para entrañar él mismo así como la operación de su vista

-Yun Mi ha arreglado tu operación aquí, así que no tienes que preocuparte por eso, sólo tienes que volver.

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Ocho meses no fueron mucho tiempo. Parecieron un parpadeo durante el cual los pendientes y tareas se volvieron primordiales. Aunque eso no impidió que Akane se volviera más cercana a Ranma o viceversa

Ahora Mousse se paraba con su equipaje en la puerta, era el primero en salir de la casa Tendo después de este periodo tan peculiar. Nunca habrían imaginado que terminarían viviendo juntos, que descubrirían verdades impactantes como los orígenes del joven chino o las vivencias de ambos ex prometidos en ese tiempo separado

Ahora parecía difícil dejarlo irse. Porque a pesar de sus errores, a pesar de toda esa maldad que envolvió sus acciones, cumplió su palabra. Volverlos a reunir.

-Entonces, me voy- sentenció sujetando la maleta con fuerza, sería una mentira decir que no extrañaría este lugar o la convivencia. Tenía un nudo en la garganta incluso más grande al que se le formó cuando se reveló a sus padres -Cuídense mucho

-Nos veremos allá profesor Mousse- habló Shikata, el muchacho había aceptado ser su primer discípulo después de una larga consideración. Aunque también había desarrollado un vínculo afectivo con los residentes de esta casa, también era un muchacho hambriento de conocimientos. Ahora tenía veintisiete, la misma edad que ellos tenían cuando los conoció por primera vez quedarse aquí era bueno pero limitaría sus habilidades

-Recuerda enviar al profesor que prometiste- dijo Akane con una sonrisa. Era como perder a un hermano mayor -Así que ten cuidando en el viaje y envía un mensaje cuando hallas llegado

-Si, jefa- bromeó él pasando su vista a Ranma. No lo había perdonado, probablemente jamás podría, pero al menos la hostilidad disminuyó -Que te encuentres bien Saotome, esta es la última vez que nos vemos

Ranma lo miró tres segundos antes de decir -Asegúrate de enviar la invitación de tu boda a tu hermano menor, cuidate durante el viaje- con eso último ingresó de nuevo a la vivienda. Los tres restantes se miraron con sorpresa casi sin poder creer lo que oyeron

-¡Cuenta con ello!- gritó el chino sin poder ocultar su felicidad. Una sonrisa se le impregnó a la cara que incluso le era imposible cerrar su boca -Entonces, me voy, nos veremos en la boda- guiñó un ojo a la joven antes de abordar el taxi.

A estas alturas, la edificación del hotel estaba terminada, los muebles que habían elegido junto con Nabiki estaban casi finalizados así como los juegos de blancos para cada habitación, las decoraciones como marcos, floreros, figuras de cerámica y artesanías se habían comprado almacenandolos en una bodega de la empresa Kuno

Además, los postulantes ya habían sido entrevistados; lo que sólo restaba registrar el negocio y extender los contratos formales. Era algo que tomaría como mucho medio año

Sin darse cuenta, muchas cosas habían sucedido en el transcurso de dos años, tanto en el entorno, como en el interior de las personas -¿Vas a tardar mucho?- preguntó Ranma poniendo una bolsa de té en la taza de agua caliente, su mano subía y bajaba con el cordón de la misma observando a Akane que se apresuraba escribiendo en su ordenador

-Tal vez estoy redactando el oficio para dar de alta el hotel. Puedes ir a dormir primero- Sería una mentira decir que a estas alturas Akane no se había dado cuenta de la química entre ellos y sería una mentira aún más grande, negar que le gustaba. Después de ver las señales, al final terminó coincidiendo con Kotaro en que no debieron estar más tiempo juntos; no lo odiaba ni lo amaba, era un hermoso recuerdo como una flor marchita que se guarda entre las páginas de un libro. Sin embargo, con Ranma, tenía un campo de flores que atravesarían todas las estaciones del año, que volverían a florecer cada primavera