Capítulo 67

958 67 25
                                        

La noche estaba tranquila, a pesar de que al día siguiente se abriría al público "La casa de Naoko"

Ranma observó el cielo desde su ventana meditando. Ya había iniciado el proceso de compra para los lotes que formarían parte de su Academia, suspiró revelando una sonrisa tranquila recordando tantas experiencias, hasta ahora no había encontrado paz en su acelerada carrera por ser el mejor. Sus orbes bajaron hasta que sus párpados encapuchados cubrieron dos tercios de estos, permitiéndole ver la figura femenina en el puente que conectaba con el Dojo —¿Akane?— musitó con suavidad levantando la barbilla de su palma, él pensaba que a los stas alturas ya estaría dormida para iniciar temprano mañana

Al final su curiosidad pudo más, salió de su habitación para encontrarse con ella. Tan concentrada como estaba no se dió cuenta de su aparición hasta que tocó su hombro para hablarle —¿No puedes dormir?

La joven se encontraba jugando con una brizna de hierba proveniente de la maleza al pie del Dojo, con la guardia baja fué sorprendida dando un ligero brinco —Me asustaste— sonrió al recién llegado. Ranma no lo pensó antes de sentarse junto a ella, ambos se remenearon sobre la madera dejando sus muslos pegados —Creí que ya estabas dormido

—Eso mismo pensé hasta que te ví desde la ventana

—¿Me viste?

—Si

Ella sonrió con timidez. Así que la había observado desde lejos ¿Por cuanto tiempo? Ranma captó sus propias palabras comenzando a rascar su nuca, no había querido sonar romántico, pero le gustó esa reacción en específico —¿En qué tanto piensas que no estas descansando para mañana?— cuestionó echando su cabeza hacia atrás, mirando al cielo

Akane en cambio se agachó hundiendo su rostro entre sus hombros —Estaba pensando, en el día que nos conocimos— la respuesta hizo que el muchacho volviera su visita a la Tendo menor

El día que se conocieron...

Fué sin duda un día que jamás podría olvidar, nunca olvidaría su calidad invitación, su sonrisa amistosa así como su grito y el golpe que recibió tras el accidente en el baño. Jamás podría olvidar como se enamoró en un instante de la voluble Akane Tendo de dieciséis años —Ya ha pasado tanto tiempo— murmuró, realmente habían pasado casi quince años desde ese día de lluvia. Y aún así, sus sentimientos seguían tan intactos como siempre

Akane suspiró adornando su cara con una sonrisa soñadora, que al mismo tiempo tenía un rastro de melancolía innegable. Luego, sin venir a cuento, ella pronunció mientras dirigía su mirada directamente a los ojos masculinos —Ranma, cásate conmigo— sorprendiendo a su compañero a niveles descomunales

La reacción de su cuerpo llegó incluso antes de que pudiera procesar toda la oración, sus ojos se abrieron desmesuradamente, su boca quedó entreabierta con la lengua pegada sin permitirle emitir una palabra. Su corazón latía a ritmo anormal enviando sangre a sus mejillas ahora sonrojadas. No, no podía creer lo que oía

Después de salir del Dojo para buscar su cura, permanecer tanto tiempo fuera y ser rechazado, no podía imaginar siquiera que Akane le pediría matrimonio

—¿Qué?— preguntó tontamente mientras una sonrisa tiraba de las comisuras de su boca para hacerlo lucir delirantemente feliz —¿Puedes repetirlo?

Akane sonrió. Jugueteó con sus manos  mordiendo sus labios en un gesto nervioso —Yo... He Estado pensando— comenzó a hablar con voz tenue —Pensé que antes tenía todo para ser feliz, un trabajo, mi familia, un hogar. Pero, después de que volviste y volteaste de cabeza mi vida, después de todo lo que has hecho por mí, me dí cuenta de que quiero agregar algo a la lista— de nuevo regresó sus ojos al muchacho —Quiero que estés siempre conmigo, quiero que caminemos juntos el resto de nuestras vidas aunque esté llena de obstáculos. Sé que puede sonar egoísta, sin embargo, no quiero que te vayas otra vez, no podría soportar verte partir y si para evitarlo necesito atarte a mí, estoy dispuesta a ser mezquina al respecto— tomó sus manos entre la suyas con un fuerte apretón —Después de ser consciente de que pudiste hacer tu vida lejos de aquí perfectamente, sólo puedo sentirme agradecida de que a pesar del tiempo me siguieras amando. Por eso, gracias Ranma, por amarme, gracias por no rendirte y volver a mí. Prometo hacer que valga la pena— Esta vez se había armado de valor para dar el primer paso, esta vez no quería esperar a que alguien más tomara la iniciativa, afianzó sus manos a las de él antes de pronunciar —Te amo, te amo más de lo que pudiera esperar;  tanto que no creo poder amarte más. Así que, Ranma Saotome, por favor cásate conmigo

Papel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora