Papel

Epílogo

El azul chocó contra el verde en una batalla de miradas y voluntades, la arena estaba completamente en silencio

Una gran tensión proveniente del cuadrilátero donde dos participantes esperaban desde sitios opuestos. El árbitro en medio de toda la expectativa levantó la mano para indicarles que se prepararan, contando mentalmente hasta tres dió un silbatazo haciéndose para atrás. Ante la señal, ambas figuras se precipitaron para encontrarse con su oponente desatando una oleada de gritos emocionados ¡El combate había iniciado!

En cuanto estuvieron cerca lanzaron ataques simultáneamente, aunque ninguno de los puñetazos entrantes dió en el objetivo, se separaron un par de pasos antes de intentar una patada que conectó con la pierna de la otra. Con sonrisas confiadas, las dos jóvenes se enfrascaron en un acalorado intercambio de ataques estilizados. Una tenía el pelo negro como la noche, mientras otra destellaba azul obscuro de su cabellera. Conocidas como "Las herederas" Hoy, el mundo de las Artes marciales giró en su dirección para ver lo que sería la pelea del año

Una tenía el respaldo de una gran organización antigua de combate, llena de maestros prominentes mientras la otra tenía el emporio creciente de sus padres. Como una de las jóvenes más talentosas y adineradas de su país.

Los intercambios de golpes fueron constantes, tan pronto como se separaban continuaban intentando sacar a su contrincante de la arena. De todos lados se escuchaban gritos de ánimo, sobre todo para la joven de ojos verdes. Esta era su casa por lo que no tenía opción de perder

Los ojos azules de la otra brillaron con determinación, no importaba a quien aclamaran esas voces ¡Ella era Rina Saotome! La hija del campeón mundial Ranma Saotome y la maestra de Artes marciales más fuerte en Japón, Akane Tendo

Después de caminar en círculo un par de veces mientras se analizaban, el encuentro dió continuación.

Desde un palco privilegiado en aquella arena, los padres de ambas chicas estaban tranquilos mirando su combate. Ya habían pasado diecinueve años desde la apertura de La casa de Naoko, los rasgos de la juventud se habían perdido en todos a estas alturas, cubiertos por marcas de la edad alrededor de sus ojos y boca. Un sinónimo de sonrisas constantes.

Repentinamente el encuentro se volvió más acalorado, la joven de ojos verdes comenzó a ganar una ventaja clara ante su adversaria, poniendo en aprietos a la hija de Ranma. Ante los hechos, Mousse sonrió desde su silla mientras cruzaba los brazos con suficiencia —Te dije Saotome, Rina no es rival para mi hija— alardeó

Sin embargo, no se podía desmeritar el hecho de que Rina había resistido bastante bien a la pelea e incluso había emparejado su fuerza y velocidad en ocasiones. Ranma lo vió de reojo poniendo un rostro serio —Mi hija la superará algún día, tenlo por seguro Mousse— respondió regresando su atención a la batalla

Unos minutos más tarde, la de ojos azules se sintió cansada para continuar esquivando. Había sido un encuentro de aproximadamente cuarenta minutos con márgenes bastante apretados, sus párpados se cerraban constantemente debido al sudor alrededor de sus orbes mientras la otra apenas tenía un par de gotas bajando por su sien. El ataque final fué implacable para Rina ocasionando su caída fuera del área permitida

Por un momento, nadie se atrevió siquiera a respirar, la de cabellos azulados miró el cuadrilátero lejos de ella con una mezcla de tristeza y decepción. La otra joven seguía tan seria como al principio sin inmutarse por las ovaciones que llegaron a continuación. Juntó ambas manos para saludar a la Saotome dando por terminada la pelea

—La ganadora ¡Li Xiaoyu!— vocifero el presentador enloqueciendo a la audiencia. Desde el palco, Mousse levantó los brazos lleno de orgullo, sacudiendo a Ranma con efusividad, esa era su hija, su pequeño jade