Capítulo 11

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----- Atlantis -----

Los labios de Jughead comenzaron a moverse sobre los de Betty con suavidad y deseo que transmitió hasta lo más profundo del corazón de la rubia que solo por unos segundos se dejó llevar por aquellas sensación.

Más sin embargo, cuando fue consciente, se separó del chico alejándolo considerablemente.

Se giró avergonzada y se apresuró a entrar a la casa.

Jughead iba a detenerla pero prefirió darle espacio. Una pequeña sonrisa se deslizó en sus labios al recordar que ella le había correspondido.

Eso le daba esperanzas.

Aunque la felicidad no era compartida, ya que desde el balcón Hiram había observado toda la escena.

~Bughead~

Betty subió a su habitación corriendo. Su corazón palpitaba con fuerza. Tras cerrar la puerta se sentó a la orilla de su cama y posó sus dedos sobre sus labios.

Tan solo recordar los labios de Jughead sobre los suyos. La forma en cómo la hizo sentir, querida, deseada...

Verónica justo entró a la habitación sobresaltandola.

— ¿Qué ha pasado? ¿Qué te ha dicho Jughead?— Verónica alzó las cejas sentándose al lado de su hermana.

— Él... ha dicho que no le interesa Valerie. — asintió Betty.

— Menos mal lo ha aclarado. — señaló Verónica.

— Le he dicho que no era necesario pero... no le importó. — Betty retiró sus pensamientos de su mente.

— Vamos, B. Se nota que te gusta.— Betty alejó el rostro ante las palabras de su hermana. — Y no debes avergonzarte. Después de todo Jughead es un hombre muy bien parecido, educado...

— Solo tratas de convencerme para que acceda a casarme con él. — Betty frunció el ceño disgustada.

— No veo por qué no. — le quitó importancia. — Archie me ha dicho que no ha parado de alardear sobre su interés en ti. — alzó las cejas.

— ¿Es que no importa mis sentimientos?— Betty miró molesta a su hermana. — A veces sólo creo que me empujan para que no pueda rechazarlo.

— No es nada de eso, B. Yo solo...

— Es que... no quiero lastimarlo.— Betty alzó la mirada. — En caso de no poder corresponder de la manera en que merece.

— Betty, dime la verdad. — Verónica se acercó a su hermana. — ¿Es que no te gusta? ¿Ni siquiera un poco? — entrecerró los ojos.

Betty suspiro. — Ay, V. No puedo hablar contigo... — negó.

— Mírame a los ojos. — Verónica ignoró a su hermana. — Le correspondes ¿No es así? Aunque sea solo un poco ¿verdad? — alzó las cejas.

Betty se giró alejándose hacia la ventana. — Me ha besado. — confesó avergonzada.

— ¿Lo dices enserio?— Verónica se llevó las manos a los labios cubriendo su enorme sonrisa.

— Sí, pero... no sé cómo reaccionar. Fue tan indecoroso de su parte. — dijo agachando la mirada.

— ¿Pero te ha gustado?— alzó las cejas.

— Por favor, V. ¿Qué clase de preguntas son esas?— Betty negó a su hermana mientras sentía sus mejillas arder.

— Vamos, B. — tomó las manos de la rubia. — Las chicas hablamos de eso, además de que somos hermanas. — motivó. — Sin mencionar que no hay nadie más aquí. ¿Acaso no confías en mí?— interrogó.

Atlantis - BugheadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora