Atlantis - Bughead

Capítulo 26

----- Atlantis -----

Betty se acercó con lentitud hasta el espejo en su habitación. Se contempló por primera vez desde que la habían comenzando a preparar para la ceremonia de su boda.

Su vestido le quedaba perfecto, como un guante a la mano. Su cabello había sido recogido en una trenza y sobre su cabeza había una coronilla de plata. Su maquillaje era mucho más sobresaliente que las demás veces en que había usado.

No se podía reconocer y mucho menos vestida de aquella manera. Pero estaba feliz y esperaba que en cuanto Jughead la viese, también se sintiese feliz.

─ Sólo hace falta colocar el velo... ─ avisó una de las damas que la ayudaba a vestirse.

Alguien llamó a la puerta y Betty observó a sus hermanos asomarse.

─ ¿Se puede?─ Veronica sonrió. ─ Dios mío, mírate estas hermosa. ─ señaló acercándose.

─ Muchas gracias. ─ Betty deslizó una enorme sonrisa. ─ Ustedes también se ven muy bien.

Contempló a sus hermanos en sus elegantes vestiduras.

─ Nuestra pequeña hermana va a casarse. ─ Kevin soltó un suspiro. ─ No sé si sentirme dichoso por ti o mal porque no podré seguir teniéndote aquí en casa. ─ admitió abrazando a la rubia. Veronica se les unió.

─ Siempre seremos hermanos ¿No es así?─ Betty sonrió

─ Muy bien, ─ Veronica se alejó. ─ No más conversaciones de este tipo o arruinaremos el maquillaje de nuestra hermana. ─ advirtió a Kevin.

─ Bien, ─ Kevin cedió con una sonrisa. ─ Betty, hay algo que quiero comentarte.

─ Claro. ─ Betty le miró curiosa.

─ He pedido a mi padre, con todo el respecto que mereces... ser yo quién te lleve hasta el alatar ¿Te parece bien?─ alzó una de sus cejas.

Betty asintió. ─ Me parece perfecto, hermano. Gracias por hacer esto por mi. ─ sonrió.

─ El privilegio es todo mío, Betty. ─ aseguró conteniendo sus emociones.

─ ¿Aún falta el velo? Yo te ayudaré con eso ¿Bien?─ Veronica extendió la mano para recibirlo de las damas.

─ Yo dejaré que sigan en lo suyo. En cuanto estés lista partiremos a la iglesia ¿De acuerdo?─ avisó Kevin antes de volver a dejarlas solas.

Las damas se despidieron con una reverencia y abandonaron la habitación también.

Betty tomó asiento frente a su tocador para que la morena pudiese colocarle el velo.

─ ¿Estas nerviosa?─ preguntó con una cálida sonrisa.

Betty asintió. ─ Supongo que es normal en toda novia. ─ confesó.

Veronica suspiró. ─ Lamento tanto esto. Yo debería poder contarte sobre la vida de casada. Es mi trabajo como hermana mayor... pero ya me ves. Ni siquiera estoy comprometida. ─ apretó los labios.

─ No digas eso, Veronica. No es necesario que hagas más nada. Hasta ahora, has sido la hermana perfecta para mi. ─ Betty sonrió reconfortante.

─ Siempre tan dulce, hermanita. ─ Veronica la abrazo.

─ ¿Se puede?─ Hiram se asomó. ─ Quería saber si ya estabas lista.

Betty se colocó de pie y asintió. ─ Lo estoy.

─ Bueno, los carruajes están listos para irnos a la iglesia. ─ señaló.

─ Oh, iré por mi sombrero antes de que irnos. Los veo abajo... ─ Veronica salió a toda prisa.