Atlantis - Bughead

Capítulo 37

----- Atlantis -----

— Cuando me entregue a ti lo hice con todo el corazón, con amor y sinceridad viniendo desde el fondo de mi alma... — volvió a acercarse.

Jughead intentó retroceder pero ella se lo impidió.

— El tiempo que pasamos juntos fueron los más felices de mi vida y luego simplemente volviste aquí y... — soltó a llorar. — Y parece que te olvidaste completamente de mi.

Jughead se sintió mal. Observar a la que había sido una de sus mejores compañeras y amigas le retorcía el alma.

— ¿Por qué te casaste con ella? — alzó la mirada esperanzada. — ¿Tuviste que hacerlo? ¿Te obligaron?

Jughead negó con suavidad. — No. A decir verdad... lo que siento por Betty es diferente. — confesó. — Cuando la conocí todo se trató de ella. Y ya que tú habías rechazado mi propuesta desde hace mucho tiempo atrás, ¿Qué sentido tenía involucrarte en mi vida?

— ¿¡Qué no ves que soy la más perjudicada!?— alzó la voz moderándose al instante. — Yo tengo más derechos que ella. Llegue a tu vida antes, fui tu mujer en toda la extensión de la palabra y mírame... ¿Qué no ves lo mucho que me lastimas?

— Cora, daría lo que fuera para que esto entre nosotros no hubiese ocurrido. — observó el semblante de la rubia. Sus palabras la habían lastimado, pero así era como pensaba en realidad. — Me siento muy mal y me gustaría hacer algo por ti, pero...

— Entonces deja que me quede a tu lado. — suplicó cayendo a sus pies.

— Cora... — Jughead negó.

— No tengo nada, Jughead. — soltó. — Lo perdí todo. Me descubrieron.

— ¿Qué quieres decir?

— Digo que mi padre se enteró sobre... sabe que no tengo más prestigio. — confesó. — Me ha echado de casa y me dejo en la calle. No quiere verme... — lloriqueo.

Jughead se quedó mudo. Hace mucho, cuando recién había ocurrido aquello había contemplado dicha situación, más sin embargo, ahora las cosas eran distintas.

Entre ellas, Betty.

— Por favor, Jughead... me lo debes. — señaló firme.

~Bughead~

Betty terminaba de cepillar su cabello. Sus pensamientos habían estado estancados en las palabras de Cheryl.

Los hombres nunca revelan lo que no les conviene.

Probablemente tenía razón, pero ella no consideraba que Jughead fuese esa clase de hombre. Aún así, estaba dispuesta a tomar las cosas de frente.

Su esposo entró llevándose una sorpresa al verla frente al espejo.

— ¿Estas bien? Pareces alterado. — señaló ella preocupada mientras se acercaba.

— He estado... hablando con Nick. — asintió. — Mañana iremos a primera hora al cementerio ¿Quieres venir?

— Por supuesto que sí. — asintió con una dulce sonrisa.

Jughead depósito un beso en sus labios y se dirigió al baño para poder comenzar a refrescarse.

Al salir, aún encontró a su esposa sentada a la orilla de la cama con el semblante ligeramente inquieto.

— ¿Qué te ocurre?— preguntó arrodillándose frente a ella.

— Hay algo... que me gustaría preguntarte. — confesó.

Jughead guardó su nerviosismo y se obligó a sonreír.