Atlantis - Bughead

Capítulo 40

----- Altlantis -----

─ Buenos días, señor Clayton. ─ Nick y Sweet Pea fueron recibidos por Zach. 

─ Buenos días. Que agradable verte, Nick. ─ saludó. ─ ¿Sucede algo he de imaginar?

Nick asintió. ─ He venido para hacerme cargo del negocio pendiente. 

─ ¿Qué paso con Jughead?─ Chuck se unió al escuchar la conversación.

─ Mi hermano y su esposa han tenido que viajar de emergencia a Riverdale. Espero no les importe que sea yo quién continúe el proceso a partir de ahora. ─ explicó. 

─ No, no tenemos ningún inconveniente. ─ negó Zach. ─ ¿Pero todo esta bien con ellos?

─ La madre de Betty se encuentra con dificultades de salud. Mi hermano priorizo el ir con ella. ─ asintió. 

─ Pero ¿Planean volver?─ Chuck alzó las cejas. 

Ante la insistencia, Nick alzó una de sus cejas desconcertado. 

─ Seguro que Dios lo decidirá. ─ intervino Zach ante la insistencia de su hermano. ─ Ahora, nos alegra que nos haya dejado en buenas manos. Nos gustaría comenzar con nuestro propio negocio. ─ sonrió. 

─ Traigo el nuevo contrato. ─ señaló Sweet Pea. 

─ Por supuesto. Pasemos al despacho. ─ alentó. 

·Bughead·

─ ¿Quiénes son?─ Veronica observó a través de la ventana el carruaje estacionarse frente a la casa. 

Sus ojos se engrandecieron al contemplar a Jughead y Betty. 

─ ¡Kevin!─ llamó. ─ Nuestra hermana esta aquí. 

El chico se apresuró a salir del despacho a recibir a su pequeña hermana. 

─ Hermanos. ─ Betty los envolvió en brazos a cada uno. ─ ¿Cómo están las cosas?─ preguntó con evidente preocupación. 

─ Nuestra madre dice sentirse peor cada día. El doctor Carlos no tiene una explicación coherente. ─ señaló Kevin. ─ Jughead, es bueno verte. Ha pasado un tiempo... ─ le abrazó. ─ Lamento mucho lo de tus padres. 

─ Gracias. ─ Jughead asintió. 

─ Subiremos a ver a mi madre. ─ asintió Betty tomando de la mano a su esposo. 

Veronica y Kevin se quedaron atrás. 

─ Ha venido de inmediato. ─ señaló la morena. 

─ Nuestra madre no se merece su atención. ─ Kevin soltó un suspiro. ─ Aún así, Betty nunca la tratará como realmente lo merece. 

Mientras tanto, Betty llamó a la puerta un par de veces antes de entrar. 

Contempló a su madre recostada en la cama con los ojos cerrados y un paño húmedo sobre su frente. 

Alice abrió los ojos con lentitud y esbozó una sonrisa. ─ Cariño... has venido. 

Betty se apresuró a acercarse y tomarla de la mano. ─ Madre, ¿Cómo se encuentra?

─ Me siento mejor de verlos por aquí. ─ sonrió a Jughead. ─ Querido, Jughead. Lamento mucho de los de tus padres. Los apreciaba mucho... ojalá las cosas no tuviesen que ser así. ─ lamentó con tristeza. 

─Ellos también la apreciaban. ─ asintió Jughead. 

─ ¿Cómo van las cosas? Me refiero a su matrimonio. ─ preguntó.