ATLANTIS
Mientras escuchaba la voz de su cuñado dar instrucciones al resto de empleados que lo acompañarían en la busca de su esposo, Betty contemplaba el cielo gris que amenazaba con soltar una tormenta en cualquier momento.
En cualquier otra circunstancia, seguramente pediría a Nick Jones que no fuese porque era peligroso en caso de que llegase a ser más fuerte la lluvia, pero en ese momento, cuando Jughead estaba desaparecido se había incluso ofrecido a ir con todos.
Por supuesto que Nick se negó alegando que no era una misión para una mujer, no de manera despectiva, sino que sabía el peligro que la rubia correría estando a mitad de un pueblo que no conocía durante la noche y bajo la lluvia torrencial.
Eso y que seguramente, en cuanto encontrase a su hermano y se enterase que había permitido que su esposa hiciese tal cosa, seguramente lo estrangularía. Nick quería al menos poder experimentar el amor, por lo que no iba a permitir morir antes de siquiera conocer a una mujer que llenase sus ojos de luz como lo hacía Betty Lodge para con su hermano.
─ Nos iremos. Volveremos en caso de que la tormenta empeoré, tampoco quiero exponer al resto. ─ explicó a su cuñada. ─ No vayas a salir, deje algunos guardias a ti disposición si necesitas algo pero preferiría que evites cualquier situación de riesgo.
─ ¿Lo dice el hombre que sale a mitad de una tempestad?─ alzó una de sus cejas.
Nick sonrió. ─ La única razón por la que Jughead sigue en pie después de tanto, eres tú. Y su hijo, claramente... ─ resopló. ─ Mantenlo en tus pensamientos.
Asintió con una sonrisa reconfortante. No se sentía para nada tranquila, pero quería transmitir eso.
Despidió a todos agradeciendo su apoyo en momentos como ese y se dirigió a la sala donde rezo pidiendo a Dios respuestas para encontrar el paradero de su esposo. Claro que no creía que él hubiese planeado su escape de prisión y mucho menos que se hubiese fugado con Cora.
Pero si una gran mentira como esa quería cubrir la verdad, debía ser algo realmente grave.
En nombre de su familia, rogó a Dios que le permitiese a su hijo crecer con un buen padre como seguramente lo era Jughead.
Un trueno la hizo saltar y más aún, el ama de llaves que ingresó gritando al salón con enfado.
─ ¡He dicho que no puede pasar!─ intentó tirar del vestido de la rubia pero ella se zafó.
─ ¡Necesito hablar contigo!─ Cora se presentó frente a Betty.
Ella parpadeó. Cora se veía realmente mal. Su vestido estaba sucio y a lo que parecía, manchado de sangre. Su cabello era un completo desastre y su rostro tenía marcas rojizas por sus mejillas. Además, se encontraba totalmente empapada, seguramente por caminar bajo la lluvia.
─ ¿Dónde esta Jughead?─ cuestionó Betty de inmediato.
Cora se giró a la mujer. ─ Déjanos a solas. ─ pidió demandante.
La mujer observó cuidadosamente a Betty y esperó a que esta le indicase, con un gesto, que lo hiciese.
Una vez estando a solas, Betty abrió la boca para poder rehacer su pregunta pero Cora la interrumpió.
─ Antes que nada, quiero pedirte que no vayas a delatarme. ─ se abrazó a si misma. ─ Sé que no tengo derecho a pedirte compasión pero no estaría aquí si mi vida y la de Jughead no dependiera de ello. ─ confesó.
─ ¿Qué quieres decir? ¿Dónde esta Jughead, Cora?─ su paciencia comenzaba a desaparecer.
─ Chuck Clayton lo tiene. ─ confesó por fin, sabiendo que ahora si su vida se habría acabado si las cosas no resultaban como ella las había planeado.
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Atlantis - Bughead
Fanfiction¿Es de extrañar que las cosas se pongan oscuras? Cuando el amor surge a partir de engaños, manipulaciones y despecho, además de sembrar intrigas a causa de la envidia y el odio, Jughead y Betty podrían perder la esperanza de lograr su juntos por si...