Atlantis - Bughead

Capítulo 59

-----ATLANTIS -----

Betty se separó del chico soltando un quejido.

— ¿Qué pasa?— se alertó Jughead.

— No me siento.... bien... — negó llevándose las manos al vientre.

— Recuestate. — Jughead la guió y la ayudo a posarse en la cama. — Volveré en un minuto.

Salió de la habitación yendo directamente hasta donde se encontraba su hermano.

— ¿Qué sucede?— Nick frunció el ceño al ver el rostro de su hermano.

— Tengo que llevar a Betty a un doctor — señaló.

— ¿Se siente mal?— se alertó.

— Tiene mucha fiebre y... no sé, puede que su presión esté alta debido a todo lo que la he hecho pasar. — Lamentó. — Necesito saber dónde encuentro al mejor doctor del pueblo para llevarla o traerlo...

— Hermano, espera. — Nick le detuvo. — Zarparemos en menos de diez minutos. No podemos quedarnos.

— ¿Acaso no me has escuchado?

— Recuerdas que no debemos quedarnos más. Es sólo cuestión de tiempo para que se den cuenta de la desaparición de Betty... eso sin contar que no sabemos si Dan tenía más aliados que podrían ponernos una trama. — explicó

— ¿Qué sugieres entonces? ¿Que haga de cuenta que nada está sucediendo?— cuestionó molesto.

Nick negó. — Tengo una mejor idea. Y zarparemos justo a tiempo.

•Bughead •

Jughead observaba detenidamente a la morena revisar a su esposa.

— Tal parece que esta lista para dar a luz. Esta misma noche... — indicó la enfermera.

— Pero ¿Usted puede atenderla, cierto?— alzó una de sus cejas.

Tabitha suspiró y se alejó con el chico.

— Por supuesto que estoy capacitada para atender esta situación. Pero no hay nada mejor que un lugar específico con un medico profesional. No mentiré... podría no resultar lo que esperamos.

— ¿Qué quiere decir?— se preocupó.

— Quiero decir que su esposa podría no resistir el parto. De ser así, no hay mucho que podamos hacer... todo dependerá de ella. — explicó.

— Jughead— llamó Betty.

Tabitha asintió  — Iré por lo necesario. — indicó.

— Dime... — Jughead se arrodilló a su lado.

— No creo que vaya a lograrlo... — suspiró aguantando un quejido.

— Betty, no digas eso...

— En caso de ser asi, te suplicó que cuides bien de nuestro hijo. — sollozo. – Al menos, me siento mucho mejor al saber que se tendrán mutuamente...

— No digas eso. — pidió. — No quiero que te rindas. Debes luchar. — la tomó de la mano.

— No vayas a dejarme. — pidió ella sintiendo aquel toque consolador.

— Betty hablo enserio. — recriminó. — Promete que resistirán ¿bien?

Betty soltó algunas lágrimas.

— Esto ni siquiera se trata de mi o de ti, — explicó con calma. — Es por nuestro hijo ¿bien? Es porque merece tener a una madre que lo ame...