Atlantis - Bughead

Capítulo 52

----- Atlantis -----

Donna y Toni salieron del consultorio.

— Es muy extraño. Ella y yo quedamos de vernos acá. — indicó Toni.

— Dijo que iría a la casa de sus padres y ya después vendría. ¿Crees que se le haría tarde?— cuestionó Donna.

— No lo creo. Pero no voy a preocuparme... — Toni suspiró. — Ya sabremos de ella después.

— Claro. Quizá deba volver a la casa y ver si acaso ella regreso para allá o algo así. — indicó.

— Esa es una buena idea. Además, no me vendría mal que me pusiesen al tanto. — sonrió la Morena.

— Claro. — Donna se despidió y se encaminó hasta su carruaje.

Antes de subir, observó a cierta rubia que la desconcertó.

— ¿Cora?— llamó.

— Aún sigues por aquí — la rubia se acercó.

— De casualidad ¿Qué clase de asuntos tienes aquí? ¿Incluyen a Betty?— alzó una de sus cejas recorriendo a la rubia con la mirada.

— ¿Por qué tendría que hablar con ella? La habría esperado en casa. — negó. 

— Voy justo para allá ¿Te quedas?

Cora sonrió  — Por supuesto. Jughead dijo que le pidiera a Betty posada por esta noche.

Ambas subieron al carruaje.

•Bughead•

Al llegar a casa, Donna fue la primera en ingresar.

— ¿Dónde está Archie?— preguntó al ama de llave.

— Él y la señora han salido. — respondió.

Donna frunció el ceño. — ¿Con Betty? Pero se supone ella no estaba en casa...

— La señora regresó justo en compañía del joven Andrews. Recibieron la visita de la señora Lodge y después se marcharon juntos.

— No se supone que ella había ido a ver a sus padres. ¿Por qué entonces Alice tendría que venir?— intervino Cora.

— ¿Dijeron a dónde iban?

— No, señorita. Todo lo que sé es que ambos se marcharon juntos. — explicó Rose.

— Vaya... que extraño. — Cora murmuró.

Donna se limitó a quedarse pensativa.

— ¡Señorita!— uno de los mensajeros ingresó con rapidez sobresaltado a ambas mujeres. — Ha venido esto de Toledo. Dice ser urgente...  — extendió el telegrama.

— ¿Qué es?— Cora lo tomó pero con rapidez Donna se lo arrebató.

Abrió el sobre y tras unos segundos, cayó al sillón desconcertado.

— Habla niña, ¿Qué sucede?— ya que no recibió una respuesta, Cora tomó el telegrama.

Sus ojos se engrandecieron de sorpresa y preocupación al leer el recado.

Los hermanos Jones se encontraban heridos de gravedad.

— Dios, mio... mis hermanos... — Donna sollozo. — Necesito encontrar a Betty, tenemos que irnos de inmediato...

— Deja a Betty ¿No te das cuenta que tenemos que irnos? No podemos perder el tiempo — Cora parecía perder el control.

Sin más, ambas emprenderián su viaje.