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Siguieron asomadas viendo aquel paisaje parisino apoyadas en el pequeño muro sin estar realmente mirando nada, tan solo disfrutando de la noche.

- Voy a hacerlo. – dijo de repente Luisita rompiendo el cómodo silencio que las envolvía.

- Me parece bien.

Luisita se giró para mirarla y se encontró a la morena mirando hacia adelante sin haberse inmutado con lo declarado.

- ¿No me vas a preguntar a qué me refiero?

- Da igual. – Amelia se giró hacia ella y vio como Luisita la miró extrañada – lo has dicho como si fuese algo que llevas tiempo pensando y no te atrevías a hacer y acabas de encontrar las fuerzas para decidirte, así que sí, sea lo que sea, me parece bien.

Luisita le sonrió y a Amelia se le dibujó la misma sonrisa en la cara.

-Me voy a Londres. Mi mejor amiga, Marina, estudia conmigo y el año pasado solicitó una beca Erasmus para hacer el último año de curso en Londres. Entre tonterías y risas, acabé solicitándolo yo también, sólo porque no tenía nada que perder. Nadie más lo sabe, ni mis padres ni Sebastián. Hace unas semanas nos confirmaron que a las dos nos han concedido la beca y por supuesto que me negué a ir, tenía mi vida hecha aquí, pero Marina no perdió las esperanzas e incluso alquiló un piso de dos habitaciones en el caso de que al final cambiase de opinión. Ni se me pasaba por la cabeza ir, pero en realidad sí que quiero ir. Joder, claro que quiero. – volvió a sonreír – quiero disfrutar de nuevas experiencias, del presente. Quiero pensar en mi por una vez.

Amelia sólo pudo ampliar la sonrisa al ver lo contenta que estaba la rubia al haber tomado lo que ella suponía que era la primera decisión "egoísta" en mucho tiempo. ¿Se podría estar orgullosa de alguien que no conoces? Le dio un último trago a lo que le quedaba de cerveza y se acercó a una papelera a tirar el botellín, sacó su móvil por primera vez del bolsillo e ignoró todos los mensajes que tenía sin leer y fue directamente a la carpeta de música. Colocó el móvil en el muro y le tendió la mano a Luisita bajo su atenta mirada.

- Baila conmigo. – dijo la morena con un tono suave y firme.

- ¿Estás loca? – las mejillas de Luisita empezaron a arder y Amelia no sabía si ese enrojecimiento se debía al frío o a la vergüenza. A esas horas no es que la calle estuviese muy concurrida, pero sí que había los suficientes turistas como para que la rubia estuviese pasando uno de los momentos más vergonzosos de su vida.

- Venga, Luisita. Si alguien se fija en nosotras y nos ve haciendo el ridículo se le olvidará en cinco minutos, sin embargo, tú te quedarás con el recuerdo de haber bailado frente a la Torre Eiffel para toda tu vida. Además, piénsalo, a mi no volverás a verme.

Amelia se fijó como Luisita seguía indecisa y algo desconfiada pero aún así, aceptó la mano de la morena que seguía tendida esperando su respuesta, tiró de ella hasta tenerla tan cerca que sus respiraciones chocaron en los labios de la otra. Soltó su mano para colocar las suyas alrededor de la cintura de Luisita, a lo que esta correspondió rodeando el cuello de Amelia para marcar el ritmo mientras sonaba "I Die Today" de Rex Krammer.

- No conozco está canción.

- Es que no es muy popular, pero he pensado que para este momento era perfecta.

- ¿Por qué? ¿Qué dice?

- Eres tú la que se va a Londres, ¿no deberías traducírmela tú a mí? – Amelia se rio levemente cuando vio resoplar a la rubia tras el comentario. – además, si te digo porqué la he elegido, te apartarás.

Nosotras en la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora