Marzo

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El tiempo pasa increíblemente rápido cuando estas ocupada, e increíblemente lento cuando te mueres de ganas por ver a alguien. Y eso es lo que le había pasado a Amelia. Había pasado mes y medio desde aquella entrevista que hizo para Luisita y Marina y ya se encontraba en tierras londinenses.

El número de mensajes entre ellas había disminuido notablemente, ambas tenían mucho trabajo, además de una vida más allá de esa pantalla. Ninguna de las dos podía reprochárselo a la otra. Amelia solo podía conformarse con seguir escuchando la voz de Luisita por la radio de vez en cuando antes de dormir.

Y ahora estaba ahí, en medio de un gran evento donde ella era la protagonista, pero del que ni si quiera se sentía parte en ese momento. Hacía unas cuantas horas que había aterrizado en Londres y en lo único que podía pensar era en ver a la rubia. La había avisado de que llegaría ese día, pero no pudieron compatibilizar sus horarios para verse. Tendrían que esperar hasta mañana para verse en la premier.

El evento en el que se encontraba ahora era una especie de encuentro con fans. Ella junto a otros compañeros de reparto y el director de la película se encontraban sentados en el escenario mientras comentaban con una presentadora todos los detalles y anécdotas de la película. Duró un par de horas, pero a ella le pareció eterno.

No es que le molestaran ese tipo de eventos ni los fans, simplemente, no tenía cuerpo para ello. Pero como siempre, tenía que guardar posturas y continuar. Estaban siendo unos meses realmente duros.

Ya le faltaba poco para terminar. Ahora estaba sentada en el escenario en un taburete junto a una pequeña mesita, mientras las fans iban llegando a su lado para hacerse fotos juntas y que firmara el póster de la película, el cual repartían a la entrada del evento.

Sonríe. Flash. Siguiente.

Y para colmo el jetlag la estaba matando. Literalmente era un zombi. Pero intentaba ser todo lo amable posible, al fin y al cabo, esa gente estaba ahí para verla y no quería defraudarlos.

Ni si quiera se fijaba ya en las caras de los que iban y venían, simplemente cogía el póster, preguntaba a quien iba dedicado, y sonreía otra vez a ese maldito flash.

- ¿Para quién? – dijo a la siguiente con la misma automatización que venía haciendo desde hacía un rato, intentando parecer lo más simpática posible.

- Luisita Gómez.

Fue como si alguien le hubiese echado un cubo de agua fría mientras dormía, se despertó totalmente. Levantó la vista para mirar a la persona que tenía frente a ella. Ya no había cansancio, solo unos grandes ojos marrones brillantes que la miraban intentando disimular la sonrisa.

- Pero puedes poner simplemente Luisita. – siguió diciendo con una sonrisa satisfactoria al darse cuenta del shock de la morena.

- Claro. – a pesar de que aún no salía de su asombro, tuvo que hacerlo con rapidez ya que había una cola de gente esperándola.

Como hicieron todas las anteriores, Luisita se puso a su lado y posó para la foto. Al estar Amelia sentada, quedaba algo más baja, por lo que la rubia la rodeó por los hombros y la ojimiel la cogió de la cintura sin saber muy bien dónde poner las manos. El flash saltó.

- Perdona, ¿te importa hacer una también con mi móvil? – preguntó Luisita en inglés a la fotógrafa que simplemente cogió el móvil e hizo la foto.

Cuando terminó, le devolvió el móvil y la rubia cogió sus cosas para dejar paso a la siguiente persona.

- Gracias. – le dijo Luisita con una sonrisa dulce.

- Gracias a ti por venir. – todavía no se había recuperado cuando vio a la rubia desaparecer entre la multitud. Ella tenía que seguir con su trabajo.

Nosotras en la LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora