Cuando tuvieron aquella pelea horrible en marzo, Luisita estaba destrozada, era un alma en pena que caminaba por su piso lamentándose y extrañando a la morena de una manera insoportable. Sólo había tenido una ruptura en su vida, la de Sebastián, y no se acercaba ni lo más mínimo al vacío que sintió cuando se alejaron en más de un sentido en aquel callejón londinense. No estaban juntas, por lo que no se consideraba ruptura, pero a la rubia le dolió como si lo fuera.
Pero esta vez, esta ruptura, no tenía a Luisita llorando por las esquinas, que va. Esta vez, Luisita era rabia pura. Seguía tan enfadada con Amelia como cuando se fue de su piso dejando a la morena con la palabra en la boca. Pero es que no quería escucharla, ni a ella, ni a nadie que le hablara sobre la ojimiel, y es por eso por lo que andaba tan irritable y susceptible desde que había vuelto de Los Ángeles. Por las noches, se permitía su momento de debilidad y dejar que las lágrimas corrieran por sus mejillas hasta la almohada ante el recuerdo de lo que un día fue su novia. De lo que un día fueron.
Desafortunadamente para María, era la que más estaba viviendo aquellos cambios de humor, ya que aparte de ser a confidente de su hermana, las horas que pasaban juntas trabajando en el King's sacaban el peor genio de Luisita. Solía pagar con todos sus cambios de humor, incluso con los clientes, y eso era algo que María ya no podía soportar.
- En serio, tienes que calmarte de una vez, porque como sigas tratando así a los clientes, el local se va a quedar vacío y yo en la ruina.
Luisita se había dedicado a coger copas y a sacarles brillo hasta casi hacerlas invisibles, necesitaba tener la mente ocupada. Pero sabia que su hermana tenía razón, y que estaba pagando todos sus males con ella.
- Tienes razón, lo siento. Pero es que no me sale estar de otra manera, María, creo que me estoy volviendo loca. No paro de imaginarme su cara en chicas que no son ella, la veo por todos lados, allá donde giro la cabeza, veo a Amelia.
- A ver, Luisi, es difícil olvidar a tu expareja, sí, eso es innegable, muy difícil.
Su hermana la miró con cara de pocos amigos.
- ¿Esa es tu manera de animarme?
- No boba. Lo que te quiero decir, es que quizás debería centrarte en tu trabajo. Ahora mismo estás en un punto muy bueno, te gusta lo que haces y disfrutas con ella, así que úsalo para no estar todo el día pensando en ella, y, sobre todo, para no estar todo el día con ese humor de perros.
Luisita resopló y María se giró para colocar en la estantería de detrás de la barra las copas que Luisita estaba limpiando, porque al parecer ese día parecía que la rubia no sabía hacer otra cosa. Sabía que su hermana tenía razón, necesitaba despejar tanta oscuridad que tenía acumulada en su interior, y enfocarla en su vida laboral no parecía una mala idea. En realidad, desde que había empezado a trabajar ahí, su vida en Madrid tenía más sentido. Tenía buenas compañeras con las que había hecho buen equipo, e incluso habían conseguido que Luisita riera de vez en cuando, cosa que últimamente era muy difícil.
Si, a Luisita le encantaba su trabajo, pero si había algo que temía de ir a trabajar, era la sección de actualidad, porque temía escuchar su nombre. Ahora, cualquier cosa relacionada con la actriz, se le clavaba en el pecho como un puñal y, aunque sabía que con el tiempo cada vez se alegraría más cuando escuchara que ha conseguido un nuevo logro laboral, no podía dejar de pensar en qué pasaría cuando hablaran sus avances también en su vida personal. ¿Qué pasaría el día en el que anunciaran que había nuevas fotos con otra chica? Quizás a escondidas en un local a modo de un rollo de una noche. Quizás a plena luz del día porque no le importe que la vean junto su nueva pareja. Quizás en sus vacaciones en una playa de Ibiza. Quizás algún día, escuchara que la actriz Amelia Ledesma le había dado una nueva oportunidad al amor, y había decidido consolidarlo y declararlo poniéndose un anillo en el dedo. ¿Qué pasaría cuando se enterara a través de sus compañeros de trabajo, que la que fue el amor de su vida, había conseguido seguir adelante mientras ella seguía sintiendo esa rabia interna? Por una parte, le daban ganas de llorarle a Amelia para que volvieran juntas, pero, por otra parte, quería llorarle a la antigua Amelia para que volviera, porque no quería estar con esa nueva versión de la morena.
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Nosotras en la Luna
FanfictionCada una vive en un lugar del mundo, y sin embargo, el destino hace que una noche en la que Luisita necesitaba escapar se encuentren entre las calles de París. Sabiendo que sólo pasarían juntas esa noche, nada será igual el resto de sus vidas. Histo...