Era una mañana calurosa, pero eso no impedía a Amelia disfrutar de su momento de yoga matutino. No tenía un horario establecido ni mucho menos se ponía el despertador para ello, simplemente dependía del día y de las energías con las que se levantara.
Aquella mañana no se había levantado excesivamente temprano, pero aun así decidió hacer un poco de ejercicio a pesar de que el sol ya pegaba fuerte. Sin embargo, esto era casi incluso mejor, porque cuando terminaba, podía darse un baño en la piscina para refrescarse. Así que, hoy como siempre que hacia ese calor, era lo que había pasado y, una hora después de haber acabado el ejercicio, Amelia se encontraba en sentada en el borde de la piscina con la cara mirando hacia el cielo y los ojos cerrados a pesar de llevar gafas de sol. Esas eran las mejores mañanas, en las que se despertaba y disfrutaba de un buen baño y con la mejor compañía, porque, en ese momento, mientras Amelia estaba sentada ahí, Luisita se encontrada sumergida en el agua. En el agua y en ella, claro.
Habían sabido sacarle partido a aquel lugar, y desde el día siguiente de su primera vez en Ibiza en aquella playa, se habían pasado el rato juntas en aquel espacio. Decidieron que aquel "bañarse desnuda en el mar" de la lista de Luisita quizás fuese demasiado arriesgado en cuanto a ser descubiertas y fotografiadas, así que desde la primera vez que se bañaron desnudas en aquella piscina, no volvieron a sacar el bikini y, claro, teniendo esos cuerpos era difícil no caer en la tentación.
Sobre todo para la rubia cuando veía a la ojimiel haciendo sus posturas de yoga, y así es como llegaron a la situación en la que se encontraban en ese momento. Amelia gimiendo y Luisita desayunando.
Aunque cuando estaban disfrutando de la otra no solía existir nada más, en ese momento había un ruido que hacía que a ambas les costara concentrarse, y es que el móvil de Amelia no paraba de sonar con una llamada entrante. La morena solía tenerlo siempre en silencio porque no era inusual que la llamaran, pero Luisita se había dado cuenta de que en los últimos días las llamadas habían aumentado, y ese molesto sonido seguía. Luisita salió de entre sus piernas y alzó la mirada.
- ¿Quieres cogerlo?
Amelia maldijo por lo bajo aquella separación. A ella también le estaba molestando aquella llamada, pero sabía de quien era y no quería pensar en ello, sólo quería dejarse invadir por el placer que le estaba dando su rubia favorita.
- Lo que quiero es que sigas. – le dijo en un jadeo y, aunque Luisita no le viera los ojos por culpa de las gafas de sol, sabía que estaban más oscuros que de costumbre.
Rio ante aquella impaciencia y siguió haciendo lo que se había convertido en una de sus cosas favoritas, hasta conseguir que la morena tocara aquel cielo hacia donde miraba. Una vez alcanzado, mientras aún seguía intentando recobrar la respiración, Luisita le cogió de los brazos y la atrajo para sí hasta tirarla dentro de la piscina.
Una vez dentro del agua, Luisita le quitó las gafas de sol para que no se mojaran y Amelia la encerró entre sus brazos para repartirle besos por la cara mientras la rubia reía como una niña pequeña. Ambas eran conscientes de que cada beso entraba en la cuenta atrás de su despedida y no podían desaprovechar ninguno. Cuando la ojimiel terminó ese arrebato, se sonrieron felices aún en los brazos de la otra, sin alejar mucho sus bocas.
- Guapa. – le susurró Amelia contra sus labios a lo que la rubia le respondió con otro beso.
- ¿Qué te apetece hacer hoy? – y la morena le respondió arqueando una ceja. – Eso acabamos de hacerlo, Amelia. – dijo riéndose ante la insaciabilidad de la morena.
- ¿Y que hay de malo en repetir lo que gusta? – y le dio un beso en el cuello que hizo que la rubia se quejara por no tomarla en serio aunque gimiera levemente. – Vale, vale... - se rio ante la reacción saliendo del cuelo para volver a mirarla. – Pues, no sé, podríamos hacer algo que falte de tu lista.
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Nosotras en la Luna
FanfictionCada una vive en un lugar del mundo, y sin embargo, el destino hace que una noche en la que Luisita necesitaba escapar se encuentren entre las calles de París. Sabiendo que sólo pasarían juntas esa noche, nada será igual el resto de sus vidas. Histo...