Tu eres mi destino [Edmund Pevensie]

Capitulo 10: Las Leyes De Narnia

En el capítulo anterior:

Que niña tan mona, creo que por fin tendré una hermanita. Aproveché para escribir en mi diario todo lo que había pasado este tiempo, era mucho por escribir, pero sin duda lo más importante para mí que escribir es mi relación con Edmund, mi nuevo mejor amigo, con él me siento muy segura y siempre consigue hacer que me sienta tranquila. Y sin duda se que sus hermanos también van a ser una gran parte en mi vida, quizás Aslan tenga razón y haberme ocultado tanto ha tenido sus ventajas.

Terminé de escribir, aún me faltaba mucho, pero necesitaba dormir y creo que si no lo hago Lucy me mata.

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Nos encontrábamos comiendo en una mantita de picnic los Pevensie y yo. Cuando desperté Lucy me enseñó un vestido blanco que le cubría una capa marrón, era muy bonito. Cuando me lo puse me dijo que estaba muy guapa yo sonreí y la agradecí, en serio voy a cogerla mucho cariño.

- En Narnia nunca se van a acabar las tostadas. - dijo Lucy divertida viendo a Edmund comer con un poco de ansia, Edmund sonrió.

- Y habrá provisiones para el viaje de vuelta. - habló Peter apoyado en una roca.

- ¿Volvemos a casa? - preguntó Susan.

- Vosotros si. Le prometí a mamá cuidar de los tres y bueno ahora que te conocemos también debo protegerte, Katherine. - dijo sentándose a mi lado, quedando yo entre él y Edmund.

- Yo no puedo quedarme rezagado y no ayudarles.

- Pero nos necesitan, a los cuatro y a ella. - dijo Lucy, incluyéndome, realmente pienso que no debería estar, pero todo pasa por algo supongo.

- Lucy es muy peligroso, casi os ahogan y a Edmund y a Katherine casi los matan.

- Por eso debemos quedarnos, he visto actuar a la bruja blanca, yo la he ayudado. - agachó la cabeza Ed, yo acaricié su hombro en acto de consuelo, él me miró.

- Y no podemos dejar a toda esta gente a su merced. - terminó él , su hermano le miró orgulloso.

- Es cierto, está gente os ha estado esperando por mucho tiempo y los cuatro debéis ayudarles.

- Querrás decir los cinco. - dijo Edmund.

- Yo no debería estar aquí, no pertenezco a la profecía ni nada solo soy una intrusa.

- De eso nada, has ayudado a Edmund eres igual de importante que el resto. - me dijo Peter, yo sonreí mirando hacia abajo.

Susan se levantó.

- Bueno no se hable más.

- ¿A donde vas? - preguntó Peter, ella cogió su arco y flechas.

- A coger practica, ¿vienes Ka? - me miró Susan, al parecer ese es mi diminutivo.

- Si. - me levanté y ambas junto a Lucy fuimos al campo de entrenamiento donde había dianas.

Susan fue la primera en lanzar su flecha, quedó entre medias de las dos líneas que rodeaban el centro. Después lancé yo, la mía quedó rozando el centro, pero entonces la pequeña Lucy lanzó su daga apuntando al blanco, sorprendiendonos a mi y a Susan, vaya la niña es pequeña, pero matona. Oímos a unos caballos cerca, nos giramos y vimos a los chicos practicando con sus espadas a los lomos de los animalitos.

- Venga Ed, levanta esa espada como nos ha enseñado Orelius.

- En guardia. - empezaron a luchar un poquito, pero entonces vino castor a llamarles, el caballo de Edmund se puso a dos patas.