Capitulo 36: Tu Y Yo, Y Nadie Más

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Aviso +18 y para personas que no les gusten estas escenas: Escena de sexo

En el capítulo anterior:

- Iré a intentar que se calme el agua para que podamos descansar un poco todos. - me frenó Caspian agarrando mi brazo.

- No, solo te debilitarias más, no quiero ofenderte, pero tus poderes no sirven de nada contra las tormentas. - aparté mi brazo algo molesta.

- Al menos yo quiero quedarme con la tripulación ayudando en todo lo que pueda. Te veo en la habitación. - le dije esto último a Edmund.

- ¿Por qué es tan terca?

- Porque tiene carácter, y eso me encanta. - oí decir a Edmund tras la puerta haciendo que volviera a sonreír.

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Tras calmar un poco el agua y lograr que algunos marineros descansen, fui a mi camarote.

- Has llegado. - dijo Ed desde la cama leyendo un libro que no lograba distinguir con la oscuridad.

- No hacía falta que me esperases.

- Aún así quise hacerlo. - se levantó hacia mi con el libro aún leyendo.

- Es interesante saber que tenías sueños húmedos conmigo.

- ¿Que? - me giré y vi que estaba leyendo mi diario, a lo que me sonrojé, agarré el diario y le pegué con él en la cabeza.

- Auch, no seas bruta.

- Y tu no seas cotilla. - dejé el diario en la mesa.

- Oh, vamos no te debería dar vergüenza esas cosas, ya te he visto de todas las formas posibles.

- Me da igual, eso no se hace.

- ¿Ya te has enfadado? - me dijo abrazándome por detrás.

- No. - él rió, mientras yo intentaba desvestirme.

- Serás pura de corazón, pero de mente no mucho.

- ¿A qué te vuelvo a pegar?

- Vale, perdona ya paro. Anda deja que te ayude. - apartó sus brazos de mi torso para quitar el lazo de mi vestido desde atrás.

- ¿Crees que es cierto lo que dijo Coriakin? ¿Crees que tengo un corazón puro como mi madre?

- Bueno, siempre has sido muy decidida. La bruja blanca no logró comerte la cabeza, ni nadie podía influenciarte. Siempre has sido fiel a tus ideas y a ti misma y eso no es nada fácil, y siempre te he dicho que cuando estoy contigo siento paz y calma, como si todos mis pensamientos negativos los borraras con tu presencia, así que si creo sin duda que tienes un corazón y un alma puro.

- Eso dices tu, pero para mí tu eres el que consigue calmarme y hacerme sonreír aunque esté triste o enfadada. - me di la vuelta mirandole con aún el vestido puesto, pero ya desabrochado por detrás.

- ¿Y entonces por que me has pegado?

- Porque te lo merecías, esas cosas son personales.

- Katty, te he visto desnuda, he hecho de todo con tu cuerpo desnudo, creo que saber que sueñas conmigo de esa forma ya no es algo personal.

- Bueno, pero me da vergüenza aún que me veas desnuda, aunque llevemos todos o casi todos estos días haciendolo.

- Te dije que la próxima vez que estuviéramos en el camarote no te dejaría escapar.

Tu eres mi destino [Edmund Pevensie] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora