Capitulo 43: Nuestras Peores Pesadillas

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En el capítulo anterior:

- Pase lo que pase, cada uno de los que estáis ante mi se ha ganado su sitio en la tripulación del Viajero del Alba. Juntos viajamos lejos, juntos afrontamos adversidades, juntos podremos volver a hacerlo. Ahora no es el momento de sucumbir ante el miedo, sed fuertes, no os rindais, nuestro mundo, las vidas de Narnia dependen de ello. Pensad en las almas perdidas que venimos a salvar, pensad en Aslan, pensad en Narnia. - habló Caspian, que tras terminar bajaba las escaleras, pero se sorprendió cuando su tripulación gritó ante su discurso.

- ¡Por Narnia! - decían todos y cada uno de ellos, haciéndole sentir orgulloso. Él miró a Edmund, y éste asintió con orgullo, a pesar de sus edades, Edmund tenía más experiencia que él a la hora de ser rey y ver que era respetado les enorgullecia a ambos.

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El barco se acercaba cada vez más a la isla, comenzando a adentrarse en la oscura y densa niebla que ésta tenía a su alrededor. Humos verdes se acercaban a nuestros tripulantes, emitiendo sonidos siniestros que asustaban a los narnianos. Cada humo tomaba la forma de lo que el tripulante quería o temía, como en el caso del señor Rins, que se transformó en su esposa atravesandole y perturbandole.

- No se ve nada, la niebla es muy densa. - dijo Drinian.

- Katherine, ¿notas algo? - preguntó Caspian a la chica.

- Oscuridad y maldad, mucha maldad. - decía asustada la chica, al poder sentir la magia de su tía. Pero no era esa la respuesta que quería Caspian que la miraba esperando que se tranquilizara.

- Sigue recto Drinian. - acabó diciendo.

El capitán siguió la orden, mientras que Caspian, escuchó la voz de su padre y vio su forma en la niebla.

- Me has decepcionado enormemente. Puesto que dices ser mi hijo, actúa como un rey. - le decía aquella niebla, metiendo miedo y preocupación al joven.

- Edmund... Ven conmigo sé mi rey. Yo te dejaré reinar. - decía Jadis en forma de humo verde.

- Vete, estas muerta.

- Yo jamás estaré muerta. Siempre estaré viva en tu mente, niño estupido.

- ¡No! - gritó él.

- Edmund. - se giró asustado ante la voz de su chica.

- Sabes que ella no era real, está muerta, no volverá a hacernos daño. - le dijo ella acariciando su mejilla, tranquilizandole.

- ¿Tu también la has visto?

- Eh... Si, si, pero está todo bien tranquilo. - mentía, no quería que él supiera lo que realmente había visto. El rostro de Edmund proyectado en aquella neblina verde, le había dicho cosas bastante horribles a Katherine. Ella sabía que no era real, pero aún así la preocupaba que después al irse con él, dejando atrás su hogar, la relación no terminara bien y por lo que fuera él la acabe odiando y eliminando de su vida.

- Chicos, ¿estáis bien? - dijo Lucy llegando también asustada.

- Si. - dijo Edmund intentando calmarla.

Unos gritos, que simulaban llanto y dolor y quizás algo de locura, desconcertó a los marineros, que miraban hacia aquel sonido acercando el barco.

- ¡Alejaos! ¡Alejaos!

- ¿Quién eres? - preguntó Edmund.

- ¡No te tenemos miedo! - gritó Caspian.

- Ni yo a vosotros.

Tu eres mi destino [Edmund Pevensie] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora