Capitulo 64: El final

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En el capítulo anterior:

- ¡Aslan! - con alegría el muchacho se acercó al gran león.

- Me alegra verte de nuevo Eustace, has crecido bastante, pero dime ¿por qué estás tan asustado?

- No me veo capaz de esto Aslan, hace cuatro años fui un estorbo y lo sigo siendo ahora.

- Eso no es lo que pensaba cierto ratón.

- Si estuviera aquí tal vez podría darme algo de valor.

- ¿Quieres que lo comprobemos?

Narra Katherine:

A pesar de haberles aturdido con el rayo, seguían siendo capaces de luchar, un poco mareados, pero luchaban. Jadis por su parte también estaba mareada, pero lo controlaba mejor y esta vez venía con mayor rapidez. No se preocupaba mucho por matar a nuestros soldados, solo lo hacía con aquellos que estaban más a su alcance, quería reservarse para mi.

- No podemos continuar así, son demasiados y no sé cuánto más podremos aguantar, ¿No puedes volver a hacer lo de antes Katherine? - dijo Caspian.

- La cansa demasiado. - habló Edmund por mi.

- Llama a los arqueros entonces que vengan aquí.

- Vale. - la señal para que vinieran era esta vez con las plantas, por lo que con los tallos y ramas de los árboles lancé a algunos enemigos lejos de aquí.

No tardaron en salir del pequeño escondite y bajar por la colina para unirse con nosotros.

- ¿Donde está Eustace? - pregunté a Lucy.

- No lo sé, dijo que no podía hacer esto y se fue hacia el bosque. - la miré extrañada, estaba segura de que tuvo una buena razón para hacer eso.

Poco después de que vinieran los arqueros, ya nos tenían otra vez cansados y angustiados. Jadis estaba caminando hacia mí y ya estaba muy cerca.

- Todo el esfuerzo que has hecho ha sido en vano Katherine. Tienes mucho poder, pero de que te sirve si con usarlo dos segundos ya te cansas tanto. Por eso mismo murió tu madre tan pronto, era muy poderosa, pero acababa de darte a luz cuando se enfrentó a mí y estaba agotada. Es sorprendente ver cómo has sido tan ingenua y como... - Jadis ya estaba a pocos metros de mi, pero su expresión de superioridad cambió a una de shock en estado puro. Sus ojos se quedaron mirando un punto fijo y sus piernas flajearon hasta caerse de rodillas al suelo.

- No es posible.

Miré en la dirección a la que ella miraba y casi puedo decir que mi expresión fue la misma. A lo alto de la colina donde antes se resguardaban los arqueros estaban mis padres y no solo ellos, Reepicheep, el señor Tumnus, los castores e incluso el padre de Caspian estaban ahí, de cuerpo presente. Muchos otros narnianos venían con ellos, probablemente algunos estaban en el país de Aslan y otros eran petrificados de Jadis. Junto a ellos estaban Aslan y Eustace, esto debía ser por lo que él se marchó.

Con la sorpresa que todos teníamos Jadis aprovechó para levantarse del suelo rápidamente y correr hacia mi para intentar matarme.

- ¡No! - pero antes de que yo pudiera darme cuenta, Edmund me empujó apartandome y esquivó esa lanza con su espada. Luchaba mejor que antes, era muy rápido y fuerte y consiguió quitarla su arma lanzándola a unos metros de distancia, pero la otra arma de Jadis apareció por detrás suya, fue tan rápida que no pudimos verla. Le había atravesado justo su pecho, es decir su corazón, por lo que cayó al suelo y no tardaría en morir.

- ¡Edmund! - cayó boca abajo así que con cuidado le puse boca arriba y agarré su rostro el cual ya estaba algo pálido.

- Edmund por favor aguanta, abre los ojos no los cierres. - Jadis hizo regresar su lanza y todos pudimos escuchar aquel grito desgarrador salir de su boca.

Tu eres mi destino [Edmund Pevensie] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora