Capitulo 63: La última batalla

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En el capítulo anterior:

Acababa de descubrir que tenía
los poderes de mi tía, solo que los controlaba de una manera muy distinta. Como no tengo oscuridad en mi alma como me dijo Coriakin, el hielo que yo tengo no tiene porqué ser malo solo debo saber utilizarlo a través de la luz, y quizás esto sea la clave para acabar con Jadis, con su propio poder.

Ya habían pasado los cinco días y llegó el momento para luchar contra Jadis. En esos días conseguí controlar mejor la luz y el hielo, así como el resto de poderes los cuales si mis emociones no eran estables ellos tampoco, como cuando sin querer las flores se hicieron más grandes atrapando a Edmund. Había conseguido controlar eso también y así no hacía daño a nadie. Con Edmund las cosas estaban mejorando, él me dio el tiempo y espacio que necesitaba y, al igual que yo, estaba aprendiendo a controlar sus emociones así que ni el ni yo estábamos irascibles como antes. El embarazo también iba bien, a veces tenía náuseas, mareos y los típicos síntomas, pero no podía evitar sentirme nerviosa por la guerra, si moría yo el bebé también, pero sino luchaba correríamos la misma suerte. Una vez que me preparé para luchar salí a ayudar a los demás. Decidí ponerme algo cómodo para luchar, bastante incómodo era llevar la cota de malla por debajo como para llevar un vestido.

Entré en la habitación de Edmund para ver si necesitaba ayuda con su armadura y me encontré con Peter, que aún no se la había puesto.

Entré en la habitación de Edmund para ver si necesitaba ayuda con su armadura y me encontré con Peter, que aún no se la había puesto

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Me sorprendió ver a Peter así, tenía buen cuerpo, aunque era lógico se pasaba el día entrenando.

- Buscaba a Edmund, ¿No está aquí? - no podía evitar mirar su cuerpo, cuando alguien es guapo no se puede negar aunque quieras a otra persona.

- Ha ido a buscar su armadura. ¿Tu ya estás lista?

- Si ya he terminado de vestirme.

- No me refería a eso.

- Bueno, estoy asustada la verdad, pero confío en que lo lograremos.

- Yo también lo estoy, hemos tenido muy poco tiempo para prepararnos y saber que ella tiene más poder no ayuda.

- Si Aslan hubiese venido a ayudar...

- Estoy seguro de que acabará apareciendo, siempre lo hace, aunque teniéndote a ti no le necesitamos mucho.

- Siento un poco de presión, todos creéis que tengo suficiente fuerza como para acabar con ella.

- Porque es cierto, la única que no se lo cree eres tú.

- Bueno, haré todo lo que pueda para no defraudaros entonces.

- Lo sabemos, pero no hagas ninguna locura y si te sientes cansada retírate, recuerda que tienes un bebé ahí dentro.

- Eso también me preocupa.

- Tranquila, me aseguraré de que no te pase nada malo. - me sonrió dulcemente y yo le correspondí.

Tu eres mi destino [Edmund Pevensie] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora