Capítulo 60: Nos volvemos a ver

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En el capítulo anterior:

- Te prometo que... Si estás ahí dentro te mantendré a salvo, te protegeré, no permitiré que nadie te haga daño ni dentro ni fuera, ni siquiera yo. No quiero que sufras más por las discusiones que tengo con tu padre, se que lo escuchas todo desde ahí aunque aún tus orejitas no estén formadas. - reí un poco al hablar de esa manera, imaginándome con mi futuro hijo.

- Y aunque aún no está confirmado que estés ahí, yo te siento y te quiero, y siento mucho todo lo que está pasando, pero de verdad te prometo que te protegeré y que se arreglaran las cosas, tendrás una vida feliz, conocerás el mundo y tu madre luchará todo lo que tenga que luchar por mantenerte sano y salvo, te lo prometo. - acaricié mi vientre mientras pronunciaba estas palabras notando como el dolor disminuía poco a poco, como si me hubiese hecho caso y decidiera quedarse conmigo.

Narradora:

Tras la discusión Edmund y Peter salieron en busca de Katherine y la encontraron durmiendo muy profundamente, casi como si estuviera desmayada, debajo de aquel árbol con su mano en su vientre y la cara húmeda por las tantas lágrimas que había soltado. Edmund la cogió en brazos al verla así y la llevó a su habitación tumbandola en la cama delicadamente, ese era el tipo de gesto que ella añoraba.

- Si no te importa dormiré contigo hoy... y el resto del tiempo probablemente, no creo que ella quiera verme a su lado por la mañana. - Peter asintió y a Edmund se le podían ver los ojos rojos del llanto también.

Había una ligera tensión entre los hermanos, Edmund ya sabía de los sentimientos que su hermano tenía por su prometida y Peter no quería decir nada por si las cosas se empeoraban.

- Voy a...irme mejor, cuando quieras ve a dormir, si lo prefieres pido otra habitación a Caspian hay muchas.

- Tranquilo, mañana se lo diré yo.

- Vale. - Peter dio una mirada a Katherine preocupado y Edmund lo notó.

- Si se despierta mal o la pasa algo te aviso.

- Vale... gracias. - el mayor dio un apretón al hombro de su hermano y salió de la habitación.

Edmund miró a la chica, acarició su cara quitando las pequeñas lágrimas que aún no se habían secado, apartó su pelo de su rostro y agarró su mano. Era muy consciente de todo lo que pasaba, en ningún momento dejó de quererla ni la llegó a odiar como ella insinuaba, pero no podía evitar las discusiones, era como si alguien se hubiese apoderado de su cuerpo y por mucho que quisiera pronunciar una palabra, por su boca salía otra. Era difícil explicar lo que le ocurría porque ni él lo sabía, lo único que se le venía a la mente era que Jadis había decidido seguir atormentandole para acabar con la relación y parece que lo había conseguido.

- Ahora que estás dormida, supongo que podré decirte lo que pienso sin que me obliguen a decírtelo de malas maneras o a decirte algo malo... Lo siento mucho, sé que no sirven estás palabras si sigo haciendo lo mismo, pero yo no quiero esto, no quiero hacerte más daño, no quiero verte llorar, ni con ansiedad y no quiero que pienses que te odio, jamás podría hacerlo, pero a diferencia de ti yo no tengo esa luz que tú tienes, esa pureza incapaz de romper. Jadis ya consiguió una vez manipularme y parece que lo sigue consiguiendo, por mucho que intente evitarlo, intente ser más fuerte no lo consigo. Así que... acepto que quieras dejarme y acabar con nuestra relación, pero yo voy a seguir queriéndote y a asegurarme de que tú y...el posible niño o niña que tengas dentro estéis a salvo, os protegeré con mi vida, te lo prometo. - Edmund colocó su mano encima de la mano de Katherine, que la mantenía en su vientre y así como pasó cuando lo hizo Katherine, ella sintió algo más de alivio.

Tu eres mi destino [Edmund Pevensie] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora