Tu eres mi destino [Edmund Pevensie]

Capitulo 58: Confesión

En el capítulo anterior:

- Que valore su personalidad no significa que sienta algo por él. - me reí por su respuesta.

- Está bien no te insisto más. - caminamos en silencio yendo hacia la zona de entrenamiento.

- A Lucy la gusta un chico. - dije burlonamente poco después de seguir caminando, a lo que ambas reímos y Lucy además se puso un poco colorada.

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Pasaron varios días desde que descubrimos que Jadis había vuelto, aún no se sabía nada de ella, pero muchos narnianos y telmarinos afirmaban tener conocidos desaparecidos, personas que habían ido a pasear o a montar a caballo y no volvían a saber nada de ellos. Algunos creían que se habían unido a la bruja y otros preferían pensar que ésta les había secuestrado o hecho algo peor. Si, a la gente le gustaba más pensar en que habían muerto antes de creer que se habían unido a ella y probablemente yo hubiera preferido lo mismo.

Durante estas semanas pude notar más síntomas parecidos a los que Alina tuvo y pronto me llegaría el período, y si no me venía se confirmaría mi embarazo, eso o que había tenido mucho estrés que hizo que se retrasara. Algo que tampoco sería mentira, las cosas con Edmund no habían mejorado, lo intentamos hablar muchas veces, pero siempre acabábamos molestos y durmiendo enfadados. Incluso aunque parezca mentira, llegué hasta querer cortar mi relación con él, seguía intentando convencerme de que era culpa de Jadis, pero pensaba que nuestro amor podría con ello, aunque sea cursi. Para evitar pensar en eso, recordaba los momentos bonitos que habíamos tenido, antes de que todo esto empezara.

Ahora nos encontrábamos en la sala del trono esperando a los guardias de Caspian que pronto regresarían de haber ido a hacer otra expedición por el reino.

- Majestad. - dijo un guardia entrando exaltado a la sala sujetando a uno de sus compañeros, que venía herido, con ayuda de otro.

- ¡Ethan! - gritó preocupada Lucy acercándose al guardia herido, que era su "amigo".

- No me gustaría que me vieras en estas condiciones reina.

- Déjame ayudarte. - cayó una gota de su jugo curativo en la boca del muchacho, que poco a poco iba recuperándose y curando sus heridas.

- ¿Que es lo que ha pasado? - preguntó Caspian, una vez que el chico había recuperado el aliento.

- Ha sido ella majestad.

- ¿Jadis te ha atacado? ¿La has visto de verdad? - pregunté yo, el chico se levantó y le llevamos a sentarse en un sofá cercano para que más cómodo pudiera hablar.

- Llegué a Beruna y allí una mujer afirmó haber visto a una dama vestida de blanco llevarse a unos jóvenes en la madrugada. Me indicó por dónde se fue y al llegar al río vi algo de escarcha por la zona. Seguí el rastro del hielo y en una cala muy bien escondida entre unos arbustos y rocas, encontré varios animales y narnianos petrificados, eran realmente estatuas. Con algo de cautela me acerqué a investigar y fue ahí cuando ella y sus secuaces me descubrieron. Ella les dijo que luchasen conmigo como una especie de entrenamiento, pero que no me mataran. Yo luché lo mejor que pude majestades, intenté atacarla, pero lo esquivaba, lo intenté. - decía desesperado el muchacho.

- Está bien tranquilo, lo has hecho muy bien, no te preocupes. - dijo Lucy tratando de animarle.

- ¿Por que no quiso matarte? - preguntó Peter.

- Cuando terminé como me han visto ustedes, se acercó a mí y subió mi barbilla con su lanza. Me dijo que debía enviarles un mensaje. - todos le miramos con algo de miedo.