En el capítulo anterior:
La pelea fue agotadora para ambas, yo corría hacia atrás huyendo de su cercanía mientras intentaba atacarla y atraparla y ella corría hacia mi al mismo tiempo que evitaba mi fuego y mis ramas. A pesar de no habernos ni rozado, nos cansaba el movimiento ella tenía la desventaja de ser más mayor y yo la de estar embarazada, pero no me rendía y seguía luchando.
- ¿Podemos parar un momento? - preguntó ella.
- ¿En serio bruja? ¿Así pretendes luchar en una guerra? - fui noble y paré aunque seguía teniendo fuego en mi mano por si acaso.
- No, con matarte a ti ya tengo suficiente. - visualicé como otra lanza, al parecer con una especie de efecto boomerang, me iba a atacar por la espalda, pero casi no me daba tiempo a reaccionar ya que tenía que seguir pendiente de Jadis y su otra lanza capaz de matarme en un segundo. Por suerte para mi una espada chocó con la lanza boomerang de Jadis desviando su trayectoria. Era la de Edmund.
Él y los chicos me habían seguido, aunque me alegraba porque sino probablemente ya estaría muerta. Bajaron de los caballos rápidamente y empuñaron sus espadas apuntando a Jadis.
- Deja la lucha, Jadis, ahora mismo tienes las de perder. - le dijo Peter.
- Creo haber dejado claro en mi mensaje que no quería que viniera nadie más.
- No íbamos a dejar que la mataras, bruja. - dijo Caspian.
- ¿Ves lo que te digo Katherine? No creen en que puedas defenderte sola y la verdad tienen razón, de no haber sido por ellos tu ya estarías muerta. - sabía que llevaba razón, creía que yo sola iba a poder contra ella, pero estaba equivocada aún teniendo más poderes no he podido con ella, soy una completa inútil.
- Sabemos que puede contigo perfectamente, pero la queremos y aunque ella sea la más poderosa la protegemos. Incluso tu necesitas ayuda, sino no estarías reclutando un ejército. - dijo Edmund defendiendome, le miré algo sorprendida porque hacía tiempo que no le veía protegiendome así, él me miró brevemente y con su espada ya en mano volvió a centrarse en Jadis.
- Edmund, que mayor te veo. Es una sorpresa que estés cuidándola tanto ahora después de comportarte con ella como si fuera lo peor que te ha pasado en la vida.
- No te hagas la tonta Jadis, tú eres la que me hace estar de mal humor siempre.
- Tu eres así Edmund, siempre fuiste así, caprichoso, inmaduro, envidioso, egoísta. No lo niegues más, siempre fuiste una mala persona y te aprovechaste de ella por ser todo lo contrario. Al fin y al cabo el que nace traidor es un traidor para siempre. - Edmund no pudo controlar sus emociones y gritó de desesperación corriendo hacia ella.
- ¡Edmund no! - grité yo, no debía acercarse a ella, no con esa lanza en su mano.
Yo y el resto de los chicos corrimos hacia él, estaba apunto de llegar a ella y Jadis ya tenía su lanza preparada, por mucho que le decíamos a Edmund que retrocediese hacía caso omiso, estaba cegado por la rabia de sus comentarios. Yo estaba demasiado asustada, veía su muerte venir y mis emociones se revolvieron provocando que un fuerte viento lanzase a Jadis lejos de él contra una roca. Por lo que vi la dolió bastante.
- ¿Por que has hecho eso? Ya casi la tenía. - se dirigió hacia mi.
- No, iba a matarte, y no podía permitirlo.
- La podía esquivar.
- Edmund su lanza ahora es más fuerte, es más ágil y lo peor es que ya no solo te congela sino que en cuanto te roza te hace añicos. Te mueres al instante. Sé que estás enfadado, pero por favor controla tus impulsos, no quiero perderte. - obviamente le seguía queriendo, a pesar de todo yo no quería dejarle y mucho menos verle muerto.
- Katty... - su frase no pudo ser terminada, porque la otra lanza de Jadis vino de repente hacia él atravesandole la espalda y cayó al suelo.
- ¡No! No no no no. - la lanza le había atravesado el pecho, Jadis la había hecho regresar hacia ella por lo que al sacarla le dolió aún más y fue cuando la sangre comenzó a salir.
- ¡Edmund! - gritó Peter asustado arrodillándose ante él.
Edmund se empezaba a poner pálido y Lucy fue a por su poción la cual se había quedado en su caballo.
- Tranquilo, enseguida viene Lucy. Mantén los ojos abiertos. - le decía yo acariciando su pelo.
- Tienes mucho poder, sobrina. - Jadis se había levantado, aunque estaba bastante magullada, y se dirigía hacia nosotros.
- No te acerques más. - Caspian se mantenía en pie con su espada en mano. Eustace asustado y algo tembloroso también nos intentaba proteger.
- He podido contra la magia Caspian, podré contra una espada.
- No vencerás esta vez Jadis, somos seis contra ti. - dijo Peter levantándose poniéndose en la misma posición que Caspian.
- Y sin embargo sois más débiles.
- Ya estoy. - Lucy dejó caer una gota de su jugo en la boca de Edmund. Poco a poco sus heridas se iban cerrando y su piel volvía a tener color.
- Eso es, ya estás bien. - seguía a su lado acariciando su pelo y su mejilla, él me sonrió y tras sonreírle yo de vuelta, me levanté y me dirigí a Jadis.
- Tía, para con esto ahora, por favor.
- ¿Por que debería hacerlo? Puedo acabar con vosotros ahora mismo.
- Tu estás preparando un ejército y nosotros otro, luchemos como la última vez, si nos matas ahora esto no acabará aquí, al igual que si nosotros lo hacemos contigo.
- ¿Me estás declarando la guerra?
- Si, porque quiero ser yo quien acabe contigo y sinceramente ahora mismo estoy en las últimas, y no sería justo. Si de verdad te consideras una reina por lo menos ten algo de nobleza y caballerosidad y acepta mi propuesta. - paró de caminar y decidió pensar, ella también se encontraba débil por mucho que quisiera negarlo.
- Os doy tres días para reuniros conmigo aquí.
- Siete días. - exigí yo.
- Cinco días. - dijo ella y yo asentí. Los demás se mantenían sin decir nada.
- Cinco días es muy poco. - me susurró Caspian.
- Es eso o morir aquí.
- No sabemos si moriremos quizás podamos vencerla. - habló Peter.
- Edmund está herido, Eustace y Lucy aún no están preparados, yo estoy muy débil y aún necesitamos una estrategia. No podríamos. - ambos se miraron y al final estuvieron de acuerdo conmigo.
- Aceptamos tu propuesta. Nos veremos aquí en cinco días. - dijo Caspian.
- Pero debes cumplir tu promesa de no atacar a los ciudadanos hasta que llegue ese día y se decida quien gana. - terminó de hablar él.
- Soy mujer de palabra, pero os aconsejo que preparéis bien a vuestros guerreros.
- Preocúpate mejor por los tuyos. - dijo Peter.
- Ya nos veremos, niños. - dicho esto se fue, dejando una neblina a su paso que la hacia casi desaparecer.
Holii, queda muy poquito para que se termine la historia y el resto de capítulos los subiré todos hoy, así que espero que os gusten. Me hubiese gustado tener más tiempo para subirlos los sábados como siempre, pero ya os conté que tenía algo de prisa y si hubiese podido escribir antes habría sido así, pero de verdad que no pude.
Espero que os guste mucho el capítulo y dentro de un rato subiré el siguiente :3
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Tu eres mi destino [Edmund Pevensie]
Fiksi PenggemarKatherine es una niña huérfana que está a cargo de la señora McCready y vive con ella en la casa del profesor Digory. Allí, descubre el secreto de un armario que se encuentra en la casa y casi al mismo tiempo que los hermanos Pevensie entra en el ar...