Tu eres mi destino [Edmund Pevensie]

Capitulo 16: Una Narnia Salvaje

En el capítulo anterior:

- Nuestros amigos... El señor Tumnus y los castores, ya no estarán. - dijo ella entristecida, al igual que los demás quienes intercambiabamos miradas.

- Tenemos que movernos y averiguar qué es lo que ha pasado. - dije yo.

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Tras coger nuestras armas, pertenencias y vestirnos con nuestras prendas, partimos en busca de narnianos o alguien que nos pudiera decir que ha ocurrido. Yo me vestí con un vestido naranja, fue de mis vestidos favoritos a esta edad. Antes siempre vestía de blanco, pero mis gustos cambiaron en Narnia, no recuerdo si tenía una razón específica. Lo que si recuerdo es que los narnianos solían llamarme la reina elegante, además de la inefable y, aunque todos vestiamos bien, yo ayudaba y aconsejaba a las costureras sobre nuestras ropas, supongo que sería por eso.

Edmund llevaba una camisa azul y le quedaba de maravilla, me gusta mucho como se ve con esa ropa.

Caminábamos por la playa cuando vimos a unos hombres en una barca con un enano atado, con intención de tirarle al agua. Susan y yo corrimos a ayudarle, ambas lanzamos una flecha para poner la atención de los marineros en nosotras.

- Soltadlo. - dijo Susan.

- Pero no al agua. - dije yo.

No me hicieron caso y le lanzaron al agua, como consecuencia disparé una flecha a uno de los hombres y él otro se lanzó al agua antes de que Susan pudiera lanzar la suya. Los chicos, tiraron sus espadas previamente desenvainadas, y se lanzaron al agua a salvar a aquel enano.

Peter sacó al hombre y le dejó en la arena, mientras Edmund traía la barca. Lucy con su daga cortó las ataduras del narniano. Éste comenzó a toser y se levantó del suelo mirando a Susan con algo de molestia.

- Soltadlo, ¿no se te ha ocurrido nada mejor jovencita? Por lo menos tu amiga ha dicho algo coherente. - me señaló con la cabeza aún mirando a Susan.

- Un simple gracias sería suficiente.

- No hacia falta que ayudaras a esos hombres a ahogarme.

- Deberíamos haberlos dejado. - dijo Peter, parece que el enano se mostró algo arrepentido.

- ¿Por qué querían matarte esos hombres?

- Son telmarinos es lo que saben hacer.

- ¿Telmarinos? ¿Aquí en Narnia? - dijo Ed.