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Jimin miró las cortinas moverse por el ligero viento entrar desde las ventanas de su habitación, el aire era fresco y le causaba un ligero escalofrío a su piel. Sin importarle o darse cuenta, llevaba varios minutos mirando el bonito cielo azul, que descuidadamente despejaba cualquier sentimiento en su loco interior. Tampoco pudo darse cuenta que su cuerpo estaba delirando a causa de una fuerte fiebre y sus músculos estaban terriblemente débiles sin poder moverse por culpa de la enfermedad. Sus ojos rojizos por quizás haber llorado voltearon hacia la mesita, encontrándose con el reloj que indicaba las 11 am, percatándose que aún no había desayunado.
—Agua... —sus gruesos labios emitieron aquel débil sonido—. Gum... —aclamó a su hermano, pero muy bien sabía que el beta estaría en un sitio muy lejos, incluso si lo buscara. Entonces, estaba solo, sin que nadie se enterara de su sed o la debilidad comerse su estado emocional. —Eso me pasa por pisar el suelo frío... —susurró y se volteó a un lado de la cama para dormir otra vez, quizás durmiendo se le pasaría esa tristeza.
Cuando abrió los ojos la obscuridad llenó sus pupilas, obligándolo a gemir por el miedo de no saber dónde se encontraba y sollozó al percibir sombras a lo lejos que tratarían de comerlo—. Bogum... —sus delgados brazos temblorosos se movieron hacia atrás, hasta tocar la lampara que inmediatamente luchó por encenderla. La luz amarilla alumbró su habitación, destruyendo cada sombra en la obscuridad, y observó estar en su propio departamento a solas, sin que nadie estuviera allí. Alzó el teléfono ignorando el sentimiento anterior y miró la hora, eran las seis y media de la tarde, sabiendo que podría llamar a su hermano y este lo ayudara. Pero también reconocía que su querido hermano protector lo arrastraría a esa tenebrosa mansión para cuidarlo personalmente y encerrarlo como una damisela virgen, aunque lo fuera, se negaba a ir a esa aburrida mansión controlada espeluznantemente. —No, Gum... no... —concluyó al decidir no llamar a su hermano y dejó el teléfono en su cama. —Fideos... —con la boca seca por la sed y el hambre crujir en su estómago se levantó para conseguir unos deliciosos fideos picantes y calientes. Deseaba comer esa delicia y no le importaba que las voces en su mente le dijeran lo estúpido que era el ir a comprar a la tienda cuando se estaba muriendo de fiebre o que debería de conseguir medicamentos de forma inmediata. Sus desnudos muslos se arrastraron en la habitación al encontrar una camisa larga y sus pantuflas, suficientes para ir a comprar. Tomó unas monedas y avanzó con cuidado alrededor de su departamento para no caerse, en cada pasó le dolió todo, pero su hambre estaba en primer lugar. Con las alacenas vacías era necesario.
El azabache omega abrió la puerta de su casa y cerró los ojos ante la luz lunar brillante, se quejó al sentir sus sienes punzarle por el dolor y sin tomarlo en cuenta caminó. Un paso, dos y tres estaba alegremente en busca de sus fideos picantes hasta que su cuerpo se desvaneció y miró el cielo nocturno obscurecerse ante sus ojos.
Yoongi depositó la bolsa de basura dentro del contenedor y alzó su mirada hacia la luz lunar que iluminaba hermosamente la noche. Sonrió pensando en esa persona que una vez existió y pronto la misma sonrisa se esfumó cuando unos ojos despreciables y brillosos de un omega azabache aparecieron en su mente. Con una amargura drenarse en su estómago tragó ese nudo y con molestia regresó a casa. De ninguna manera tuvo la intención de ser un imbécil al proclamar delante de un montón de jóvenes que el omega azabache era suyo y posteriormente a ello reclamara esos labios en contra de la voluntad de ese joven. No tuvo excusa del cometido a pesar que el omega le gritara que se pertenecían. Claro que no, porque él no tenía forma de aceptar a alguien que podría ocupar ese lugar no disponible y para nada tenía la intención de lastimar a un hermoso omega con ilusiones y arrastrarlo a algo que no estaba seguro de aceptar.
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Mi Dulce Omega (HopeV)
FanfictionJung Hoseok es un agente capaz y con el mejor entrenamiento, pero no lleva una vida llena de genialidad como todos piensan, porque tiene consigo varias deudas y no encuentra un sentido a la vida que lo motive. Mismo que le lleva a buscar un buen emp...