Mi Dulce Omega (HopeV)

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—Creo que me odian.

Hoseok sonrió ante la forma decepcionada del omega que se lamía los labios y sacaba numerosos resoplidos con la mirada baja hacía algo en el piso del auto.

—No creo que te odien por una vez que te hayas negado a ir con ellos. Habrá más oportunidades, recuerda que primero están tus deseos y comodidad. Si quieres podemos ir a la mansión y...

—¡No! Hyung dijiste que iríamos allí... por favor. He esperado mucho para este día —infló sus mejillas sacando otro resoplido, haciendo sus ojos un poco enojados. —¡No es justo!

El alfa se rió por la forma tierna que el omega se enojaba. Sin embargo, eso era cierto, aquel castaño había insistido en mucho tiempo para que le dijera ese lugar que se supone era sorpresa. Por un poco se retractaba, pero al verlo animado y tranquilo decidió que podría hacerle bien. —Muy bien, señorito Taehyung estamos yendo allí... no te enojes. Solo pareces más lindo cuando lo haces...

¡Oh, no! El calor subió en su rostro teniendo que recostarse en el colchón del auto mientras se escondía detrás de esa bufanda, más de ser llamado cachorro, no le gustaba los halagos, más si venían de Hoseok, o sí, pero no quería admitirlo. Solo amaba que su querido Hobi lo viera de esa forma.

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—Llegamos... —se estacionó cerca de un centro comercial anhelando que esta sorpresa le encantara al menor. Se bajó del auto y abrió la puerta trasera esperando las manos de Taehyung, mismas que no tardaron en cerrarse en las suyas y su cuerpo se inclinara de forma cotidiana hacía él.

—¿El centro comercial? —curioso alzó una ceja. Nunca había ido a uno, y temía al montón de personas que podría encontrar. Sin embargo, se sentía tranquilo a lado de su guardaespaldas.

—Ya lo verás, Tae. Quédate a mi lado. Se que este lugar puede ser abrumador para ti, pero confía en mí y dime si algo te molesta ¿Sí? —el omega asintió con esos grandes ojos color avellana —Tu bienestar es primero. No lo olvides.

No tardó para que llegarán entre los pasillos, que llevaban a numerosas tiendas donde se exhibían mercancías caras y exclusivas, entonces supo en qué sector de Seúl se encontraban, una adinerada por lo que había visto unas veces en internet. Entonces, no tenía la menor idea hacia qué lugar específico el pelinegro lo llevaba. Solo pudo ver a esas numerosas personas vagando por cada lugar, comer en restaurantes abiertos y otros pasar el tiempo con sus amigos, se veían tranquilos y nada asustados como él lo estaba. Pensó sí algún día podrían hacer lo mismo. El hilo de sus pensamientos concluyó cuando sintió el cuerpo de Hoseok detenerse, observó los alrededores y en frente lo vi, con letras grandes y de colores, "Coex Aquarium".

—Hoseok hyung... —un sentimiento se instaló en su estómago sin saber qué decir, porque eran tantas emociones amontonándose allí; entre el cariño, la felicidad, euforia, las ganas de llorar y la tristeza. No iba a terminar llorando en ese día, pero el sentimiento lo golpeó en el último minuto empezando a sollozar —Es un acuario hyung... es un acuario ¿verdad? —se secó las pequeñas lágrimas de felicidad con las mangas de su ropa, aun teniendo las manos de Hoseok en sus muñecas, mismo que observaba su rostro con una sonrisa, su atención le encantó al omega. Sonrió y luego se aventó contento en los brazos del alfa que le dio un fuerte abrazo.

—Si, Tae. Es un acuario, pensé que te gustaría visitarlo algún día conmigo...

—Claro que sí hyung. Sabes lo que significa para mí... —se despegó del cuerpo contrario ahora con una sonrisa que contagiaba al mayor de igual manera sin quitarle la mirada encima. —Entonces, ¿cómo? ¿Dónde se entra? —Taehyung escaneó la entrada pareciéndole pequeño a diferencia de enorme acuario que había visto en fotos, podría ser una réplica, o un pequeño acuario, pero no le importaba, él estaba agradecido con el alfa por darle esa hermosa sorpresa.