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Las puertas se abrieron, inhaló el aire que se suscitaba a su alrededor sin que encontrara el aroma parecido al día anterior. Volteó a ver que los empleados tomaron sus pertenencias llevándolas a un lugar, solo le dio tiempo de hacerles una leve reverencia por ese favor. Miró su reloj para darse cuenta que llegó más temprano de la hora acordada, miró los alrededores esperando que alguien saliese de una de las grandes estructuras, sin ver a nadie se acomodó sus negros cabellos para atrás, los nerviosos que comenzaron ayer no se habían ido sin dejarlo descansar en su totalidad, debía ser porque era su primer empleo formal después de varios años. Acomodó el cuello de su camisa manga larga ligeramente abotonada, dando la vista de su playera blanca dentro, un look casual junto con los jeans azules que tuvo que ponerse por la pequeña mudanza, esperaba no parecer demasiado informal.

—Llegó temprano, Jung. Lo estaba esperando —miró al alfa que estaba acechando por los alrededores curioso por esa mansión —Sígame, por favor.

—Claro —se vio avergonzado por ser descubierto al merodear el lugar. Un poco más concentrado siguió al beta para ir a su formal presentación, caminaron en el conocido espacio que supuso era de nuevo el despacho del señor Kim.

—Siéntese. Pronto llegará el señor Kim con el señorito Kim —extendió los labios en una sincera amabilidad —Por favor, sea paciente con Taehyung.

"Taehyung" ese era el nombre del dichoso niño rico "Claro, paciencia ante un chiquillo caprichoso". Tiró el aire de sus pulmones, esperando no llevarse una mala experiencia ese día.

—Se colocó el neutralizante que le dije —el secretario preocupado por lo último le extendió un aerosol rápidamente —No olvide las indicaciones que le envié joven Jung, son muy importantes.

—Mi error, lo siento —tomó ese neutralizador, colocándose en todo el cuerpo. No es que su aroma sea desagradable, pero si existía una serie de reglas como parte del contrato que debía de cumplir, aunque le pareciera una exageración.







Se colocó el neutralizante en el cuerpo, misma que se resbaló de sus manos, la tomó con sus evidentes palmas sudadas para regresarla en su lugar. Estaba tan nervioso que no podía coordinarse bien. Se miró en el espejo, tapándose el cuello con su holgado suéter hasta la última exposición de piel de esa zona; viendo que sus ojeras no eran notables en ese día se quitó de allí para abrir la puerta de su habitación. Apenas salió, su abuelo lo esperaba a un lado para ir juntos.

—Buenos días, hijo —su abuelo solía llamarlo así, un signo cariñoso por tratarse de su querido nieto —¿Descansaste? —le acarició los cabellos, acomodándolos para verse más presentable.

Asintió levemente antes de seguirlo hasta el salón de estar de su despacho, donde les esperaba Bogum y el nuevo guardaespaldas, trató de calmarse, solo era una normal presentación. Caminó lentamente abrazando su cuerpo por el aire frío que se colaba en los pasillos, diferente a la calefacción de adentro de las habitaciones, guardó sus manos temblantes y sudadas en ellas, unos pasos más adelante y lo sintió: un aroma a chocolate, café y algo más... retrocedió su andar un poco confuso. Solo era un aroma, no pasaba nada, se dijo a sí mismo. No era la primera vez que se guiaba por los olores de alfa en el aire, solo que estos le hicieron apretar su estómago, como un golpe extendiéndose, sin que fuera doloroso.

—¿Hijo? —su abuelo se detuvo a observarle de manera preocupada. Taehyung volvió a sus sentidos para darse cuenta que el aroma desapareció a la brevedad de aparecer, movió la cabeza, solo era una confusión, nunca debía de confiarse en sus instintos —¿Estás bien? —volvió a decirle.

Mi Dulce Omega  (HopeV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora