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No le dio tiempo de mirar, solo de sentir la fuerza ejercida en su espalda para caer en el suelo a cuestas de Hoseok, que estaba a un paso más hacia adelante. Retuvo el miedo de ese ataque hasta concentrarse en el lugar y la situación en la que se encontraba, logrando saber que estaba en la universidad a salvo con Hoseok que lucía enfurecido con alguien que veían sus ojos.

—¡¿Puedes fijarte por dónde caminas?! —el chico con cabellos rubios le gritó enojado, desquitando su antigua ira en ese pequeño accidente que no lo involucraba —Él tiene la culpa, por no fijarse dónde anda.

Hoseok maldijo cuando no logró tomar el brazo del castaño o una parte de su cuerpo para evitar que se deslizara en el suelo. Rápidamente tomó el cuerpo del menor rozando sus caderas ligeramente y acomodarlo a su lado, los dedos de Taehyung se sostuvieron en su brazo haciéndole saber que se sentía inseguro a esas dos presencias.

—¡Seokjin! ¡Basta! —el azabache hizo callar a su amigo que tenía el rostro molesto y frustrado, pero no por ese leve accidente. En el siguiente momento aquel rubio cruzó los brazos fulminando con la mirada a ese castaño —Lo siento, lo siento, lo siento mucho... —el azabache alfa dejó un bulto lleno de materiales deportivos, que golpeó lamentablemente a ese chico con los ojos grandes y avellanas. Se acercó para ver si causó una herida, pero temió al ver a ese alfa pelinegro fulminarle con la mirada, llenando el estrecho pasillo con aroma a alfa molesto, así que se irguió e hizo una reverencia en disculpa —Lo siento, no te vi, disculpa a mi amigo también...

—¡No te disculpes por mí! —le gritó al azabache alfa teniendo el rostro rojo y los ojos húmedos —Odio cuando me haces sentir el malo, además ¿Quién es este? ¡Vámonos Jungkook! ¡No! ¡Yo me voy!

—Por favor Jin... Maldición... —el azabache hizo otra reverencia observando al castaño que le devolvió levemente la mirada —Lo siento de verdad, espero verte por aquí para por lo menos pagarte con una comida debido a esto, pero ahora tengo que irme... —tomó las cosas deportivas para correr detrás del rubio que claramente se encontraba llorando —Por cierto, me llamo Jeon Jungkook —dijo antes de doblar en un pasillo para correr detrás del primero que huyó.

—¿Te lastimó? —habló en forma suave y tranquila depositando sus manos encima de las del omega para que lo mirara, se deslizó en su piel esperando los ojos avellanas mirarle. Pero Taehyung parecía más dedicado a observar a ese azabache irse corriendo por todo el pasillo; no obstante, lo miró posteriormente alzando sus ojos en los suyos; una corriente se instaló. Los ojos de Taehyung eran muy hermosos —Estás temblando un poco... —le mencionó acercándose un centímetro en ese espacio personal.

—Estoy bien... solo que no me había dado cuenta que era un alfa —exhaló fuertemente para quitar sus manos lentamente en los brazos de su guardaespaldas —No fue su culpa, fue un accidente. No me causó mala impresión y se ve amable... creo que lo he visto en mi clase —acomodó su mochila para continuar caminando.

Eso no le agradó al alfa que sintió erizarse por esas presencias, realmente creía que estaba haciendo un excelente trabajo protegiendo al omega, pero debía de reconocer que también necesitaba la influencia de otras personas para que el castaño sintiera que estaba viviendo como un real universitario.

Hoseok siguió avanzando, activando todas sus alertas en las personas que se topaba en el pasillo, había dejado de hacerlo para transmitirle la calma al omega a su lado y no se viera afectado por el montón de aromas y emociones de los estudiantes en la universidad, pero se obligó a retomar su guardia cuando aquel incidente lo enfureció al no percibir la distancia tan cercana de esos dos aromas que casi tocaban al menor. Juraría que, si alguien lo hiciera, él ya lo tendría contra la pared con las garras en ese cuello, debía de reconocer que estaba pensando precipitadamente, porque sabía que el 90% de la universidad era segura y asistían estudiantes limpios casi en su totalidad, nada por el que se temiera, es decir que en su mente debía de subrayar que el sitio no era un campo de misiones en el que se mantendría duro, y con hormonas para marcar un territorio ante un enemigo. Aparte que no sabía cuánto de su aroma podía resistir el omega, no quería hostigarlo con aquello, a pesar que se veía calmado con su leve esencia.

Mi Dulce Omega  (HopeV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora