Lo primero que vio fue ese jarrón, pero no era el mismo.
Ignorando las bonitas flores y el resplandeciente rayo de luz de la mañana, se sentó rápido en la cama, viendo que la ropa que usaba no era la misma de la noche anterior. Sus cabellos revueltos y un dolor de cabeza punzante en el lado derecho, le hizo odiarse al ser valiente al llevarse una gota de alcohol en los labios. Nunca entendería por qué las personas bebían. Ahora se sentía estúpido de hacerlo.
Arrastrándose para atrás, miró la habitación desconocida: sábanas, muebles, cortinas, nada lo hacía. Un fuerte latido atravesó su pecho ¿dónde estaba? Hoseok no estaba aquí, a su lado. Se supone que estaban con Seokjin y Jungkook, en ese bar, bailando y besándose. ¿Qué hacía en esta recamara que no era la habitación de Hoseok? Los latidos de su corazón no cesaron, levantándose aun si se sentía desorientado, pero las malditas sábanas no cedieron, provocando que se resbalara y cayera, llevándose un par cosas del mueble a su lado. Ese jarrón se rompió en miles de pedazos, gotas frías mojaron sus cabellos, y las más desafortunadas acabaron en el piso, formando un charco con astillas. Apenas pudo moverse, el golpe le dolió, aunque en gran parte fuera amortiguado por sus palmas que evitaron que su cuerpo rebotara. Por su desesperación de querer salir de esa habitación, lo arruinó. Observó el piso, era un desastre con flores heridas, piezas rotas y objetos caídos, hasta que sus ojos observaron el charco con astillas...
—¡Taehyung! ¡Tae! —el alfa miró el agua, el jarrón roto y un montón de cosas tiradas. Se apresuró a llegar con el omega, sin importar que las astillas pudiesen clavarse en sus pies, agarró al castaño y lo cargó debajo de las piernas para ponerlo en la cama. Taehyung no lo estaba mirando, él miraba el piso mojado.
—¿Qué? —sus ojos estaban vidriosos. Lo había visto, en el suelo. Minutos antes pudo haber estado enojado y herido al no encontrar al alfa a su lado, pero esas emociones se esfumaron al ver el jarrón destruido, las flores regadas y... un anillo. Se suponía que solo era un jarrón, un simple mueble desconocido con sus flores favoritas que estaban a la vista. ¿Cómo podría ser posible que pudiera ver su contenido? Era obvio que nunca lo haría. Miró el rostro del alfa, buscando palabras, explicaciones a esta rara situación. ¿Qué hacían aquí, dónde estaban y por qué estaba ese anillo tirado en el piso?
—Mierda —murmuró por lo bajo Hoseok, levantándose para no asustar al chico de ojos grandes. Inhaló fuerte—, seguramente estás pensando muchas cosas sobre mí... debes de pensar que estoy loco... mierda... lo estoy arruinando... no sé qué hice al tomar el auto y manejar toda la noche. Fui impulsivo... pero te noté, no estabas bien con lo nuestro... —se frotó la cara y los cabellos, exhalando de nuevo—, yo igual no puedo ocultarlo —, fue donde estaba el jarrón, observando el anillo abandonado dentro del agua, su cajita que lo contenía destruida; la tomó delicadamente en su mano, dudando si agarraba la pequeña peonía morada solitaria, eligiendo recogerla—, no soy bueno en esto, nunca lo he sido cuando se trata de ti... —exhaló nervioso—, lo he estado pensado por mucho tiempo... si fue una compra impulsiva o de verdad era el momento correcto... lo mismo hice con los boletos de avión para irnos de viaje... le dí demasiadas vueltas... tantas... que solo pude guardarla hasta esperar... —se acercó al omega, él se arrodilló, valiéndole las astillas y el agua que estaba mojando sus pantalones. Tomó esas manos, las acarició con su pulgar, antes que sus dedos tomaran los cabellos para mandarlas atrás de esas orejas, puso la flor en esos ondulados cabellos—, soy un idiota, ¿verdad?... no hubo una linda cena, unas despampanantes flores y una hermosa vista...—miró ese rostro, esos ojos estaban rojos—, lo arruiné... no tienes que responder a este intento, pero quiero por lo menos hacerlo... porque es eso lo que mi corazón me dice ahora...
—Sí —contestó de inmediato, sus mejillas volviéndose calientes al recibir esa mirada atónita. Se lamió los labios. Sostuvo los ojos del alfa, sus dedos arrastrándose en el brazo hasta llegar al cuello. Esperaba que esto pasara por lo menos dentro de algunos años. No obstante, esto era lo que había deseado secretamente. Desde el inicio. Ni siquiera le importaba el jarrón roto, la caja mojada ni que fuera la peor pedida de mano. El mejor tiempo es ahora. Se rio, a pesar de estar a punto de llorar. Todo era imperfecto, pero para él parecía el más perfecto. Podían hacer esto, su tiempo, inolvidable y hermoso.
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Mi Dulce Omega (HopeV)
FanfictionJung Hoseok es un agente capaz y con el mejor entrenamiento, pero no lleva una vida llena de genialidad como todos piensan, porque tiene consigo varias deudas y no encuentra un sentido a la vida que lo motive. Mismo que le lleva a buscar un buen emp...