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Estuvo pensando en eso toda la noche; en el nieto del anciano Kim. No le gustaba la idea de tratar con un niño rico que seguro estaría a ordenes de sus caprichos. Pero ¿Qué más iba a hacer?, sino tener paciencia para no renunciar en el primer instante de conocerlo. Todavía recordaba cuando en los centros comerciales, estos chicos les gustaba que seguridad cargara sus cosas hacía su auto, como si fuera su obligación, así como uno y otro pasarse de arrogante ante la autoridad. Eran algunas de las malas experiencias en sus anteriores trabajos con ese tipo de personas.

Quién iba a pensar que Dong Kim tuviera un nieto, claro, nadie. Si siempre en las entrevistas y noticias estaba solo, o tal vez sí, no lo recordaba por estar apartado mucho tiempo de lo que sucedía a su alrededor.

—Adelante —alguien le dijo en el intercomunicador de la entrada de la mansión.

Cerró la puerta del auto de la persona que lo había llevado, cuidando que él no se arrepintiera —Suerte —le dijo Yoongi junto con su característica sonrisa, estacionando su auto a un lado de la entrada.

Hoseok ajustó su traje mientras inspeccionaba los alrededores de la mansión Kim, antes de entrar por ese enorme portón. Era un lugar desolado, alejado de la ciudad, no diferente a una casa rica de cualquier empresario que vivía rodeado de bosques y lagos. Lo que la representaba, era la excesiva seguridad que tenía, se había dado cuenta la primera vez; hombres armados cuidando la entrada y por arriba en las zonas de vigilancia, su ex cuartel le llegó a la mente por su parecido.

—Jung Hoseok —le dijo la seguridad que le pidió su nombre, empezando a revisarlo de pies a cabeza para inspeccionar la portación de un objeto. Después de revisarlo le indicaron un largo camino a seguir, que le conducía en el lado donde los Kim vivían, diferente al que se llevó la entrevista la otra vez. Caminó entre el tranquilo lugar, dándose cuenta de las excesivas flores que había ahí, mismas que le desprendían un agradable aroma alrededor. Con una sonrisa por esa distracción siguió caminando hasta ver al beta esperándolo.

Las raras sensaciones parecidos a los nervios se volvieron más intensas en lo que se adentraba más en la casa. Las puertas se abrieron, siendo saludado por algunos empleados de limpieza. Sus manos picaron por un momento y su alfa se sintió intranquilo, por lo que volteó para saber la causa de la extrañeza de su cuerpo, sin visualizarla tuvo que hacer una serie de respiraciones para controlarse, en unos minutos regresó a la normalidad.

La última puerta del fondo se abrió para darle pasó, acomodó el traje prestado con la mirada del anciano de amable sonrisa darle la bienvenida, le hizo una reverencia marcada y respetuosa, acercándose posterior a estrechar su mano. Le indicaron que se sentara en los cómodos muebles, esperando las indicaciones que debía de seguir. Es ahí cuando se fijó que no había nadie más que ellos, sin tomarle importancia la falta del nieto del señor Kim puso atención a lo que le dirían.

—Bienvenido a nuestro equipo, Jung Hoseok. Usted fue uno de los alfas más jóvenes que aplicó para el puesto, es apto para cuidar personalmente a mi querido nieto —le sonrió aquel anciano de cabellos blancos —Este preparado para lo que le espera —su sonrisa se volvió sería, contagiándole esa energía. El alfa se preguntó internamente cuál sería el problema para un chiquillo mimado ¿Qué se le acabara el dinero? No iba a decirle eso al anciano. Se aclaró la voz, haciendo proseguir al señor Kim: —He contratado a varios guardaespaldas como apoyo, así que no estarás solo, pero sí serás el único responsable de seguirlo y asegurarlo las 24 horas, eso implica que vivirás en la mansión —no le gustó escuchar esa frase —Obviamente no junto a mi nieto. Sabes, la razón de esto es que muy pronto empezará a asistir a la universidad y necesitará que lo mantenga a salvo. Él ha tenido una vida difícil —el señor Kim bajó la cabeza con un rostro preocupado —¿Todo entendido, Jung? ¿Aceptas?

—Entendido. Y claro, señor Kim. Acepto —le sonrió para contagiarle su decisión formal.

—No puede presentártelo, porque ahora mismo está teniendo sus clases particulares. Puede retirarse, mi secretario le ayudará con la mudanza. No hay inconveniente ¿Verdad?

—Seguro, no tengo a nadie a quién dejar —sonó nostálgico y con una sonrisa triste, tal vez si serviría alejarse un poco de lo que fue su hogar.

—Nos vemos mañana, Jung.

Se despidió de los dos hombres planeando qué cosas trasladar y cuales dejar en su casa. Antes de salir hacia el camino, su mente fue atacada cuando a su nariz llegó un aroma a flores, vainilla y algo más proveniente del aire, dulce y cautivador. Ese olor estaba extendiéndose por toda la casa, su lobo dio un brinco ansioso de nuevo, miró los alrededores topándose con numerosos ramos de flores en la mansión, un poco confuso por esos ramos siguió su camino de regreso a su casa.

Con la cara confusa salió en busca del auto de Yoongi, mismo que le abrió la puerta —¿Estas bien? —le alzó una ceja inspeccionando su rostro.

—Si, estoy bien — se sentó dando un último vistazo a la mansión — Mañana me mudaré aquí, debo de proteger al niño todo el día.

—Es bueno escucharlo, eso quiere decir que te pagarán más. Una pequeña distracción.



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Una pequeña actualización...

Ya están por reencontrarse aahhh

Gracias por leer y votar <3 Besos <3

Rabitta

Mi Dulce Omega  (HopeV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora