Mi Dulce Omega (HopeV)

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Actualidad

—Vamos a prometer que siempre seremos familia, no importa si nos separamos... ¿Prometido?

Escuchó el sonido retumbante y molesto que llenaba la habitación, haciendo que se removiera en las sábanas, que estaban enredadas incómodamente en su cuerpo y se quejó por aquella alarma que por su estupidez no había quitado. No queriendo escuchar más ese sonido que penetraba en su alcohólica cabeza, estiró el brazo a ciegas, tomó el aparato y lo lanzó contra la pared cercana o lejos, no supo dónde acabó ese despertador que acababa de destrozar.

Rodó su cuerpo topándose con el techo blanco manchado de moho. Cerró los ojos, vagando en sus pensamientos con el fin de poder conciliar el sueño que buscaba ser reparador, sin poder realizarlo abrió los ojos de nuevo, quedando en la cama el tiempo suficiente para fastidiarse. Pudieron pasar horas o minutos, no lo sabía al romper ese reloj; tuvo que sentarse, teniendo la voluntad de pararse de la cama e intentar hacer algo con su estúpida vida. Con la cabeza estabilizarse después de estar acostado miró la solitaria y desordenada habitación llena de ropa, bolsas de basura y comida rápida dispuestas en los muebles como si fuera una rata, muy diferente al pulcro lugar que era en el pasado. Sin encontrar motivación se echó para atrás, repitiendo la acción de observar el techo; fue cuando en su mente llegaron todos los recuerdos de lo que ya no existía. No había lágrimas, ya se había cansado de eso, solo un dolor profundo en su corazón.

Desde que JiWoo había dejado de existir ya nada tenía sentido.

Estaba dispuesto a quedarse de esa forma en todo el día como muchas veces lo hizo, sabía que no iba a lograr nada tirado en la cama. Sin embargo, en ese momento sus necesidades fisiológicas pudieron más, su estómago rugió por sexta vez; como el ser heterótrofo tenía que levantarse para satisfacer esa molestia. Primero se arrastró en el baño con la intención de descargarse y darse una simple ducha, aunque no estaba seguro, porque posiblemente ya no tenía agua al no pagar el recibo, pero con tal de no quedarse con el aroma a alcohol y sudor en su cuerpo valía intentarlo.

Al llegar al baño se observó a través del espejo: vio su cuerpo delgado semidesnudo, músculos atrofiándose por la falta de uso, su peso yéndose como el agua, tal como sus ánimos en esos años. Todo iba tan bien antes de la tragedia. No quiso observarse más, quitándose de ahí. Tocó su bóxer bajando la única prenda que tenía puesta, giró la perilla que rápidamente sacó agua fría que empezó a rebotar en su cuerpo, al parecer no fue cancelada. El agua fluyendo relajó su cuerpo, se sentía bien que parte de esta se llevara su cansancio y sus pensamientos; minutos después salió de la ducha, sus cabellos húmedos escurriéndose en su torso sin tener una toalla limpia, buscó entre el montón de ropa encontrando unos jeans y una playera blanca limpias colocándose de inmediato. Rumbo a la cocina para buscar algo de comer el timbre sonó con mucha insistencia, sabiendo de quién se trataba, de la única persona que se atrevía a molestarlo. Caminó un poco fastidiado, abriendo la puerta y dejando entrar al sujeto de cabellos negros a su casa.

—Te ves horrible, hombre —entró sin permiso colocando las bolsas que había traído en un pequeño espacio de la llena mesita. Visualizó el desordenado lugar suspirando con decepción ante su esfuerzo que esta estuviera limpia al regresar, sin mucho que mirar fue hacia las cortinas para jalarlas —Debes por lo menos retirar las cortinas para que entre el sol a este obscuro lugar, se llenara de moho.

—No dije que vinieras — estaba sentado en el sillón de modo letárgico esperando que esa presencia se fastidiara de él y se fuera —¿Por qué no solo me dejas en paz?

Sonrió con cierta ironía y enojo —¿Es enserio, chico? —revisó la bolsa que trajo para sacar una caja —Te traje comida —se la puso a su lado, sabiendo que este se saltaba las comidas —Me preocupo por ti, idiota. A JiWoo no le gustaría verte en este estado.