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Sus pestañas parpadearon inconscientes reaccionando a la luz que alcanzaba entrar a través de la tela corrida de la ventana; se atrevió a moverse y abrir los parpados de forma lenta al mismo tiempo que escuchaba los sonidos indicando el reciente amanecer, ahora consciente de despertar su mirada se clavó allí observando los primeros rayos de luz queriéndose adentrar en su habitación. Desviando su atención, una cierta emoción albergó su cuerpo permitiendo estrujarse en sus lisas sábanas con una sonrisa, en ese movimiento descubrió que entre sus manos sostenía ese objeto que tanto cariño le tenía, volvió a sonreír alzándola a la altura de sus ojos para mirarla con más detalle mientras la enredaba en sus dedos para que por fin la llevara cerca de su pecho, esperanzado que aquello le diera la fuerza necesaria para enfrentar ese día.

Su cuerpo estaba descansado a pesar de la noche inquieta en la que estuvo sometido, se movió de nuevo en sus sábanas hundiendo su rostro en una almohada buscando su aroma, esta era muy leve indicándole que tenía que levantarse para que se esfumara de su sistema.

Colocó sus pantuflas de tigre, aunque el reloj no indicara la hora de despertar, no se apresuró. Realizó sus actividades con total lentitud, desde levantarse para ir a su mueble para guardar su tesoro en su cajita cerca de sus medicamentos hasta ir al baño para darse una ducha. En el frío piso deslizó sus ropas de su cuerpo, el espejo reflejaba a un chico con cabellos revueltos, rostro rojo y ojos hinchados, por aquella imagen, Taehyung rio contento de que el amanecer haya iniciado casi perfecto.

Después de un tardado baño oliendo a leve esencia de coco buscó entre sus tantas ropas algo cómodo y espectacular para vestir como un chico universitario de su edad, algo para portar en su ansiado primer día fuera de la mansión de su abuelo; su estómago por aquello se movía inquieto y su mente imaginaba los lugares que pronto recorrería. No supo que era apropiado tomando un conjunto de pantalones beige, playera de manga larga de color y unos zapatos cerrados.

Cómodo y formal.

El timbre de su habitación sonó, rápidamente la abrió al darse cuenta que se le estaba haciendo tarde para bajar; la sonrisa de su hyung le llegó.

—¿Por qué demoras tanto, Tae? El auto y Jung ya están listos para partir... —el beta se quedó observando al castaño acomodando su ropa y sus cabellos peinarlos en un intento de parecer formal, lo veía inseguro aun cuando el menor destacaba su belleza natural.

—¿Me veo bien Hyung? Los que van a la universidad se ven formales y listos ¿No? —volvió a mirarse en el espejo viendo cómo colocar los mechones ondulados de su cabello.

—Creo que tus cabellos se ven mejor sueltos —fue con el menor pasando sus dedos en sus cabellos revolviéndoselos. Los estudiantes en la universidad a pesar de ser una institución de nivel superior, estos no vestían formales hasta que ejercieran profesionalmente, es decir algunos parecían vagos o en un desfile de modas —Trata de lucir relajado... Todo irá bien ¿Sí? —tomó de sus dos brazos para mirar esos ojos nerviosos —Sabes que Jung estará contigo y si llega a pasar algo tienes mi número, así como ese dispositivo de seguridad. Es hora de irte.

—Eso espero Hyung...


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Jung se recargó en el auto rojo, uno normal y nada llamativo, pero si inmensamente equipado, en este llevaría al castaño a partir de ese día; dentro del vehículo tenía todo lo esencial desde equipo de rastreo, comunicación, así como algunas armas y medicamentos de emergencia, sin contar en su ropa equipada que traía debajo de la chamarra negra que portaba, el fin era protegerlo sin ser vistoso; sin incomodarlo.

Mi Dulce Omega  (HopeV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora