Parte 1
Recordaba haber ido a dormir. Estaba un poco incómoda debido a que mis alas eran un poco oprimidas con el peso de Freya. Lo último que había visto antes de perder la noción de la realidad había sido su infantil rostro, durmiendo plácidamente.
En cambio, ahora...
Un sueño, eso es lo que era.
Podía ver multitud de gente en el reino de Arabella, todos celebrando por cosas que no lograba entender. A lo lejos, entre callejones oscuros, Hayashi y Gabrielle se marchaban. ¿Hacia dónde? No lo sabía.
—No necesitas saberlo, Korelia. Bastará con que sepas que no te están abandonando.
Tsuno yacía a mi lado al igual que en mi última pesadilla. Esa aborrecible sombra sin forma más allá de unos grandes y retorcidos cuernos mantenía su "vista" fija en otra parte.
Seguí su dirección: Adalia charlaba alegremente con un extraño sujeto, ¿y ese quién era?
—¿Por qué estoy viendo esto? —pregunté a la sombra—. ¿Por qué me haces verlo?
—Creí que querrías saber de ellos —repuso Tsuno para mi asombro—. No me mires así, pequeña Korelia. Esto no lo hago para calmar tus posibles inquietudes, no... Solo te muestro lo que sucede con los otros que se han relacionado contigo. ¿Crees que hiciste bien al no abandonar la granja Stella? Yo no lo creo.
—¡¿Dónde está mi hermana?! —grité, decidida a ignorar su palabrerío. Solo quería asustarme, engañarme para que cometiese una insensatez—. Tsuno... ¡¿Dónde está Mayu?! ¡¿Qué hiciste con ella?!
No respondió.
Se limitó a "mirarme" (si es que existían ojos en alguna parte de esa sombra) y negar lentamente de un lado a otro.
Morder.
Si hincaba mis colmillos en él seguramente lo sometería a un increíble sufrimiento. Entonces me diría toda la verdad.
Morder, mascar, triturar...
Mis brazos hormigueaban sin tregua. Fue esto lo que me hizo darme cuenta que no estaba pensando en nada agradable. Sacudí la cabeza, casi como si estuviese imitando a Tsuno. No comprendía qué es lo que me pasaba.
La brisa en medio de los festejos trajo hasta mis orejas las voces de Adalia y su acompañante.
—¿Qué? ¿Es todo? —decía la pelirroja—. Esperaba bailar un poco más. ¿En serio ya te cansaste?
—No... para nada —replicó el hombre, resollando y con el rostro muy colorado—. Dame unos minutos y... verás...
—Tengo sed.
—¡Yo te traigo... algo! —se ofreció el tipo, casi sin voz—. ¡Ya vuelvo!
Adalia le sonrío de una manera tan linda que, por un momento, no creí que fuera la misma que yo conocía. ¿Así es como se comportaba con chicos de buen aspecto? Bueno, seguía siendo una chiquilla, ¿no? Era normal que sintiera curiosidad.
Ella recorrió los alrededores con la mirada. Se asombró al ver la fuente. No tenía nada de interesante, pero para Adalia debía haber algo inquietante allí porque se puso en pie y revisó todo con más cuidado.
Su mirada se posó en mí. Sus ojos se abrieron aun más y su boca no pudo permanecer cerrada, luego... frunció el ceño mientras sus luceros reflejaron ira contenida.
No podía ser...
¿Acaso Adalia podía verme?
—¿Qué pasa? —pregunté a Tsuno mientras la chica se acercaba a paso veloz—. Tsuno, ¿esto no es un sueño?
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Blumengarten: Sobreviviendo en este mundo como una chica murciélago
FantasyTras el asesinato de su familia a manos de un incomprensible ser, Korelia es arrojada a un mundo fantasioso, donde adopta la forma de una las criaturas más aborrecibles del lugar: una semi-murciélago. No por su apariencia, sino por la mala fama de l...